La falta de seguridad en Ecuador es el principal problema que enfrenta la ciudadanía y tiene a todos preocupados y atemorizados. Desde el inicio de este Gobierno he denunciado constantemente que la “estrategia de causar incertidumbre” del presidente es traicionar a la patria. Los problemas del país son causados por el presidente a propósito para causar caos.
Hoy estamos palpando los resultados de esta estrategia: inversiones alejadas, falta de empleo, pobreza y delincuencia. Pero no hay rectificaciones. Hace unas semanas el presidente indicó ser partidario de la “destrucción creativa”, lo que significa crear caos a propósito y destruir la economía. Hace unos días, el presidente visitó la Penitenciaría del Litoral, se dirigió a los delincuentes, a los que asaltan y asesinan, y les dijo que por culpa de asambleístas opositores están cumpliendo penas largas. Que un presidente incite al odio, a la violencia, con palabras imprudentes, es inaceptable en cualquier lugar civilizado.
Mientras padres de familia escriben cartas suplicándole al presidente que tome medidas inmediatas contra la delincuencia, él nos pide que nos dejemos asaltar e indica que va a consultar al pueblo ya que en realidad no desea solucionar el problema delincuencial, causado por él mismo con su política de considerar a los delincuentes víctimas de la sociedad, sino que quiere militarizar el país bajo una figura de emergencia nacional permanente, para reprimir más a quienes protesten o se opongan a él.
Aún así, confirmó que quiere meter las manos en las Cortes supuestamente “para bien del pueblo ecuatoriano”, pero con estos antecedentes no se puede confiar en él.
Tenemos que cambiar el sistema de justicia pero sin quebrantar la constitución y de manera independiente, sin la intervención de quienes quieren apoderarse de ella.
Partidos políticos y el movimiento gobiernista, jurídicamente inexistentes, se repartirán $40 millones del dinero de los ecuatorianos en los próximos 3 años para mantenerse, ya que uno de sus principales inconvenientes es la falta de recursos económicos. ¿Y no dicen que cuando hay demostraciones de apoyo, los participantes lo hacen voluntariamente y viajan desde lo más recóndito del país con recursos propios? ¿Este es el borra y va de nuevo propuesto por pseudo-revolucionarios? ¿Cómo pueden entregar dinero de los ecuatorianos a instituciones que no existen legalmente? Con la componenda por supuesto, engañando a la nación.
La desesperación por conseguir dinero lleva al presidente a hablar de impuestos a las medicinas, a las llamadas por teléfonos celulares. Se incrementa el precio del pan. Nos quiere hacer creer que la inflación es 3%, pero el aumento del precio en 1 centavo significa un incremento de 10%. Algo ocurre en la economía del país que se quiere ocultar. ¿Será que se aproxima la misma cantaleta del pasado que hace rabiar y llorar y que se llama “el paquetazo”?
Para escuchar el Desenlace Dominical No. 44 del 9 de Enero de 2011, pulsar el siguiente enlace (“link”):
http://www.archive.org/details/DesenlaceDominical30Del09012011
Por si acaso, nada tengo que ver con el ministro Calahorrano que andaba caminando con los invasores de tierras. Felicito la forma objetiva con que Ud. emite sus comentarios, que el presidente haya hecho esas declaraciones en la penitenciaria del litoral no me extra;a de este se;or se puede esperar cualquier cosa hasta que convierta al Ecuador en un verdadero infierno, lo bueno seria que sus seguidores se vayan con el a dicho lugar y nos dejen vivir en paz.
Nací en 1939, en un barrio que era inundable por los aguajes del Estero Salado y una laguna en invierno. Cuándo terminaban las clases en enero, comenzaba el paludismo. Teníamos que tomar todos los días las famosas píldoras de quinina. Tenían una cubierta de azúcar y en el centro la amarga quinina. Muchas veces se diluía el azúcar y nis quedaba lo amargo. Recuerdo etto porque hay muchos ciudadanos que dicen que nuestro Presidente está haciendo cosas muy buenas, pero yo pienso ¿será solamente la capa de azúcar de la amarga realidad?.