ENTRE LA CORRUPCIÓN, EL MIEDO Y LA MISERIA… Después de la primera guerra mundial, en que el Imperio Turco Otomano voló en pedazos, sólo unos cuantos patriotas deambulaban, políticamente, buscando recoger los trozos de su historia desperdigados… Los “Jóvenes Turcos” es el movimiento de un inicio político formal que esperaba fijar los límites definitivos de Turquía y que luego, por la presencia de Mustafá Kemal Ataturk, primer presidente de la República Turca, es logrado. Los cambios sociales, políticos, culturales fueron abrumadores en un contexto de ferviente entusiasmo. Los pueblos árabes tradujeron este acontecimiento a favor de sus intereses. ¿Por qué no seguir el mismo camino hacia un destino propio? Las monarquías, mayoritariamente, cayeron en desuso y los golpes de Estado, políticamente justificados, catapultaron los nuevos liderazgos.
Desde comienzos del siglo XX hasta fines de la segunda guerra mundial, o quizás hasta después de unos cuantos años de la Guerra Fría, las ahora repúblicas árabes seguían en la lucha por una estabilidad socio política, sin conseguirlo. Como que eso de pasar de un colonialismo demasiado retrógrado, manipulado por el Imperio otomano, a otro manipulado por los países más adelantados del mundo, no significaba sino una nueva forma de bloqueo, de extorsión. Con la presencia de la Conferencia de Berlín (1884) y las resoluciones de la Liga de las Naciones (1920-1946) el mundo árabe fue repartido entre Gran Bretaña, Francia, (Italia) bajo el membrete de protectorados, con la aprobación de Estados Unidos, desde el escenario cosmetológico del “modernismo occidental”…
La vida colonial, pese a muchos esfuerzos, en general, no ha podido ser superada. Los liderazgos árabes, de las repúblicas ahora “independientes”, a vista y paciencia de “Occidente”, creyeron necesario “colonizar” internamente a sus pueblos mediante camisas de fuerzas propias de cada uno. Todos, en la línea del Islam, cada vez más tenue, seguían rezando pensando en la Meca, pero con el rostro volteado hacia Nueva York. Las independencias pasaron a ser revolucionarias y éstas reclamaban estabilidad que fue llegando, muy aprisa, con las burocracias, casi siempre fuentes de corrupción, nepotismo y coimas… El paso del tiempo volvió mesiánica la gestión administrativa de los gobernantes. Libios, egipcios, argelinos, marroquíes, sirios y demás pasaron a la dependencia de un amo nacional. Primero reconocido en calidad de héroe, luego primero entre pares y después, enviado de salvación. Incluso lo que empezó siendo una sociedad abierta terminó cerrándose como un puño desde el autoritarismo del poder. Se habló de pagar el costo social pendiente de tantos años. Una carrera armamentista, en cambio, y un militarismo obsecuente, a favor del líder no del pueblo, hizo del silencio un modelo de vida para cada individuo, para cada comunidad. El miedo rendía tributo a la fuerza de las armas.
Todavía está Argelia, Sudán, Yemen, Marruecos bajo una línea de pobreza que afecta, en promedio, a más del 30% de su población. Egipto, además, con una ayuda real de los Estados Unidos, sin devolución, de más de 1.000 millones de dólares anuales, igual sigue con el 20% de la población bajo el límite de la pobreza y el 10% de desempleo de su mano de obra calificada. ¿Por qué hueco político se ha estado cayendo ese dinero? ¿En qué bolsillo del nepotismo entró con una cuenta cifrada? Libia y Arabia Saudita están en idéntico andarivel. Ni Siria, Qatar, Jordania tienen mejores estadísticas. Es que jamás será exagerado reclamar por una unidad porcentual de miseria humana, sea alimentación, desnutrición, sanidad, ambientalismo, a estos gobiernos árabes dedicados a desfalcar el tesoro público, mientras engañaban a sus pueblos, contándoles leyendas falsas de un cielo pronto a llegar. Para la Organización Mundial del Comercio, aportando con su granito de arena encubridor, con fecha junio de 1999, por ejemplo, “El crecimiento económico de Egipto se ha logrado a pesar de las perturbaciones externas y de un programa de reforma estructural relativamente desigual…”. ¡Clásico texto!. Típico de los que CEPAL acostumbró a los países latinoamericanos, para mantenerlos embobados en la misma mentira histórica permanente. El galimatías explicativo que sigue es digno de la fantasía literaria de Alí Baba y los 40 ladrones…
