22 noviembre, 2024

La Semana Santa explicada con claridad

Homilía del Domingo de Ramos

 

Domingo de Ramos

 

1.     
Para entender los sentimientos de Jesús en este
día
recordemos que durante
tres años, Él ha llevado a cabo innumerables milagros con los que ha remediado
las carencias materiales de las gentes. Su popularidad es inmensa. Los líderes
religiosos lo odian, no por Sus extrañas ideas; no. El problema entre ellos y
Jesús no es ‘cerebral’, sino ‘visceral’: le tienen rabia porque Él les ha
desenmascarado ante el pueblo por sus indecencias y vilezas, y le envidian por
Su popularidad: la masa sigue y admira a Jesús. Por otra parte, en tiempos de
Jesús, Palestina está sometida al poder de Roma.[1] En el pueblo hay verdadera
sed de independencia económico-político-social. La multitud ve en Jesús al líder
capaz de liberar a Israel del imperialismo colonizador de Roma. Jesús entra en
Jerusalén y el populacho, muy ‘arribista’, lo aclama como al político que viene
y que, seguro, ganará las elecciones. A pesar de los vítores, Jesús se siente
completamente solo, porque sabe perfectamente bien que toda esa gente que le
aclama el Domingo de Ramos, que, además, se había beneficiado de sus milagros, ingratamente,
le dará la espalda, se volverá contra Él y pedirá a gritos su muerte el Viernes
Santo: Mientras estaba en Jerusalén por
las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que
hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no
necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque Él sabía lo que hay
dentro de cada hombre
.[2]

2.     
Ante
este panorama podemos hacernos  dos
reflexiones:

a.  Todos
corremos el peligro de repetir la historia
que media entre el Domingo de Ramos y el Viernes
Santo: Dios es el ‘cajero automático’ al que ‘meto’ la ‘clave’ de mis rezos y
me ‘tiene que salir’ el ‘depósito’ que le pido: mi trabajo, mi salud, mi éxito
en los estudios. Si Dios no me da lo que le pido, tiene asegurada mi evolución,
mi cambio: si no me cumple mis sueños de mis ‘domingos de ramos’, se las tendrá
que ver con mis resentimientos, mis rebeldías y mis decepciones de mis ‘viernes
santos’. Que se ande Dios con cuidado porque la historia se puede repetir… Si
nos descuidamos, podemos ser tan superficiales como los del primer domingo de
ramos de la historia: El ramo que llevamos en nuestras manos debe servirnos
para recordar que hace dos mil años, hombres y mujeres con ramos en las manos,
traicionaron a Cristo, le dejaron solo, le dieron la espalda. Este ramo debe
hacerme pensar: yo no puedo repetir la historia. Debo vivir la Semana Santa en
profundidad, con espíritu de conversión…

b.  La
Teología de la Liberación
es
hoy la encargada de reproducir  la
actitud de la masa en el primer Domingo de Ramos. Igual que esas gentes, ella ve
el cristianismo con ojos puramente temporales. Sin embargo, Cristo vino al
mundo, no para llevar a cabo una liberación económica, política, social, temporal;
sino espiritual, sobrenatural, religiosa y eterna. Jesús no es el primer
teólogo de la liberación, ni el primer socialista de la historia, ni el primer
Che Guevara. Por esto, se equivocan los Herder Cámara, los Ernesto Cardenal,
los Leonidas Proaño, los Luis Alberto Luna, los Fernando Vega Cuesta, los curas
Delgado y los ex-obispos Lugo de todos los tiempos: Cristo no es lo que ellos
piensan; la Iglesia no es lo que ellos pretenden. Lo dijo Él bien claro: Mi reino no es de este mundo;[3]
quién me ha nombrado repartidor de herencias…[4]

 

Lunes, Martes y Miércoles Santos

 

