“Las fuertes creencias se ganan a los hombres fuertes, y después, los hacen aún más fuertes”. – Walter Bagehot –
Con Casas Abiertas que se darán cada dos meses para informar a la población de los riesgos y las maneras de prevenir el cáncer celebra la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (SOLCA) sus 60 años de existencia. No todas las instituciones son capaces de llegar a sus Bodas de Diamante; pienso que sólo pueden hacerlo aquellas que han nacido fruto de mentes brillantes y sacrificadas y de iniciativas surgidas del corazón; así es, mente y corazón al servicio de la sociedad logran proyectos que pueden llegar a cumplir 60, 100, ¡300 años! Pero se necesita perseverancia en las generaciones.
Recordemos que SOLCA se funda el 7 de diciembre de 1951, pero no es hasta seis años más tarde que consigue apenas 20 camas para atender a los pacientes. Primero, hasta 1991, este hospital se ubicó en las calles Julián Coronel y José Mascote, junto a las Salas de Velación de la Junta de Beneficencia, en el llamado ‘Instituto Mercedes Santistevan de Sánchez Bruno’. Pero eran tantos los pacientes que se acercaban por necesitar tratamientos de prevención o focalizados que no le quedó más a esta casa de salud de adquirir el terreno que ocupa actualmente en la avenida Pedro Menéndez Gilbert, donde ha atendido a alrededor de 400,000 pacientes cada año.
Los ecuatorianos necesitamos más de estas iniciativas verdaderas y duraderas. La mayoría de propuestas actuales son para ‘apagar incendios’, es decir, de urgencia, con rapidez, sin tiempo de ser analizadas a profundidad.
Felicito a SOLCA por sus 60 años y felicito a sus gestores o primeros miembros de su consejo directivo: Dr. Juan Tanca Marengo, Sr. Augusto Dillon Valdez, Sr. Isidro de Ycaza Plaza, Dr. Raúl Clemente Huerta, Dr. José A. de Rubira Ramos, Dr. Gustavo A. Fassio, Dr. Ernesto Jouvín Cisneros, Sr. Antonio Pino Ycaza, Dr. Armando Pareja Coronel, Dr. Manuel Ignacio Gómez Lince, Dr. Nicolás Parducci Z., Dr. Julio Salem Dibo, Sr. Gonzalo Ycaza Cornejo, Dr. Eduardo Ortega Moreira, Sr. Gustavo Vallarino Febres-Cordero, Sr. Luis Noboa Icaza, Sr. Guillermo Arosemena Coronel y Sr. Ángel Ulloa Reyes. Y a todos los siguientes directores que han continuado mejorando la labor.
Pero sobretodo quiero felicitar a los héroes anónimos, a los cientos o miles de médicos que durante estos 60 años han pasado por los consultorios de SOLCA entregando su corazón ‘en bandeja’, cumpliendo a cabalidad con el juramento hipocrático que rige sus consciencias. Quiero agradecer (más que felicitar) a los cientos o miles de voluntarios que se han acercado a SOLCA a depositar sus granitos de arena, mismos que ya se han convertido en toda una playa donde los que más necesitan pueden ir a ‘bañarse’ o a ‘refrescarse’ por tanto dolor que muchas veces esta enfermedad incurable les causa tanto a pacientes como a familiares.
Gracias, gracias SOLCA…. Gracias, gracias Dr. Tanca por esta iniciativa y lucha…
Definitivamente el gracias a esa noble institucion llamada SOLCA queda corta. Yo la considero mi segunda casa, porque cuando ellos me tuvieron que atender y salvar mi vida, lo hicieron con tanto amor, con tanta generosidad y desprendimiento, que por eso yo la llamo «mi segunda casa». Mil gracias a todos los que han hecho y hacen SOLCA por ser como son.
SOLCA, significa para muchos ecuatorianos un emblema de lucha, ademasde salvar vidas tambien le ayudan a entender que tenmos mas oportunidades , el SOLCA de ahora significa para los pacientes otra oportunidad de seguir viviendo,sobre todos los pobres que ya podemos defendernos de esta enfermedad catastrofica.
Gracias en nombre de todas esas personas que ha tenido una esperanza al llegar a SOLCA y gracias a Ud. por este merecido omenaje de reconocimiento a quienes feuron sus mentores y fundadores.
No creo que sea justo dejar sin mencionar a las «Damas de Solca», que las hay, y las ha habido y desde antes de su fundación y en todas sus jerarquias. Pero trabajando ad-honorem desdes el anonimato.