Ahora “descubren” las joyas y dinero escondidos, que suman miles de millones de euros, en las paredes y vitrinas especiales de la residencia del depuesto presidente Ben Alí, las cuentas bancarias multimillonarias de Gadafy y sus hijos, de Mubarak y sus familiares… Ahora recién están confiscando sus bienes los bancos de Suiza, España, Reino Unido, Francia… ¡Qué agilidad detectivesca tan genial! ¿Pero cuánto les ha favorecido esta masa de dinero en sus transacciones de inversiones y créditos, durante estos 20, 30, 40 años? ¿Es que recién hoy nos estamos desayunando de semejante atraco? ¿Es que nadie sabía del militarismo vergonzante de las novedosas dinastías árabes? ¿No es que el 70% de las armas son exportadas desde Estados Unidos y Europa, después que cayó la URSS? Barack Obama e Hillary Clinton deberían iniciarse en nuevos pasos de baile de la política moderna, y olvidarse de las adicciones sicopáticas de Mr. Bush. La pareja está muy dispareja! Más creatividad señores de la Casa Blanca…
Saludos. Comparto el enfoque del artículo, muy objetivo y desapacionado, el cual contiene mucha historia, que generalmente no es muy conocida, especialmente por aquellos que recién descubren los 42 años en el Poder de Gadhaffy, pero no conocen nada de los orígenes sociales o culturales de él y su pueblo – los bereberes – frente a la oleada arabe que prácticamente los tiene al borde de la desaparición. Esos expertos que solo hablan o escriben de la llamada democracia, como una solución que debe imponerse. Primero debemos comenzar con nosotros mismos, y observaremos que ni a nosotros, el Ecuador y su Independencia, y luego su Democracia para nada bueno sirve.
Complementriamente, la autoridad de Gadhaffy es de vital importancia para los libios.
Me gustaría que el articulista escriba algo más sobre las costumbres de estos estados – Tribus o Clanes, donde existe una apreciación, una concepción, una persepción de una serie de situaciones, completamente diferente a la cultura occidental. Peor de los latinoamericanos, que en su mayoría, lo único que sabemos conocemos es lo que publican los diarios, cuyas noticias pertenecen a uno o dos dueños (transnacionales de la Judería); donde la verdad no existe, sino el puro interés mercantilista, económico. Por ello exhorto a las personas que conocen muy superficialmente lo referente a esta cultura y sus intimidades, abstenerse de opinar, y peor llamar tiranos, dictadores, autócratas o similares a estos seres que un día fueron los mejores «SOCIOS» del capitalismo mundial. Ahora, quizás ya están viejos, o ya no sirven, y por ello, sucede lo que está sucediendo. !Que farsa esta política internacional! !Que farsa de los organismos internacionales! !Que farsa de los DDHH! ¿Recuerdan lo de RUANDA, BIAFRA, KATANGA, SOMALIA, INDONESIA con Sukarno y Suharto? ¿Recuerdan la partición de la INDIA y la creación de PAKISTAN OCCIDENTAL y PAKISTAN ORIENTAL, hoy Bangla Desh? ¿Recuerdan Irak con Saddam frente a Irán de Johmenni. durante 10 años y que pasó luego? ¿Noriega, Marcos, Strossner, Pinochet, Fujimori,Somoza, Palhevi y otros? La servilleta tuvo mayor valor que estos, obviamente dicho valor o cuantía fue impuesta en la Bolsa de Valores de USA o CE.
Saludos,
Napoleón Sotomayor.
Buen artículo, muy versado y bien estructurado, pero que no deja de ser partisano, o equivocado, cuando en la parte que le corresponde en la historia a George Walker Bush, le achaca falsas responsabilidades no comprobadas. Sin la intervención de ese valiente presidente americano, cientos de miles de victimas se podrían contar entre los ciudadanos iraquíes; pues Saddam no era muy ecónomo, en lo que a sangre de su pueblo se refería.
La fabula del millón de muertos atribuidos a la intervención americana, con los que nos ofenden los oídos los antiamericanistas primarios, los fanáticos de las dictaduras y aquellos inconsecuentes que odian las libertades individuales; desconociendo el bienestar de lo que significa vivir en democracia, o que de forma velada vomitan sus eructos anti israelitas, me dejan de mármol. Felizmente energúmenos como esos son solo minoría, y serán siempre los últimos llamados para reconstruir un país destruido por Mesías trastornados.