3.     
Desde el Domingo de Ramos hasta el Jueves
Santo, el personaje es Judas:
Jesús
advirtió muchas veces a Judas. Lo hizo delicadamente, lo hizo con múltiples
insinuaciones, lo hizo directamente, lo hizo hasta tal punto que corrió el
peligro de dejarle en evidencia… Y el cínico de Judas, no se dio por enterado,
siguió en su camino de egoísmo, traición y maldad hasta el final, hasta que
terminó colgándose en un árbol. Judas fue el primer Judas de la historia. Judas
no tuvo un Judas ante sus ojos que le sirviera para recapacitar y no vivir su
traición. Nosotros tenemos una ventaja sobre Judas: le tenemos a él que nos
advierte: Ten cuidado, te puede suceder a ti, lo mismo que a mí: vender a Jesús
por las 30 monedas de un placer, de una ambición…; por el apego a cualquier
cosa que no sea Jesús… Jesús advirtió varias veces al Traidor, y Judas, pasando
sobre cada una de las advertencias del Maestro terminó consumando su
condenación. Ten cuidado: la historia puede repetirse: Veamos la historia de Judas:

a.  Cuando
se dirigían a Jerusalén para la Pasión
: Los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se
extrañaban, y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los
Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: -«Mirad, estamos subiendo a
Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a
los escribas, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se
burlarán de Él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días
resucitará.»
[5]

b.  Antes
de la Pascua
: Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a
Betania, le ofrecieron una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los que
estaban con Él en la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico
y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la
casa se llenó de la fragancia del perfume. 
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a
los pobres? (Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un
ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando). Entonces Jesús
dijo: Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los
pobres los tenéis con vosotros, pero a mi no siempre me tenéis
.[6]

c.  Pocas
horas antes de la Cena:
En aquel tiempo, uno de los doce, llamado
Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué estáis
dispuestos a darme si os lo entrego? Ellos se ajustaron con él en treinta
monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
[7]

d.  En
la Cena:
Al atardecer fue él con los Doce. Estando a la mesa comiendo, dijo
Jesús: "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar: uno que está
comiendo conmigo". Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras
otro: "¿Seré yo?" 
Respondió: "Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente
que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va
a entregar al Hijo del hombre!; ¡más le valdría no haber nacido!"…

e.  Y
luego, en la misma Cena, al parecer, otra vez:
Jesús, profundamente
conmovido, dijo: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar. Los
discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, al que Jesús tanto amaba, estaba a la mesa a su derecha. Simón
Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él,
apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: Señor, ¿quién es?  Le contestó Jesús: Aquél a quien yo le
dé este trozo de pan untado. Y untando el pan se lo dio a Judas, hijo de Simón
el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: Lo
que tienes que hacer hazlo en seguida. 
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba
la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la
fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió
inmediatamente. Era de noche.[8]

f.  En
el Huerto de los Olivos
: Todavía estaba hablando, cuando se presentó
Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los
sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una
contraseña, diciéndoles: "Al que yo bese, ése es; prendedlo y conducidlo
bien sujeto". Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo: "¡Maestro!"
Y lo besó. Jesús le dijo: Amigo, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?[9]

g.  La personalidad y la conducta de Judas debe
servirme para reflexionar, porque yo puedo repetir su triste y terrible
historia. Judas es el típico caso del ser humano que termina fatal por rechazar
una a una las advertencias de Dios. Estos textos bíblicos nos pueden hacer
pensar hasta qué punto también nosotros dejamos pasar las advertencias de Dios
para que cambiemos, para que dejemos de ser lo que somos. San Agustín decía: Temo a Dios cuando pasa, por si no vuelve a
pasar…

 

Jueves Santo

 

4.     
La
Iglesia celebra hoy tres cosas: la institución de la Eucaristía, la institución
del Orden sacerdotal, la promulgación del Mandamiento nuevo.

a.  Eucaristía:

                
i.    
¿Cómo
hablar de lo inefable sin estar condenados a permanecer siempre en puros preludios,
prólogos e introducciones?
En
el diccionario no hay palabras suficientes para hablar de la Eucaristía.  No habrá hecho más maravilloso, más
desconcertante, increíble e insólito en la historia humana que el hecho de la
Eucaristía. Me atrevería a decir, incluso, más que aquel por el cual Dios se
hizo hombre: la Encarnación. Que Dios decida dejarse comer por el hombre, es
más asombroso que el que Dios decida hacerse hombre. Por la Encarnación Dios se
une a la naturaleza humana; por la Eucaristía se une a mí, para que yo, según
las leyes del amor, me haga uno con Él, sin que Él deje de ser Él, y yo deje de
ser yo. Sin la Eucaristía, a la Encarnación le faltaría algo.

