Acostumbrada al término “discípulo” como aquel que es alumno de otro, no he ido más allá de lo que parece un sencillo significado de este término. Hace poco escuché a una profesora de yoga, dar a “discípulo” otra significación. Discípulo no es solo el que aprende de otro o sigue a un maestro. Primero, dijo la profesora, discípulo deriva de la palabra “disciplina”; entonces, para ser un “discípulo” hay que ser disciplinado. A un discípulo lo hace la disciplina. ¿Hemos de ser discípulos de alguien? ¿Seguir a alguien que pueda guiarnos? La profesora de yoga agregó un concepto nuevo a mi diccionario de términos y situaciones, debemos, dijo, ser discípulos de nosotros mismos.
No significa esto que hemos de creernos los omnipotentes maestros de la vida. Es simplemente el hecho de buscar dentro de cada uno lo que ya está impreso en nuestro ser, interiorizar en lo que ya hemos aprendido. Somos un soplo de Dios, y un soplo de Dios debe tener mucha sabiduría. Con las distracciones del mundo, lo olvidamos todo o casi todo y acabamos creyendo que nacemos ignorantes para aprender “muchas cosas” y llenar un cerebro vacio y carente de todo contenido. Pues, no es así.
En el Bhagavad Gita, texto sagrado del hinduismo, Krishna le dice a Arjuna: “Para que cese tu dolor y tu aflicción, Arjuna, tendrás que superar tu ignorancia del Ser Verdadero que llevas dentro e ti”
El noble órgano del cerebro no nace vacío, está listo para ser activado una vez que profundicemos en lo que ya está grabado en el alma. Ser discípulos de nosotros mismos significa primero, ser disciplinados, esto es en todas las cosas, tanto externas como internas. Hay que buscar el conocimiento en todo y ser nuestros propios alumnos. Alumnos de nuestro “reconocimiento”. La profesora de yoga expresó una frase profunda y hermosa: “Se trata de crear límites de disciplina para experimentar la libertad”. Solo el conocimiento y reconocimiento de nosotros mismos nos podrá llevar a experimentar la ansiada libertad, que no es una simple libertad física. La libertad auténtica, es la libertad del alma, cuando dejamos de estar atrapados en el sinsentido de las cosas y los conflictos; encadenados a todo lo no sirve y que es parte de la materia de este mundo.
El crear una práctica disciplinada para nosotros mismos nos ayuda a iniciar el camino de la autenticidad. Podemos ser discípulos de nuestras pasiones, que no son pasiones desenfrenadas o lúdicas. Las pasiones verdaderas son los talentos, las capacidades para engrandecernos como seres humanos, la manera en que el universo nos ha honrado, todo lo que se nos ha dado para que lo cultivemos y aprovechemos por nuestro bien y en servicio a los demás.
Nadie sabe todo, pero todos sabemos algo. El maestro es, por tanto, un estudiante muy intenso. Debemos estar abiertos, ser receptivos como los niños, desear aprender y cada vez más. El conocimiento nos impide la caída, una y otra vez sobre los mismos errores. Sé un estudiante de tu propia vida. Una vez que reconozcas tus dones y tus talentos, será una obligación ofrecerlos al mundo. Debes responder con toda tu capacidad, de la manera más elevada. No olvidemos, que a quien mucho se le da, mucho se le exigirá.
Al ser discípulos y tener una disciplina de vida, tendremos límites sin que sean forzados. Y, límites claros, libertad completa.
Hay que volverse maestro de algo en la vida, dijo la profesora de yoga, puedes convertirte en el maestro de tu propio corazón. ¿Qué es lo que da luz a tu vida? ¿Qué es lo que hace que brille tu corazón? Trabaja en eso, estudia eso, entrégate a eso, apasiónate por tu talento.
La manera en como sostengas al mundo y la manera de cómo te sostengas en él, será la clave de cómo ir andando tu camino. Ser tu alumno y tu maestro en la serenidad, en el dominio de la mente y del cuerpo con la determinación y la constancia te eleva el espíritu hasta alcanzar la paz interior, la calma. Sé el alumno de tus pasiones y el maestro de tu voluntad.
Discípulo es también el que se adhiere a una doctrina y vive conforme a ella. Debemos vivir conforme a nuestra propia manera de ver el mundo, de sentirlo, de amarlo. Sigue los latidos de tu corazón, pero disciplina tu mente.
Cuando el discípulo está listo, llega el maestro.
Esta muy hermoso la manera de ver al ser humano como eje de su propia historia. En lo particular, nunca he estudiado o leido hinduismo pero siempre he sentido que el creador me envio a esta vida a cumplir con un proposito, una mision. Por ello, cada dia le pido a este creador me de la vida para cumplir con ese prometido.
Siempre me pregunto si lo estoy haciendo o si aun me queda mas por hacer.
Gracias nuevamente por haber llegado a mi con tan sensible articulo.
Gracias Karina! muy acertado y muy profundo este articulo…. Que chevere haber encontrado algo en común y por medio de esto haber tenido el gusto de conocerla en persona…
Le envio la mejor de las energias
Cuidese un mundo
hola como esta usted para mi es un honor escribirle me gusta mucho la forma que usted escribe, sabe creo que tengo una historia buena que contar, pero se que no soy tan bueno para expresar lo que realmente quiero decir, estudio ingenieria en la espol y no he tenido tiempo de terminar mi historia, xq le escribo a usted, xq creo en dios y creo que existen aun personas que ayudan al projimo, se que con usted me voy a llenar de sabiduria quiero su ayuda para sacar mi primer sueño junto a usted de ante malo le agradesco millon mi numero de pronto 088694535