Las dos reglas básicas para la convivencia pacífica son el respeto y la libertad.
El respeto se lo puede dividir en tres grupos: el respeto al orden establecido, a las leyes y a las normas del buen vivir, el respeto a los demás y el que tenemos todos de ser respetados y tratados por igual, sin discriminaciones ni diferencias por ninguna causa o concepto, y el respeto a nosotros mismos, a nuestro cuerpo, a nuestra mente y a nuestra alma.
La libertad es la opción que todos tenemos de decidir, respetando el derecho de los demás, lo que creemos que es más conveniente para nosotros, para nuestra forma de sentir y de pensar. No se debe confundir libertad con libertinaje. La diferencia es elemental: La libertad es la opción de escoger o decidir, RESPETANDO EL DERECHO DE LOS DEMÁS. Libertinaje es el decidir sin importar el derecho ajeno.
La relación con uno mismo y la salud de la persona, tanto física como espiritual y psicológica, debe estar basada en el auto respeto. Si yo no respeto mi cuerpo, ¿Cómo puedo no enfermarme? Si no respeto mi mente y leo y miro basura, chisme, pornografía y enveneno mi alma almacenando rencores, odios, envidias, ¿en qué me estoy convirtiendo? El hombre, en su mente, es lo que consume.
En la relación con los demás, el respeto es a las ideas, a la forma de pensar y de sentir, aparte del respeto a su vida, a su integridad, a su decisión de lo que desea para sí. Como dijo Stephen G. Tallentyre (seudónimo de Evelyn Beatrice Hall) en “los amigos de Voltaire” (razón por la que es atribuida esta frase a Voltaire): “Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. El respeto es opuesto a la intolerancia. Es mil veces preferible saber lo que piensa honestamente el contrario, analizarlo, discutirlo, rebatirlo y llegar a un entendimiento, que apagarlo apabullarlo o silenciarlo usando el poder o la fuerza. El que procede dignamente sabe sostener su honestidad y si encuentra que está equivocado, lo acepta y cambia. El cobarde usa la fuerza bruta en vez de la razón cuando puede ejercer el poder y obligar a cambiar al otro por medio de la fuerza.
Olmedo resumió la definición de libertad, diciendo simplemente: “Libertad, ¡Oh dulce nombre! Hermoso y celeste don; tú eres la misma razón, tú eres el alma del hombre.” El hombre fue creado por Dios como un ser libre, con poder de decisión, con libre albedrío. No hay nada peor que le pueda pasar a una comunidad o a una nación, que el tener personas que decidan por sus habitantes, o que se imponga, con restricciones a la libertad intrínseca de cada uno, el atropello de la mayoría. Por ejemplo, si en un país el 51% o el 95% de los habitantes profesa determinada religión, obligar al resto a profesarla, es un atropello a la libertad individual de la minoría, situación a la que no tiene derecho nadie, por más mandamás que sea.
La libertad y el respeto son y serán la base de toda relación humana, por más que la democracia, la oclocracia, la oligocracia, la meritocracia, el imperialismo, la dictadura o cualquier otra forma de Gobierno pretenda limitarla para gobernar a su antojo.
Se debe respetar la sentencia del juez que dictamino que la H Junta de Beneficencia debe cancelar los valores que adeuda a los medicos por concepto de retroactivos relacionados al escalafon medico, ojala algun dia, esto seria un buen punto de partida para comenzar ha hablar de respeto al derecho ajeno, por cierto tampoco llaman todavia a concurso para jefaturas medicas
Estimado «Werner Quishpe»:
No acostumbro dialogar con anónimos y menos con personas que usan el anonimato para tirar la piedra y esconder la mano. Por este motivo no he contestado sus últimos correos, luego de que averigüé que pese a reportarse como Médico de nuestro prestigioso Hospital Vernaza, no consta con ese nombre como miembro de tan distinguida agrupación. Sin embargo, toca usted un tema que el respeto a la ciudadanía, obliga a aclarar, pues la H. Junta de Beneficencia no es una entidad recién creada, va para 123 años de Fundación y se ha comportado en todo el tiempo, desde su Fundación hasta el presente, y lo seguirá haciendo, atendiendo con honestidad, justicia y servicio a los más necesitados de nuestro país.
Hablar es fácil, lo difícil es hacer, dijo con mucha propiedad un egregio Médico ecuatoriano, el Dr. Leopoldo Izquieta Pérez, cuando fue Ministro de Salud.
La Junta de Beneficencia de Guayaquil, NO ES UNA INSTITUCIÓN ESTATAL y no posee los dineros ni el poder (ni incluso la irresponsabilidad) que tiene el Gobierno.
