La revolución ciudadana no es, como algunos piensan, un movimiento que se generó con los forajidos o con la ruptura de los veinticinco.
El grupo de la revolución ciudadana es un movimiento que se ha ido generando con gente capaz en su mayor parte, a lo largo de varios años, por la necesidad de defender el país contra los abusos de los grupos de poder que se han ido alternando durante más de 170 años en el gobierno y que en su mayor parte pensaron en sus necesidades particulares y las de sus amigos o familiares, antes que en las necesidades básicas del pueblo ecuatoriano. Alguien, pensando en el país, se dedicó a formar un grupo de personas capaces, que salían a prepararse con becas al exterior, en distintos países, muchos de ellos de detrás de la cortina de hierro, aprendiendo no en las capitales, sino en pueblos alejados, gente con capacidad, que se preparó en la mejor de las formas, para regresar al país y buscar su transformación.
En este aspecto, la revolución ciudadana es un éxito y es algo muy positivo para el país. Como en todo grupo antagónico que se forma, uno siempre encuentra gente en el grupo opositor, que quisiera que esté en el grupo nuestro y bastante gente en el grupo nuestro, que uno quisiera que esté en el bando contrario. En el grupo que ha tomado las riendas del país, hay detrás una gran fuerza que lucha, es inteligente, capaz, con conocimiento y ganas de levantar este país. Hay también algunos que buscan su beneficio particular, que piensan en sus bolsillos, no en la patria y personas que tienen un criterio errado de lo que es la amistad y la confunden con complicidad, lo que hace que se critique y que en muchas ocasiones lo bueno se transforme en malo, en corrupto o en pillerías. Esto es lo malo de la revolución y lo que la puede llevar a su autodestrucción.
La fiebre del poder es difícil de controlar, ya que la persona que lo ejerce o que tiene el acceso para lograrlo, no tiene quien le ponga límite a su ambición. Eso lleva al abuso y el abuso lleva al resentimiento de los mismos coidearios, que ven impotentes como su ideal se desvanece.
Ahora estamos empezando a ver el otro lado de la medalla. Una vez conseguido el poder, hay que conservarlo y la base para lograrlo es el grupo original, constituido por todos los comprometidos, más el montón de gente que rodea a este grupo y que son prácticamente, el pueblo del Ecuador, el cual tiene puestas las esperanzas en la gente que conoce y está comprometida con el cambio.
Pero esta gente no está comprometida y hay que mantenerla interesada, lo cual no es fácil, sobre todo si el país no cuenta con la infraestructura necesaria para dar lo que el gobierno promete y si hay un grupo minoritario de personas entre los que ejercen el poder, que están más comprometidos con sus bolsillos o con sus intereses, que con el país.
Entonces es necesario crear un sistema competitivo: elecciones, referéndums, consultas populares y mantener un programa de información programada, metódica y continua, en el que la única verdad que se pueda percibir es la que presenta el gobierno.
Es necesario anular toda otra posibilidad de gobierno y toda oposición, para ser la única opción válida en todo momento. Este método es en realidad muy caro, ya que mantener un ritmo de elecciones prácticamente cada año y mantener callada a la oposición exige un gasto exagerado y mantener cautivos los medios de comunicación, como lo están actualmente.
Estoy de acuerdo con la mayor parte de tu artículo. Pero existen más motivaciones para los hechos que se hallan produciéndose.
Te enviaré un trabajo, sobre el inicio del pensamiento constitucional de Montecristi, que he terminado y entrará a la imprenta. Allí en efecto, demuestro, que parte del pensamiento que se halla impregnado en la Constitución, se inició muchos años antes.
Sr. Gomez. Su articulo me perdio. Cual es el punto de regresar al Ecuador con una educacion si lo que se va a planificar para el futuro es una total confusion de metodos para el mejor desarrollo del Pais. Y lo peor, no tener una opcion en caso de que el mas astuto trate de apoderarse de la idea y la divulgue como propia.
Como ecuatoriano que resido en el exterior desde hace mas de 30 anos, me gustaria saber quienes son estas personas que regresaron con titulos y en que centros de educacion superior fueron entrenados. Por favor, si pudiera hacer disponible este pedido le quedare agradecido.
Excelente como siempre los son todos sus artículos.
Su análisis es fino, respetuoso y muy sesudo. Buen punto su acotación acerca de la preparación que han llevado a cabo ciertos funcionarios de este gobierno, en tierras lejanas a nuestra realidad, y fuera de tiempo, pues la caída de la Cortina de Hierro debió ser un indicio muy claro para cualquiera que se precie de inteligente, que ese sistema del Partido Único era una quimera, porque nació podrido y sobretodo subestimaba a la esencia misma del ser humano, que es progresar siendo competitivo. Persistir en formas erradas de conducir un país, es malsano; lo que ya dice mucho de esos viejos revolucionarios, y los oportunistas que los rodean, en desfase total con nuestro tiempo.
En efecto, mantener el poder cuesta una fortuna; por eso cualquier recurso que tenga el país, llámese el fruto de las exportaciones petroleras, préstamos onerosos solicitados a otras dictaduras como son los usureros extravagantes chinos, o bien saqueando la caja del BIESS donde hasta hace poco se guardaba la plata producto del sudor de sus ingenuos y forzados afiliados.
Cualquier dinero es poco para mantener a un dictador, ya que la propaganda embrutecedora y los repartos a los turiferios deben ser de forma continua y sin fallas. Y si a eso le agregamos la incompetencia inherente a todos los dictadores, cualquier dinero desaparecerá como por arte de magia, para al final encontrarnos con un país miserable, regentado por un pseudo monarca rodeado de cortesanos y turiferillos que harán todo tipo de malabares para retener el poder cueste lo que cueste. Ese ha sido y es el caso en Zimbawe, Venezuela, Cuba, Egipto, Irán, Túnez, China, etcétera.
Este gobierno dictatorial y repulsivo debería tomar ejemplo de la onda de protestas que barre al Oriente Medio, para saber con certeza cual será su destino.
Por el momento el ecuatoriano medio vemos que se desentiende del teje y maneje de sus verdugos, pero cuando comience a faltarle el papel higiénico, el arroz, el aceite, el pollo y los fréjoles; allí lo queremos ver. Un pueblo oprimido, desempleado y hambriento terminará por rebelarse y por cobrárselas todas juntas a quienes lo llevaron a tal grado de desesperación. Para allá vamos.