               
ii.    
La
Eucaristía es ‘el Sacramento de nuestra fe’
[10], porque es en ella donde se lleva a cabo con más
intensidad la experiencia de la fe: No sólo que no vemos lo que creemos, sino
que vemos, saboreamos, tocamos y sentimos algo diametralmente opuesto a aquello
que la fe afirma. La fe afirma: Esto es
Dios
; el sentido insinúa: No. Esto es
pan y vino.
La fe dice: Esto es
Alguien
; la razón dice: No. Esto es
algo
. Pero hay algo más: sólo con una actitud de fe extrema se puede creer
que un hombre – un sacerdote – diga unas palabras sobre un pan y un
vino, y, acto seguido, él se postre ante ‘eso’ y reconozca en ‘eso’ a su Dios,
y deba estar dispuesto a morir antes que negarlo: ¡La creatura ‘hace’ a su
Creador! Alguien diría: Estos católicos
están locos.
Y no le faltaría razón…, si locura es creer y tomarse en serio
a Dios, por encima y en contra de toda razón y todo sentido corporal.

              
iii.    
Con
la Eucaristía sucede lo que con los ríos:
No podemos bebérnoslos, pero ello no obsta  para que saciemos nuestra sed. Ni los
ríos están hechos para ser bebidos, ni la Eucaristía para ser comprendida. Pero,
una vez que hemos saciado la sed en el río, captamos que qué sería de los
caminantes sedientos si no se encontraran ríos en el camino; una vez que has
hecho de tu vida una Comunión con Dios, captarías lo absurda que sería la vida
si Dios no existiera y triste sería la existencia si, teniendo sed de
Eucaristía, no existiese la Eucaristía; si poseyendo sed de intimidad con Dios,
no hubiese cómo saciar esa sed de intimidad. Ese ‘algo’ es ‘Alguien’: Jesucristo
hecho Pan y Vino… Quizá el mejor gesto humano que puede reflejar lo que es la
Eucaristía sea una madre intentando ‘comerse a besos’ al niño de sus entrañas…
Con la diferencia de que ella jamás lo hará con su hijo, pero nosotros sí con
Dios… Nos lo podemos comer a besos…

              
iv.    
En el año hay dos jueves en los que la Iglesia
nos invita a volver los ojos a la Eucaristía: Corpus y Jueves Santo.

1.  En Corpus, nos detenemos ante la Eucaristía como sacramento,
como alimento que nos ofrece Dios a los hombres para nuestra salvación; es
decir, como Banquete. Como Sacramento, la Eucaristía es el mayor gesto de amor
que a nadie se le pudo ocurrir, porque nadie ha amado tanto ni tiene tanto
poder como el mismo Dios: Jesús se nos entrega en alimento. Ningún sacramento
tan sublime como éste, ya que, como observa Santo Tomás de Aquino, no sólo nos
da la gracia en mayor medida, sino que nos
entrega al mismo Autor de la Gracia
. Con la Eucaristía sucede lo que con la
vida natural, a medida que un cristino madura en la vida sobrenatural, necesita
un alimento sólido para su alma: la Eucaristía: “Comida soy de grandes, crece y me comerás”.[11] Quien comulga con las debidas disposiciones, va transformándose
según el Espíritu de Cristo: “No me
mudarás en tu carne, sino que tú te mudarás en mí”
.[12]

2.  En Jueves
Santo
, contemplamos la
Eucaristía como ofrenda que los hombres, con Cristo, por Cristo y en Cristo,
hacemos a Dios, por la salvación del mundo; es decir, como sacrificio. Jesús, unificando los dos aspectos dijo en la última
Cena: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo que
será entregado»… «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza,
que es derramada por muchos para perdón de los pecados».[13]
  
Como sacrificio, la Última Cena es la
primera Misa de la historia, y cada Misa es nuestra ‘Última Cena’: nada tenemos
que envidiar a los Apóstoles. Para Dios – y las cosas no son como las
vemos nosotros, sino como las ve Dios – todo es presente hic et nunc[14]:
para Él, en la Última Cena, en la Santa Misa,  y en el Calvario se está llevando a cabo
exactamente lo mismo: Su Hijo Amado, Jesús, se entrega y muere por amor para la
salvación del mundo. Por esto, la Santa
Misa
, dado que la Eucaristía es el mismo Jesucristo, es, y debe ser el
centro, el origen y la meta de la vida de todo cristiano. En la Cena y en la
Misa, Jesús consuma, como consumó en el Calvario su entrega al Padre como
expiación de los pecados de todos los hombres.