La Junta es consciente de sus limitaciones y por sobre todo, de sus obligaciones.
La demanda de servicio de la comunidad pobre y desatendida por el Gobierno, obligó a la creación de la Junta de Beneficencia y obliga a que la Junta continúe dando todo lo que puede para aliviar en sus dolencias al necesitado.
Pretender que la Junta use sus recursos para pagar al Médico un salario igual al que paga el Seguro o el Ministerio, es decir, sobre los dos mil dólares mensuales por cuatro horas de trabajo, significaría dejar de atender a miles de necesitados que requieren atención y que vienen a nuestros Hospitales en busca de un alivio a sus necesidades. Hay problemas peores que atender y que en el campo de la prioridad, deben obligatoriamente ser atendidos prioritariamente, como es el sueldo de las Enfermeras, que están muy por debajo del porcentaje de desajuste en relación con la LOSCA y que no se puede atender, pues el presupuesto de la Junta no permite hacerlo, a menos de que se pretenda que la Junta de Beneficencia, que tanto ha servido y ayudado a los necesitados del país, quiebre y cierre sus puertas provocando un daño mayor a la Ciudad y al país.
Su actitud desleal hacia la Junta, si en verdad labora en ella, como lo ha hecho ver en algunas de sus réplicas, habla de una persona egoísta, que mira solamente por sacar lucro sin importarle un comino las necesidades de los demás. Si trabaja en la Junta, mire a sus colegas, que laboran el día a día con los pacientes, las Enfermeras que con mucho más derecho podrían reclamar.
Mire a los pacientes, pero no solamente como pobres y menesterosos que reciben los mendrugos de su atención como Médico, en algunos casos, incluso, en forma displicente y prepotente. Mírelos como son: Hijos de Dios, como usted y como yo, que están en necesidad, que están sufriendo y que deben ser atendidos y aliviados en sus dolencias.
Compare usted la atención que se recibe en los Hospitales de la Junta de Beneficencia con la que se recibe en otras entidades de salud. A Dios gracias, tenemos en los Hospitales de la Junta, al lado de un grupo pequeño de personas egoístas y amargadas, un gran grupo de personas que en verdad están conscientes de lo que significa la Honorable Junta de Beneficencia de Guayaquil, para la Ciudad y el país, y ponen todo su esfuerzo por servir más y mejor a las personas que vienen en busca de ayuda a nuestros servicios. Gente que sí tiene puesta, y con orgullo, la camiseta del Servicio de la Junta. Gente que da de sí porque sabe que el servicio que da, está ayudando al que más necesita, gente consciente de la necesidad de amor hacia los demás que debe ser el motor que nos une para dar y ayudar.
Es una pena que usted, una persona a la que, en sus primeros comentarios hace ya unos años se me mostró aunque sin yo saberlo anónimamente, pero interesado en el buen desarrollo del Hospital, reclame algo totalmente injusto. Si la Junta paga lo que paga el Gobierno, necesitaría recibir ese dinero del Estado para no cerrar las puertas, y al hacerlo, pasaría a recibir un porcentaje mayor de recursos del Estado y por ley, pasaría a ser una entidad estatal, con los resultados que todos conocemos, por más buena voluntad que tengan las personas del Gobierno. Ya la salud pasaría a ser el reclamo de todos.
La Junta no es el Gobierno y no puede equiparar salarios con el Gobierno, porque no tiene los recursos para hacerlo.
Si su preocupación y la de unos pocos más fuera por la justicia, ¿Por qué no reclamaron antes por las enfermeras? Ellas son tanto o más necesarias que los Médicos.
Admiro y aplaudo la actitud de nuestras Enfermeras que, conscientes de la necesidad de los pobres, colaboran con amor en bien de nuestros pacientes.
JFGR
MUY BIEN DICHO,JOSE FERNANDO. MAS CLARO,AGUA.!!!!!!!!!!!
Estimado Dr. José Fernando Gómez Rosales
Gracias por su comentario, lo único que he señalado es que un juez ha dictado sentencia y esto es de conocimiento público, ya que fue publicado en diario El Universo, también es cierto que no se han convocado los concursos para jefaturas médicas, por tanto, lo escrito dista mucho de ser un anónimo, ya que la característica principal de ese tipo de escritos es la falsedad de las aseveraciones y el deseo de ofender.
No tenía conocimiento que las enfermeras perciben un sueldo inferior al que les corresponde por ley, confío que la sentencia a favor de los médicos les sirva de precedente para que la HJBG se decida a pagarles lo que les corresponde junto con los retroactivos, sin que ellas tengan la necesidad de entablar un largo juicio.
