¡Si no hubiera ladrones que bonita sería esta vida! Pensé luego de leer los numerosos editoriales y artículos de opinión que la prensa publicó a raíz de la muerte del pequeño hijo de un periodista.
El fondo de todos estos discursos es que la delincuencia debe frenar, que el gobierno debe hacer algo y que ya no podemos seguir así. Entonces me pregunté: ¿Es posible eso en un país como el mío?
Durante esta semana escuché a hombres y mujeres; jóvenes y adultos comentar a su manera una misma premisa “la delincuencia está peor que nunca”. Mientras recordaba aquello que aprendí en mis clases de historia: Ecuador nació con pobres, tiene pobres y probablemente los seguirá teniendo por un buen tiempo. Así aprendí que mientras haya pobreza, señoras y señores, habrá delincuencia.
Lo cierto es que la muerte de aquel inocente por fin despertó a los que dormían y movilizó a los que estaban quietos, la pregunta clave es ¿durante cuánto tiempo?
La fútil reunión entre Nebot y Cuero, que tuvo más prensa que tiempo, solo sirvió para que Nebot saque los “cueros al sol”. Nuestro Alcalde puso condiciones que más bien debieron ser propuestas en la reunión que nunca se dio, y el Gobernador sin mucho que decir tuvo que volver con su invitación por la sombrita.
Por su parte, el Gobierno Nacional decretó resguardo militar en las calles, pero, ¿será realmente útil esta medida? Eso depende.
Si la medida es para siempre, entonces servirá bastante, pues seguramente la labor se les dificultará a los delincuentes.
Pero mientras sea momentánea, solo por el calor de los sucesos actuales, entonces será como darle a la comunidad un “tranquilizante” que no acabará realmente con el problema.
Para recetar el medicamento adecuado, es necesario reconocer cuál es la verdadera enfermedad.
SÍ, es una pena que a este niño le haya tocado una bala perdida, pero no es la primera vez que sucede y desgraciadamente tampoco será la última. El punto no es si hay mucha o poca delincuencia, por que esos criterios son relativos.
Sean pocos o muchos, la verdad es que mientras los pillos existan afectarán las vidas de desafortunados ciudadanos comunes, que como ese pequeñín, no tienen la culpa de que el sistema económico y social de este país sea un nido propicio de tantos males tercermundistas.
La pobreza es el mal, la enfermedad, y la delincuencia es el insoportable síntoma con el que debemos lidiar.
El nido no se volvió propicio con el gobierno de las manos limpias y corazones ardientes, como dicen algunos loros que repiten lo que escuchan, tampoco durante la “obscura noche neoliberal” como diría el compañerito Presidente. Nuestro país, igual que otras desdichadas ex colonias europeas, nació “sietemesina” como diría José Martí, llena de miseria y desigualdad social desde que se empezó a llamar Ecuador. Pasaron dos siglos, y aún no salimos. Todavía no crecemos y seguimos enfermos.
Que la delincuencia desparezca es una utopía, pero que la pobreza disminuya es una posibilidad que a largo plazo toda nación puede alcanzar, indiferentemente de ideologías políticas o de espacio territorial. Aún estamos a la espera de la cura para nuestra enfermedad, por que ya no podemos seguir así, mejor dicho, ya no queremos seguir así.
Podía haber sido un buen artículo, pero no lo es.
Es una pena que estigmatice a los pobres señalándolos como delincuentes en potencia. Ser pobre no quiere decir que haya que salir obligatoriamente a robar para poder comer; conozco a muchas personas humildes que crían a sus hijos con amor hacia el prójimo, sin egoísmos y con un gran respeto por los bienes ajenos.
Con su discurso está caucionando una visión errada del mandatario actual, que afirma que la pobreza lleva a la delincuencia. Esa es una falsa premisa propia de mentes enfermizas, por lo que es temerario ponerse en el mismo plano.
La pobreza podría ser una de las causas delictivas, pero creo que el que tiene tendencias criminales, igual lo haría si fuese rico. Los ladrones y asesinos de cuello blanco son un buen ejemplo y se encuentran hasta en las naciones desarrolladas.
Es una lástima que no se haya aventurado a desmenuzar las otras causas de la delincuencia y de la pobreza.
La apertura bucólica de las fronteras fue un acto irresponsable propio de gente novelera que vive en el siglo pasado y piensa que la delincuencia no ha evolucionado.
En lo único que estoy de acuerdo, es en que nuestros dirigentes deben buscar la forma menos alharaquienta posible para sacarnos del subdesarrollo. Hay que exigirles buenos resultados, porque si no están a la altura de lo que se les ha encomendado, deben dejar libre el puesto para que lo ocupe gente más capaz y experimentada.
Encontré detestable y fuera de foco su quejido sobre le legado dejado por los conquistadores europeos. Eso es eludir responsabilidades por nuestros actuales actos. Si seguimos así de subdesarrollados es porque nos gusta, y no queremos imitar lo bueno.
Y por último, ?el nido sí se volvió propicio con el gobierno del blablabla /no quiero repetir el abusivo estribillo/ porque ellos no han sabido en estos cuatro años administrar el país para producir riqueza, antes de ponerse a repartir lo que no se tiene.
Es la culpa del gobierno actual si el sadismo y la violencia en la que vivimos se han desatado, porque no han tomado las buenas decisiones para contrarrestarlos.
Disculpe si he sido ruda, pero el título arrevesado de su escrito ya me puso los pelos de punta.
Señorita Tapia en teoría usted tiene razón, pero los hechos van mas allá…En primer lugar, no sé por que los ciudadanos se confunden. El alcalde de guayaquil no es el encargado de controlar el nivel delictivo, eso es tarea del gobierno. Si el «ineficiente titere» visita al alcalde y y recibe condiciones es por que por lo menos el alcalde tiene una propuesta de trabajo antidelicuencial, me pregunto ¿ que propuesta llevo dicho representante del gobierno?,eso demuestra la ineficacia y eso sí un plan para desviar la atención e involucrar al alcalde en una causa no controlada por el gobierno.
Mi estimada joven » la delicuencia no se la podrá erradicar pero sí controlar», e insisto a todos los ecuatorianos » la responsabilidad de ese descontrol, solo es del gobierno.
Saludos, Evelyn. Sinceramente me ha parecido un gran artículo, tus palabras reflejan una visión de la actualidad verdaderamente coherente. Te invito a chequear mi blog : http://laespadadesorton.blogspot.com/
Wilma, Gabriel y Jorge!! gracias por leer mi artículo.
Wilma, yo también soy pobre ¿sabe?, estudio becada en la universidad. Tal vez se entendió mal lo que quise expresar. La verdad es que esa es una de las ‘enfermedades’…como dice Gabriel, me faltó espacio para hablar de las otras causas!
Un saludo y un abrazo sobre todo a Jorge Vargas (jaja) mentira, a todos por igual.
Pienso que tal vez no entiederon en totalidad tus palabras. Creo que quisiste decir que la probeza es una enfermedad que el estado no ha podido curar, mas no que es algo sumamente malo y que quienes la padecen están sentenciados. Creo que lo que quisiste decir que es un problema, del que todos quisieramos salir claro, pero que por muchas causas sigue latente. Espero que muchos entiendan mejor tus palabras. Saludos.
Gracias a todos por leer mi artículo,
Buena reflexion Evelyn, yo desde el fondo d mi corazon espero estar criando en el seno d mi hogar a hombres honestos y triunfadores , porq despues d todo estoy criando a el futuro d la sociedad, porque lo bueno y lo malo de este mundo nace en el seno familiar d cualquier hogar!!