b.  El
Sacramento del Orden
. Fue
instituido poco a poco, a medida que iba dando poderes a los Doce: Ahora, el
mandato de ir y enseñar[15], luego la facultad de
consagrar[16];
luego, la de perdonar[17]… Pero el sacerdocio no es
ante todo unas funciones, sino un ‘ser’. El sacerdote, sea bueno o malo ‘es’ siempre otro
Cristo, el mismo Cristo
… Por eso mismo, ciertas conductas incorrectas de los
sacerdotes tiene proporciones de sacrilegio, de profanación de algo sagrado: su
propia persona. Quizá el poema que viene a continuación exprese muy
adecuadamente quién es (o quién debe ser)
un sacerdote:

 

¿Qué
es un sacerdote?

 

Un sacerdote es un enamorado de Dios,

un sacerdote es un enamorado de los seres
humanos,

un sacerdote es un hombre santo,

porque él marcha delante del rostro del Más
Santo.

Un sacerdote comprende todo,

un sacerdote perdona todo,

un sacerdote abraza todo.

El corazón de un sacerdote, como el de Cristo,

está traspasado por la lanza del amor.

El corazón de un sacerdote, como el de Cristo,

está abierto para que el mundo entero penetre
allí.

El corazón de un sacerdote

es un vaso de compasión,

el corazón de un sacerdote

es un cáliz de amor,

el corazón de un sacerdote

es el lugar de encuentro

del amor humano y del amor divino.

Un sacerdote es un hombre

cuya vocación es ser otro Cristo;

un sacerdote es un hombre

que vive para servir.

Un sacerdote es un hombre

que está crucificado a sí mismo

a fin de poder también él mismo ser elevado

y conseguir todo de Cristo.

Un sacerdote es un enamorado de Dios.

Un sacerdote es el regalo de Dios al hombre

y del hombre a Dios.

Un sacerdote es el signo del Verbo hecho
carne,

un sacerdote es la espada

de la justicia de Dios,

un sacerdote es la mano

de la misericordia de Dios,

un sacerdote es el reflejo

del amor de Dios.

Nada en este mundo es más grande

que un sacerdote.

Nada, salvo Dios mismo.

 

c.  El
mandamiento nuevo
: La
‘novedad’ de este mandamiento está en el ‘como
yo os he amado’
… Jesús nos enseñó cómo nos amaba, no sólo con su palabra,
sino que nos lo “mostró” con su propia conducta. Se hizo amigo de los
pecadores, de los mendigos, de los niños, de los ricos de mala fama, de los pobres…,
para que viéramos cómo hemos de amar, especialmente a los más débiles.  Los enemigos le criticaron: “Este
acoge a los pecadores y come con ellos”, y él respondió – No son los sanos los
que necesitan médico, sino los enfermos. El Hijo del Hombre ha venido a buscar
y a salvar lo que estaba perdido”
.[18]
Aquí
está la perfección cristiana[19]: Amad a vuestros enemigos…
Si no comprendemos cómo amó Jesús, no sabremos cómo amar al prójimo: Carísimos, si de esta manera nos amó Dios,
también nosotros debemos amarnos mutuamente.[20]

 

Sábado
Santo y Domingo de Resurrección

 

5.     
El mensaje más concreto y que más nos afecta e
importa de la Resurrección
es
que la fe cristiana no gira en torno a unas verdades,
ni a unas normas, ni a unos ritos, sino en torno a una Persona viva:  Jesucristo, el Viviente.[21]
 Además de ser la mayor prueba de la
divinidad de Cristo, éste es el ‘saldo final’ de la Resurrección: el
cristianismo no es una ‘religión del libro’, sino la de una Persona viviente: Jesucristo.
Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto.
Él (Jesucristo) puso su mano derecha sobre mí diciendo: «No temas, soy yo, el
Primero y el Último, el que vive; estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los
siglos de los siglos
. [22] ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está  vivo? [23] La primera convicción que
tenemos como cristianos es que Aquel a quien seguimos está vivo.  La
importancia de la Resurrección de Jesucristo como fundamento de esta convicción
es básica. En el mundo hay  muchos
sepulcros que son famosos por lo que
contienen
: restos de héroes, reyes, artistas: los ‘memoriales’ de los Presidentes
americanos, la tumba de Napoleón… Hay también un sepulcro que es famoso por lo que no contiene; porque, el que estaba allí, hoy está vivo: El
sepulcro vacío de Jesucristo en Jerusalén.[24]

