21 noviembre, 2024

El padre de todos los juicios

Ante la Constitución de la República todos, absolutamente todos, somos iguales. El chamberito, el jornalero, el ejecutivo, el banquero, el presentador de farándula, el deportista, el periodista, el policía, el militar, el presidente, el director de un medio; cualquiera, si se siente afectado en su honor por lo que otro hable o acuse sobre su persona, tiene derecho a demandar y a exigir reparación. Este es un principio fundamental del estado de Derecho aquí y en todo el mundo. Por eso no encuentro digerible la idea por algunos esgrimida de que el Primer Mandatario ante el juicio interpuesto a Emilio Palacio y El Universo esté atentando contra alguien y hasta contra la misma democracia. ¿Por qué pues? Que un ciudadano se acoja a un recurso amparado en la ley y busque la aplicación de los derechos que ella contempla no puede ser un atentado contra el Derecho. Para mí es claro que Rafael Correa Delgado está actuando como lo haría cualquier otra persona si le insinúan que es asesino y eso lo ofende. No veo que atente a nada más que contra su tiempo como todo ciudadano que va a la susodicha Corte a seguir el engorroso proceso.

Tampoco veo por dónde existe un atentado a la libertad de expresión. A mí, como insinúan algunos colegas harían, no se me ocurriría nunca como periodista ni como persona dejar de decir lo que creo debo decir porque a otro colega o persona se lo enjuicia por lo que ha dicho o escrito. Aunque digan que en realidad es una amenaza, aunque se presente como acto de intimidación, este hecho no me cohíbe. No me pone a pensar ni un segundo. Porque estoy plenamente comprometido con el apostolado de informar y no hay qué ni quién lo contraríe. Al contrario, todo esto me anima y ahora estoy “más pilas” en el ejercicio periodístico de fundamentarme más. Busco la mayor cantidad de evidencia para “no dar chance” y por eso camino tranquilo por la calle seguro de que si, en el supuesto no consentido, me ponen un juicio, lo ganaré porque dije la verdad.

Este es el ejercicio de la democracia. Yo digo, tú dices. Si tú crees que te difamo, me demandas. Si las cortes dicen que no te he difamado, no hay paso a tu demanda y yo tengo la oportunidad de contrademandarte. ¿A cuenta de qué Rafael Correa, que es otro ecuatoriano, no debería demandar si se siente ofendido? ¿A cuenta de que es Presidente? Por Dios! Qué, ¿es especial o menos especial por ser Presidente? Necesito convencerme de que es como todo ciudadano del país con mis mismos derechos y obligaciones. Eso me deja más tranquilo. ¿Que no debe poner denuncia por eso de la tolerancia? También Correa tiene el derecho a escoger, como usted y yo, qué tolera que le digan y qué no. Por ahí se preguntarán algunos ¿y cuándo él ofende? Yo les respondo: demándenlo. Así de sencillo. Una vez más: este es el ejercicio de la democracia.

Entonces creo que no hay motivo para asombrarse porque el Presidente haya puesto una demanda. Pero, ojo, sí debemos asombrarnos y actuar con todo nuestro ímpetu si en el juicio comprobamos telefonazos, visitas, actitudes tendenciosas o presiones que generen favoritismo. Eso es otra cosa. Si suceden y el juez sucumbe a favor del mandatario, porque mínimo cree que así se quedará después del inevitable proceso de reestructuración que se dará ¡ahí sí que arda Troya! O si falla dándole la razón a El Universo por el temor de que lo investiguen y ejerza presión pública ¡ahí sí todos a uno! Porque otra vez “todos somos iguales” y, por tanto, en todos los juicios debe haber imparcialidad por parte de los magistrados. Nada de que es el Presidente. Nada de que es el mayor diario nacional. En éste, el padre de todos los juicios, porque al fin y al cabo en él se enfrentarán los dos poderes más grandes del País, se le debe dar razón a quien le asiste en base a Derecho. Porque estamos en una sociedad de Derecho.

Personalmente no encuentro sentido de justicia meter preso a Carlos Pérez Barriga por el fanatismo de Emilio Palacio. Me pongo a pensar en lo terrible que sería que a mi jefe, el director de noticias de Teleamazonas, Carlos Castañeda, lo metan tras las rejas por mi estupidez. Además, estoy seguro que Pérez ni leyó el artículo de Palacio antes de publicarse pues en el organigrama funcional de un periódico el editor de opinión es quien autoriza la publicación de los artículos. Para eso le pagan. En este caso, el editor de Opinión de El Universo es el mismo Palacio y creo que él mismo autorizó su publicación. Claro que podría deslindarse, si es el caso, responsabilidad legal. Pero en el ideal que todos tenemos de que cada cual pague por lo que hace, que se inquiete a los miembros del directorio y en consecuencia a toda esa empresa, donde hay gente muy valiosa, por el aberrante desfase de uno, me parece un planteamiento equivocado. Pero, repito, eso lo decidirán los jueces y, ojalá, en base a Derecho.

