En lo personal nos hemos mantenido alejado de los temas políticos por no ser conocedores del mismo. Pero cuando ciertos hechos se conforman y destruyen los valores en los que nos educaron, no podemos quedarnos callados. Ya anticipamos las voces altisonantes de ídolos de barro verdoso, únicos custodios de la verdad. Nos acusaran de decrepitud, traición, cuando no de supina ignorancia. Pero no es dable observar impávidos la paulatina desaparición de aquellas instituciones que hacen una democracia. Democracia cuyo fundamento se estructura con la independencia de tres poderes del Estado. Como tampoco debemos apoyar con el silencio aquella comedia que hace que las votaciones sean de por si, el cheque en blanco para el acometimiento de actos ilegales en un gobierno.
Nos sorprendió en días pasado el desparpajo con que uno de los asambleístas, desconozco si aquel es su titulo, sostuvo que las masivas votaciones del monarca eran de por si, titulo suficiente para legitimar todos los actos de irrespeto. Aceptar aquello nos obliga a rendir tributo a los déspotas afincados en Túnez, Egipto, Yemen, Bahrein, Irán o Libia. Santos varones, custodios de la libertad. Preclaros ciudadanos entregados a la tarea de salvar a sus pueblos. Porque no añadir a la lista Idi Amin Dada, Ghadbo u otros a los altares de la revolución.
Nos enseñaron en el colegio San José, aquel querido establecimiento de antaño, que el respeto a las leyes: era un pilar de la democracia. Por eso será que el regente lo exige para el, sin retribuir al resto de los ciudadanos igual potestad. Es que a lo ancho y largo de este mundo vemos gobernantes “democráticamente” elegidos, re-electos o confirmados en sus cargos que ignoran los límites constitucionales del poder; olvidando el amparo a que tienen derecho sus electores.
“Democracia” no es únicamente el acto de votar libre y voluntaria. Implica además, el acatamiento de las normas legales, la separación de los poderes y la protección de los derechos básicos de los ciudadanos: libertad de expresión, asociación, religión y propiedad. Tristemente las democracias florecieron en tanto que las libertades no lo lograron hasta la fecha.
Y esa realidad no es simple percepción como algunos pretenden hacernos creer. Los denuestos contra respetables ciudadanos, las detenciones arbitrarias, los rumores de ataques físicos a quien no es sumiso, sin dejar de lado el motejo real a una joven periodista por discrepar con su señoría son una muestra de irrespeto. Por cierto, concepto valido aquí, en la China o, Marte. Aunque hoy gracias al profundo conocimiento del guru alba conocemos que por culpa del imperialismo yanqui asociado al capitalismo salvaje, destrozaron todo vestigio de vida en aquel astro.
Mientras se coarta lentamente y por retazos nuestras atribuciones, aplaudimos el discurso populachero carente de realidades. Es que continuamos en la larga noche neoliberal vigente a la fecha y de la cual son participes los actuales alados partidarios. Nada ha cambiado, solo los membretes de algunas instituciones o el baile de las sillas entre las autoridades.
Quiero democracia, respeto y valores éticos lo cual me obliga a rayar el NO!
Magnifico comentario. Nada que agregar.
¡Bravo! Que bueno que todavia hay personas pensantes en nuestro querido país. Simplemente me queda agradecerle por tener el valor de decir las cosas como son…
Gracias,
De nada nos sirve las reformas que hagamos cuando en realidad lo que tenemos que reformar es la mente y el corazòn de aquellos a quienes se les ha dado la potestad de administrar la ley y aplicar la cosntituciòn ecuatoriana,pero en los ecuatorianos esto es casi imposible por que piensan y sienten solo es sacar provecho para si mismos y para sus familias.