La igualdad y el socialismo

Necesitamos acortar la diferencia entre clases, pero el cambio debe que ser para arriba, no como busca el socialismo. El cambio para poner a todos en la miseria y que sólo los del gobierno vivan opulentamente, mientras los demás hacen cola para cobrar su bono de miseria, o recibir su ticket de alimentos, es malo para el país y para el hombre.

La igualdad es para que la gente pobre reciba la misma educación que el rico, para que le permita competir con los demás, desarrollar nuevas empresas y acceder a créditos con intereses moderados, para que por la educación sus hijos sean personas honestas, responsables y útiles, para que todos tengan una atención digna y provechosa en salud. ¡Esta es la igualdad que se bebe buscar!

La igualdad, lleva ahora en España, a que se elija el apellido. Los apellidos indican que la persona es hijo de fulano, (Johnson, hijo de Juan). ¿El motivo? Si se conoce al padre, de tal padre, tal hijo. Si el padre es una persona decente, el hijo debería serlo también. De aquí la necesidad de conservar limpio el apellido. Esto es algo que en la primera mitad del siglo XX y en los siglos anteriores, obligaba a la persona a mantener la decencia, la moral y la honestidad. No era necesario ser de alcurnia. El hijo del zapatero del barrio, al heredar el puesto del padre, se lo conocía como hombre de confianza y todos trataban de mantener su buen nombre. Ahora lo que se quiere lograr es la pérdida de la relación familiar, igualar en el anonimato, no saber de dónde vienen. El honor familiar se pierde para igualar en el lodo a todos. Como dice el tango Cambalache: Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor. No hay aplazados ni escalafón, los inmorales nos han igualado.

De la corrupción política y económica, se quiere pasar a la corrupción de las costumbres, destruyendo a la familia. La inmunidad del aborto, por defender el derecho de elección de la mujer, la promoción de la homosexualidad, por defender la libre elección, la prostitución de la palabra matrimonio, al aplicarlo a lo que es (la defensa del producto de la unión del hombre y la mujer) y a lo que no es (el marimonio entre personas del mismo sexo), hablan de lo errado que anda el mundo en su afán de buscar la igualdad.

Debe haber igualdad. Ha habido una gran desigualdad de clases económicas. En lo racial, a Dios gracias, ya hay cambios en el mundo. Lo que se debe buscar es igualdad de oportunidades, que todos puedan acceder a la misma educación, que todos puedan acceder al mismo crédito, que todos recibamos una atención digna, oportuna y correcta a nuestros problemas de salud. En relación con los grupos sexuales, religiosos y políticos, no debemos hablar de igualdad, sino de tolerancia. Es diferente que yo tolere a personas que tienen una forma de vivir diferente de la mía. Tolero a los musulmanes o a los comunistas, pero no pienso ni actúo como ellos.

La igualdad que busca el socialismo es igualdad en la miseria. Lo que necesitamos es igualdad en oportunidades, con dignidad, honestidad, levantando al de abajo, no hundiendo al de arriba, sin crear odios ni resentimientos que aumentan la baja autoestima del de abajo. Cambiemos la política y hagamos del Ecuador un país de gente digna.