Democracia y Poder Absoluto

Ha quedado ya de demostrado en forma clara y contundente que el proyecto político de Rafael Correa va porque va, y avanzará tanto tiempo y tan profundamente como él personalmente lo quiera y lo desea. Y ahora, cuatro años después de haber empezado de cero, sin un solo congresista siquiera, ha consolidado el máximo poder concentrado que pueda recordarse en la historia ecuatoriana con o sin el uso de las armas. Todo se debe a su voluntad férrea, incansable, determinante, porque el equipo de ruptura que pensó utilizarlo, los comunistas disfrazados de maestros, los indígenas que levantaron lanzas y paralizaron carreteras, son ahora sus principales organizados adversarios. Alberto Acosta vuelve a sus clases doctrinales ya que no entiende el lenguaje del poder con el que su discípulo absorbió la omnisapiencia política, practicó el don de la ubicuidad, y destruyó cuanto obstáculo se le interpuso en el camino.

Y con su rodilla nuevecita pese haber recorridos el país entero y estar en el escenario internacional viajando miles de kilómetros, luce flamante y entusiasmado iniciando su reelección para el 2.013. La Consulta que la realizará en mayo próximo, a su entero antojo y capricho, realmente es el inicio para asegurase una reelección en dos años para legitimar su presidencia hasta el 2.017. Se prepara a saltar los escollos y cerrar su figura absolutista a nivel de monarquía poco camuflada. El objetivo de esta Consulta y Referéndum de diez preguntas, no es sino una maniobra política de gran alcance. Nada importa aquello de los toros, gallos, o casinos. Son simples disfraces inocentes que se resuelven con leyes o incluso reglamentos sensatos. Es parte de la cortina de humo para hacer pasar tres poderosos instrumentos de poder con los cuales asegura una reelección tranquila y sin riesgos.

Absorbiendo oficial y rápidamente la reestructuración de la función judicial, logra sin duda poner en jaque a cualquier adversario, incluso a sus mismos asambleístas que en algún momento podrían flaquear en la sumisión que les reclama a nombre de ¨su¨ revolución personalista. Pero eso no es suficiente sino inventa un delito que justifique las prisiones, los juicios, y los insultos sabatinos. El enriquecimiento ilícito privado como delito tipificado no es más que la inversión de la culpa, que otorga inmediatez y poder para que nos sea el SRI siquiera, sino un Fiscal cualquiera, el que actúe. Los empresarios que son seres pragmáticos y muy inteligentes en el arte de ver los que económicamente les conviene, se alinearán de inmediato con tal que les dejen trabajar tranquilos. De hecho una buena parte del empresariado ya está feliz con aquella evidente praxis de que se aplique el rigor de la ley a Alvarito, y a todos los cabezas de turco que ya tiene señalados desde el inicio de su gobierno. ¡A mis enemigos la ley! dice el manual del soberano. Esta reforma legal tiene además la fuerza de incautar todo lo que expeditivamente se quiera. Y eso causa miedo. El miedo es la fuente del poder absoluto. No se olviden tampoco que desde hace dos años estamos obligados a presentar declaraciones patrimoniales que reposan allí, a orden de un solo pulso de computadora portátil que acompaña al Presidente todos los sábados.

Finalmente la Consulta tiene un tercer artificio. El control de contenidos de la prensa. El resto de prensa no estatizada y que todavía queda libre y escandaliza porque mueren ocho o diez infantes en un hospital público, o porque pone al descubierto un cheque cobrado por alguien muy vinculado a la Corte Constitucional que desparrama un aroma a mierda, o cuando descubren a alguien comiéndose un cheque, o cuando difunden en un clic video a un ex ministro de Finanzas discutiendo a puerta cerrada sobre la deuda externa como fue el caso de aquello videos ya olvidados, o cuando difunden entrevistas a miembros de comisiones nombradas por el propio presidente para aclarar las figuras delictivas que le salpican familiarmente. Y claro que hay prensa corrupta, y esta está ya incrustada dentro de los medios estatales. Periodistas que vendieron su alma y vocación al diablo, y saben de antemano que su parcialidad informativa es la contrapartida al sueldo que reciben. ¡Para mis enemigos la ley! Es lo que una y,otra vez se repite.

Bueno diría yo, que todo esto que se viene es el precio de la revolución sin muertos, para llegar a una sociedad más justa. Y a pesar de que eso de los muertos es relativo porque ya al régimen algo le salpica con los incidentes de ese 30 de septiembre, o desde que el sicariato y la delincuencia se instalalaron en un Ecuador que no era tan violento antes de tantas medidas generosas como las que hacen referencia a la inmigración sin topes ni fronteras, la salida masiva de delincuentes de sus cárceles, y el ablandamiento de penas en contra de delitos que dejaron de serlo en razón de su cuantía. Pero en fin, si por despegar a tiempos mejores se requiere de un soberano que gobierne treinta años y con todas las facultades implícitas, aceptemos pues el reto planteado en estos términos. Pero por favor ¡no intentemos llamarle a esto democracia!.