 



[1] Los romanos invadieron la tierra de Jesús el año 63 a.
C

[2] Jn 2:23-25

[3] Juan 18: 33-37

[4] Lc 12: 13-21

[5] Marcos 10, 32-45

[6] Juan 12, 1-11

[7] Mateo 26, 14-25

[8] Juan 13, 21-33. 36-38

[9] Marcos 14,1-15,47

 

[10] Plegaria Eucarística, después de la Consagración

[11] San Agustín

[12] San Agustín

[13] Mt 26:26 ss.

[14] Aquí y ahora

[15] Mt 28

[16] Lc 22:19

[17] Jn 20: 19-23

[18] Mt 9,12; Lc 19,10

[19] Mt 5, 43-48:

[20] 1Jn 4,11

[21] Ap 1:18

[22] Ap1: 17-18

[23] Lc 24:5

[24] Mt 28: 5-6

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  1. TOTALMENTE DE ACUERDO PADRE, LO FELICITO, YO A VECES ME PREGUNTO SI LOS JUDIOS RICOS DE ESE ENTONCES NO HUBIERAN TEMIDO PERDER LOS FAVORES DE ROMA Y HUBIERAN APOYADO LA CAUSA DE CRISTO, SE HUBIERA CREADO UNA SOLA RELIGION JUDEO-CRISTIANA EN TODA LA REGION, MAHOMA NO HUBIERA TENIDO UN CAMPO FERTIL PARA HACER SU PROSELITISMO Y ESTOS CRISTIANOS, SIN ENEMIGOS EN SU TIERRA NI A SUS ESPALDAS, HUBIERAN PODIDO CONVERTIR A LOS ASIATICOS, PERO LAMENTABLEMENTE ESOS ANTIGUOS JUDIOS SE PREOCUPARON DE DEFENDER SU PRESENTE Y EN LUGAR DE ESCOGER SER EL PUEBLO MAS QUERIDO DE LA TIERRA, ESCOGIERON LO CONTRARIO. SI TUBIERAMOS UNA SOLA RELIGION EN EL PLANETA CARLOS MARX NO HUBIERA PODIDO DECIR QUE LA RELIGION ES EL OPIO DE LOS PUEBLOS.
    SALUDOS CORDIALES
    GABRIEL AQUIM CH.

  2. Todos somos el prójimo, hasta los Che Guevara, los Leonidas Proaño, los Alberto Luna. No creo que Jesús estuviera de acuerdo con el solo utilizar a los pobres.
    Sin judas, quién habría entregado a Jesús? Merece ser perdonado por los sacerdotes, por que fué escogido para su despreciable acto.

  3. Gracias Padre Paulino por esta explicación tan clara de la Semana Mayor. La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra, entonces, todos vivamos de la misma manera que ÉL, de darle a Dios el primer lugar y participar con amor a Él en toda su riqueza las celebraciones propias de este tiempo litúrgico. Si tenemos que pasar penas y cargar la cruz de nuestros pecados que asi sea. Recordemos que todo esfuerzo tiene su recompensa, el que siembra amor cosecha amor, Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que le aman…Esperamos con fe en la Resurrección de Jesús para que todos que fuimos creados vivamos eternamente junto a Dios. Que esta Semana Santa sea verdaderamente la más feliz y santa para todos… Saludos, Leticia de García

  4. Por siempre vemos a un Jesuscristo en el calvario derramando sangre y muriendo cuando en realidad su obra mas grandiosa la hizo en el monte de getsemani, donde por cada poro de su cuerpo brotaba sangre,inmaguinenese los que esto significa vencer la gravedad del universo ierse encontra de las leyes fisicas? que grandioso tiene que haber sido para la humanidad esto!

  5. quisiera comunucarme por correo electronico con el padre Paulino desde Venezuela; por favor remitirme el correo electronico: Mis saludos

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