Me parece acertado que se haya conformado un consorcio entre 21 de los 25 cantones de la provincia del Guayas para administrar el tráfico en dicha provincia. Es una buena manera de hacer autonomías para unir al Ecuador que tan separado se encuentra. Y el gobierno nacional y los seccionales están de acuerdo de que esto es lo adecuado.
Pero no nos llenemos de más entes burocráticos que nos cuestan dinero a todos. Si ya tenemos la Comisión de Transito del Guayas desde el año 1948 fundada por la idea de Guillermo Arosemena Coronel en la presidencia de la república de don Carlos Julio Arosemena Tola que sea este el vehículo para manejar el tránsito por parte de este consorcio para que no tengan que formar otra institución y que la CTG se quede con el gobierno ahí parqueada estorbando el tránsito y generando costos inútiles.
La inmensa necesidad que existe puede inclinarnos a la inercia y paralizarnos; hacernos pensar que no se puede hacer nada. En este caso se tiene una buena idea. Aprovechémosla. Pero con el menor costo posible. Los cimientos estaban hechos cuando nacimos, nos toca a nosotros continuar la edificación, pero sabiendo como son los cimientos.
Lo que hay que hacer es coger la CTG como nueva haciendo una buena auditoria sacando a los malos elementos y dejando a los buenos que ya tienen entrenamiento. De esta manera seria la transición más económica, rápida y menos traumática.
Y, economía en los gastos – así como prudencia y fortaleza para no caer en la corrupción de pescar a río revuelto – se necesita porque la piedad no escatima la lucha contra la pobreza o la miseria del prójimo así que para no afectar más a los excluidos por la sociedad usemos las estructuras presentes, con el fin de restablecer las condiciones de vida y dignidad que les han sido negadas.
Y tengamos fe de que esto funcionara. Mantengamos esa fe en alto, mantengamos esa fe constante y con esa fe seremos capaces de cambiar al Ecuador.