En relación a la atención que reciben aquellos a los que usted llama «pobres», y sin ánimo de desmerecer la actividad del Hospital Vernaza, señalo que el INEC publica anualmente las tablas de egresos y tasas de mortalidad bruta de los hospitales del Ecuador, tómese en consideración lo siguiente, año 2008: Hospital Luis Vernaza, 20767 egresos hospitalarios con una tasa de mortalidad bruta del 99,4 por mil. Hospital Guayaquil, 15099 egresos hospitalarios con una tasa de mortalidad bruta del 31,8 por mil. Hospital Carlos Andrade Marín, 24608 egresos hospitalarios con una tasa de mortalidad bruta del 27,9 por 1000. La alta tasa de mortalidad bruta del H. Vernaza quita el sustento a las afirmaciones que Usted hace Dr. Gómez Rosales
Se cuenta que en alguna ocasión el Dr. Alfredo Valenzuela era acompañado por un niño en un recorrido en el cementerio general, se detuvieron ante una tumba y el infante le pregunto al galeno el significado de las siglas RIP escritas en la lápida, la contestación fue «Recetó Izquieta Pérez», esto me recuerda aquella equivocada afirmación suya de que lo importante no es recetar.
Dr. Gómez Rosales, ningún guayaquileño ni ecuatoriano desea que la Honorable Junta de Beneficencia cierre sus hospitales, sino todo lo contrario, pero creo que han perdido el norte, y me atrevo a decir que Francisco Campos Coello, como médico que fué, reclamaría el trato que están dando a los médicos, y no me refiero precisamente al aspecto económico, que si bien es cierto es importante, pasa a un segundo plano cuando se trata del respeto a profesionales. Si la Junta llegara a cerrarse, no busque culpables entre los médicos, sino que debe buscar entre malos directivos de la institución que se muestran incapaces de entablar un diálogo con médicos, enfermeras, secretarias, etc, busque entre aquellos directivos que designan funcionarios incapaces, busque entre aquellos médicos que hacen creer que una tasa de mortalidad de casi el 100 por 1000 no debe ser motivo de alarma. Busque también entre aquellos que a la condición de enfermo le añaden el adjetivo de pobre, usted como médico debería saber que no hay enfermos pobres, ni tampoco enfermos ricos, solamente hay enfermos, ya que el dolor, el sufrimiento, la angustia, la desesperación, la desesperanza puede hacer presa de cada hijo de Dios.
De cierto que hay gente que tira la piedra y esconde la mano, eso no quita que existen también otros que pretenden hacer caridad con mano ajena.
Con afecto fraterno
Werner
Sr.Werner Quishpe su carta escrita en enero 18 del 2011 es lo más sensato,honesto,y veridico que he leido en esta página autotitulada «Desde mi trinchera»….hace 6 años tuve que operarme en el luis vernaza de urgencia de una apendicitis,en el pensionado,me cobrarón como a «rico»….cinco años despues tuve un accidente menor que requeria cirugia menor,fui a emergencia del luis vernaza,realmente no ameritaba nada grave,solo una «cogida de puntos»,pero sorpresa, no me atendieron porque yo no era un enfermo pobre….yo tenia según el hospital Luis Vernaza que ser atendido en Pensionado,y por supuesto no me atendieron….fuí con toda la mala gana a un hospital de Gobierno y no solo que me atendieron gratis sino que me regalaron las medicinas….El asunto es que a los enfermos pobres se los atiende como pobres,en camas donde lo unico que se ven son más pobres….en cambio en los pensionados se los atienden como a rico….el asunto es que alguien que fué atendido en pensionado por alguna circunstancia no tiene efectivo o su situacón economica es diferente,corre el riesgo de no ser atendido…de los medicos y enfermeras es lo mismo…los jerarcas ganan bien y los medicos operativos tienen que ir a un juez para que se les imparta justicia….mi opinión es que siempre para que haya respeto y libertad la persona debe ponerse en la piel de su semejante para comprender el por qué la gente piensa diferente….me gustó la cita que hizo el doctorcito:»Estoy en desacuerdo con lo que dices,pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo»….suena bonito,pero a la minima contestación tuya el doctor te llama ANONIMO….¿Y el respeto que se pregona en el artículo?
El Derecho de una persona termina donde comienza el Derecho de otra persona!!
«…El hombre nace libre, responsable y sin excusas…»
Hola ☺
Muy bueno! TodasTodas las personas deberian llevar el respeto ante todo.
Me parecio muy bueno este relato es espectacular.