Hace tiempo pensé que había perdido la oportunidad de decir las cosas. Pero ahora le doy gracias a la circunstancia nacional por la que atravesamos: me obligó a ser más profesional. A documentarme más. A depurar mis fuentes. Antes confirmaba la noticia. Ahora la reconfirmo. Porque no quiero que nadie me grite que pertenezco al grupo de la prensa corrupta sin que yo pueda también, por eso, contrademandarlo… sea quien sea.

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Como en la primera parte, me seguiré refiriendo en forma fidedigna al libro “Ecuador 1960-1990: insurgencia, democracia y dictadura” de Darío Villamizar Herrera, Editorial El Conejo, 1994. En él se publican los testimonios, con lujo de detalles, de los autores de asesinatos, asaltos, secuestros, etc. de los miembros de las organizaciones subversivas que actuaron, especialmente, en la década de los 80. Les recuerdo que Villamizar, de nacionalidad colombiana, se desempeñaba como vocero político de la organización subversiva M-19 en nuestro país.

“Para el 12 de agosto (1993) se da la acción de AVC más sonada hasta entonces: la sustracción de las espadas de Eloy Alfaro y José Montero del Museo Municipal de Guayaquil. (…)”. (p.136).

No hay comentarios

  1. Para que una sociedad intente llamarse desarrollada, debe existir libre pensamiento critico y conciencia amplia de razones. Los ejemplos y acciones de lideres y opiniosos deben desencadenar el raciocinio práctico que usted ha mencionado y evoluir mentalmente por el bien del Pais. Mi sincero respeto !

  2. Aplaudo las lineas mencionadas! Dentro del marco de un sistema politico social, cabe la defensa a la integridad de una persona si esta ha sido ofendida! La democracia en el Ecuador se ha elevado a un nivel maximo hoy en dia, dadas las nuevas visiones de la sociedad junto un gobierno que ha sabido aplicar y defender sus derechos y de igual manera cumplir sus obligaciones. Sin embargo, todos estamos seguros que la sociedad sabra reaccionar cuando se este cometiendo un acto de ilegalidad, corrupcion o inmoralidad, pues esos males, la sociedad ya no los permite.

    Tienes razon al indicar que cualquiera de los catorce millones y medio de ecuatorianos podemos demandar a quien nos ofende, pues ya no debemos permitir que se nos tilde, senhale o juzgue por un acto o hecho no cometido o no haber sido parte de el.

    Espero que la justicia ecuatoriana aplique los principios consagrados en la Constitucion y el Codigo respectivo, para la aplicacion de un verdadero y acertado veredicto conforme a derecho, es tiempo de limpiar un sistema que se encuentra oculto en las sombras de la corrupcion en algunos casos, no todos.

    Que se haga justicia y que la sociedad vea como si se puede creer en un sistema, donde si hay gente que quiere un mundo literalmente mejor.

    Aplaudo una vez mas tu articulo, pues se necesitaba que un profesional de la comunicacion social exponga su punto de vista y que sea valido, dadas las circunstancias de pertenecer a una de las corrientes que influyen en la sociedad.

    En mi formacion como futuro profesional del Derecho, de seguro hare lo mismo, tal y como lo hago ahora como un ciudadano que hace respetar a su pais, a su familia, circulo en general, pero sobre todo, a mi mismo.

    Ecuador necesita mas voces!!!

    Felicitaciones.

  3. Este artículo estaría bien, si este comunicador lo hubiese hecho para Suecia, Noruega o Dinamarca, pero no para un país con una democracia pisoteada, vilipendiada y corrupta como la ecuatoriana.

    Aquí nadie respeta nada, y hasta el mismo ciudadano presidente se ríe a carcajada limpia de la con$titución que le dieron haciendo un grupillo de viudas de la vieja URSS.

    Decir que el presidente debe tener las manos libres para enjuiciar a cualquier ciudadano, es ser ciego, cruel o irrealista.

    ¿Acaso ya se le olvidó cuando Rafael Correa se sentó delante de los jueces de la 2da Sala de lo Civil de la Corte de Pichincha en junio del 2009, con su mirada viciosa y tono acusador para influenciar a esos pobres individuos ?los jueces tembleques – que terminaron regalándole 600 mil dólares, para premiarlo por haber sido moroso y estar en la central de Riesgo de la Superintendencia de Bancos en el 2001?

    Parece que tiene la memoria corta, o no preparó bien su artículo, a pesar de insistir en hacerlo.

    Francamente, yo no recomendaría su artículo a nadie, y aun menos a los estudiantes de periodismo en las universidades ecuatorianas; excepto si los alumnos tienen la intención de ir a vivir en Escandinavia.

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