22 noviembre, 2024

Honestamente: ¿Podemos esperar treinta años?

CONSULTA POPULAR

En su habitual monólogo sabatino, Correa aseguró que el objetivo de su “revolución ciudadana” es lograr: “el buen vivir, esa patria desarrollada”.

Pero, dijo, “esa meta no se logra en cuatro años de Gobierno, ni en ocho ni en 10, se demorará 20 ó 30 años, si vamos rápido”.

En buen romance: Yo estoy haciendo campaña para perpetuarme en el puesto.

Los bebes que nacen justo hoy, no se pueden dar el lujo de esperar ese lapso de tiempo, porque cuando llegue ese lejano día (suponiendo que se diera y no fuera un fracaso igual que Cuba, Venezuela o Argentina) cumplirán los treinta años y el mundo los habrá dejado atrás.

Que tu hijo tiene 10, que tú tienes 20, haz cuentas y dime ¿tienes tiempo de sobra para esperar? ¿Cuán probable es que ese crecimiento se dé, bajo las experiencias de los cuatro últimos años?

Estas personas que se auto denominan ser de: MANOS LIMPIAS”, “MENTES LUCIDAS” y “CORAZONES ARDIENTES”, con esos títulos realmente no califican para ser denominados “HONESTOS”.

La honestidad es una cualidad de calidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad (decir la verdad), también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.

Dado que las intenciones se relacionan con los conceptos de “honestidad” y “deshonestidad”, existe una confusión muy extendida acerca del verdadero sentido del término. Así, no siempre hay conciencia del grado de honestidad o deshonestidad de los actos.

El autoengaño hace que pierdan la perspectiva con respecto a la honestidad de los propios actos, obviando todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.

Según Confucio: “La honestidad es uno de los valores y componentes más importantes de una personalidad saludable, si entendemos por ésta la capacidad de obrar el bien en todas las distintas relaciones y actividades que las personas sostienen”.

Admitir que se busca la gratificación inmediata, con todo, puede contribuir a transformar un acto malo en uno peor, del mismo modo que ocultar las intenciones a largo plazo puede empeorar una buena acción.

Un principio fundamental en esta teoría es la de que una buena persona debe mostrar sus sentimientos sinceramente en su rostro

Esta sinceridad abarca incluso a la propia expresión facial, ayuda a lograr la honestidad con uno mismo, y a que las actividades humanas resulten más predecibles, amigables y placenteras.

En un nivel más profundo está la bondad. En este nivel no se persigue ya el propio interés, sino el principio moral de la justicia, basado en la reciprocidad.

La moral se basa en la empatía y la comprensión de los demás, lo que requiere una auto comprensión previa, de la que nacen las normas morales, más que de un código ético “otorgado o creado por alguna divinidad”.

La versión confucionista del Imperativo categórico consistía en tratar a los inferiores como te gustaría que tus superiores te tratasen a ti. La virtud se basa en la armonía con los demás, y en la aceptación de que en algún momento de nuestras vidas todos estamos a merced de otras personas.

La honestidad consiste por lo tanto en ponerse en el lugar hipotético de la propia vida futura, y la de las generaciones pasadas y venideras, y elegir no hacer o decir nada que pueda mancillar el honor o la reputación ajena. Permitir la libertad y la autodeterminación.

En parte debido a una comprensión incompleta de estas nociones más profundas de honestidad en Occidente, es común en varias culturas de Asia denominar “bárbaros” a aquellos que no las conocen y las cumplen.

En ocasiones ciertas culturas asiáticas implican unos niveles de ambigüedad y paciencia casi intolerables para un occidental, esto se debe a un intento de salvaguardar la honestidad por encima de todo.

Tomar una acción positiva o negativa basada en una reacción visceral, “fosforito”, es tan deshonesta como mentir o robar.

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El proyecto de Ley reformatoria a la Ley de Personal de las FF.AA., enviado a la Asamblea por el Presidente Correa, y discutido en primer debate, dispone que se derogue el Art. 45 de la Ley de Personal de las FF.AA., el cual se relaciona con los cargos de edecanes militares de las principales autoridades del país. En dicho proyecto simplemente se establece, sin mencionarlo, que los edecanes no son necesarios; se esgrime, entre otros motivos, que de acuerdo a la Ley Órganica de la Defensa Nacional, el representante legal de las FF.AA es el Ministro de Defensa, sin duda que así lo es. La presencia del edecán es una representación institucional, una demostración de la subordinación de las FF.AA. al poder civil, legítimamente constituido.

Los edecanes son oficiales distinguidos, con altas calificaciones; deben reunir, entre otras cualidades, la discreción y la lealtad. Son testigos de las reuniones más reservadas y de muchos secretos; razón fundamental para que el dignatario deposite en él su absoluta confianza.

No hay comentarios

  1. Lo que esta pasando en el Ecuador, es casi una copia al carbon de la famosa ley habilitante con la cual el maniatico de Chavez se aprobecho de la infelicidad de los venezolanos. Correa ha usado el grave problema de la inseguridad, para dar un paso mas en su ya anunciada radicalizacion de su disque revolucion.
    Esto que esta sucediendo no es mas que un plan bien delineado desde Caracas (con participacion cubana), de como quieren estos comunistas solapados apoderarse de la region.
    Lo peor de todo en el caso de Ecuador, es que Correa se las manda a guardar de frente. Ya les dijo que su mesianica revolucion se quedara para rato.

  2. Buen día mi estimado Don Antonio; primero un buen año – segundo otra vez vemos como nos llevan a querer votar por una consulta inconsulta – aca en la ciudad de Quito se comenta que este señor presidente es como el joven loco y exitado, que quiere cobrarle a la pelada sea como sea, prometer y prometer – hasta lograr meter – ya metido olvidado lo prometido.
    hasta luego
    La Kantaleta

  3. Estimado «elconejo» La Kantaleta,
    Muy gráfico y preciso ja ja ja. Exactamente (No es de reírse pero ¿qué más queda?)
    Cordial saludo,

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