El dedo

Parecería ser un miembro inofensivo e insignificante del cuerpo humano, casi un simple apéndice al final de cada mano. No le hemos dado su debida importancia y tan es así, que la flamante Constitución de Montecristi no le dedica un párrafo siquiera. Creo que es un error ya que ha cobrado trascendencia en el léxico penal ecuatoriano y ya amerita legislar debidamente. Que se apure el Corcho a tapar la botella que abre el Soberano cada fin de semana.

Irma Parra en Riobamba y Pepe Torres en Buenos Aires levantaron su dedo medio. Irma está acusada penalmente por injuriar al Presidente, y Pepe seguramente merecerá un ascenso en el ministerio de Cultura donde dicen que trabaja. A Irma el mismo Soberano rodeado de su guardia pretoriana, la sentenció expeditivamente a grito tendido, y luego en su cadena sabatina le hizo un striptease de sus pecados veniales y mortales. ¡Qué expeditiva es la justicia ecuatoriana! Con Pepe sucederá algo contrastante. Pese a que todos lo hemos visto retratado con su grueso dedo medio levantado delante de los libros exhibidos en el pabellón ecuatoriano durante la feria cultural argentina, no fue tomado en cuenta durante la cadena sabatina. ¿Porqué tratamiento tan distinto en el manejo jurídico del dedo, que en un caso merece un castigo y en otro posiblemente promete un premio? Al parecer hay dedos y dedos, y esto hay que remediarlo para poder proclamar a los cuatro vientos que los dedos ya son de todos igualitariamente.

Con estos antecedentes me permito hacer divagaciones sobre este alargadito pedazo del cuerpo a fin de y facilitar la tarea legislativa del Corcho, un buen soldado raso como lo ha calificado en Wikileaks la ex embajadora Hodges con mucho acierto.

El dedo está omnipresente en nuestra vida cotidiana. Sigmund Freud no se dio cuenta de este detalle o se equivocó quizás de miembro tal vez por simple semejanza. El sexo es secundario. Todo gira alrededor del dedo. El dedo lo usa el infante antes de aprender sus primeras palabras y señala así lo que desea, y lo seguirá señalando hasta que llegue a anciano. El dedo es señal de poder y gloria del emperador romano cuando sentencia a muerte o deja vivir a un gladiador en la mitad de la arena circense. El dedo es casi un ente autónomo y de una curiosidad extrema porque se introduce y hurga en cada hueco que encuentra. En la intimidad nos sirve para sacar de la nariz a un moco bellaco, para sacarnos la cera del oído, para limpiarnos los ojos al despertar cada mañana, para limpiarnos de pelusa el ombligo. También es útil para rascarnos cuando la piel nos pica, para sacarnos espinillas siendo adolescentes, para probar un dulce sin meter la cuchara, para saber si la plancha está o no demasiado caliente. El dedo es tan importante que la naturaleza nos dio otros nueve dedos de repuesto en caso nos falte uno. Los proctólogos y lo ginecólogos los usan inexorablemente pese a los grandes avances en la instrumentación médica que la ciencia les ha procurado para disgnosticar a sus pacientes. Los lectores lo usan para pasar las hojas de los libros que leen. Hay quienes lo recomiendan incluso para los casos de disfunciones eréctiles con más eficacia que el famoso Viagra. El dedo es indispensable para tocar el timbre de la puerta de una casa para visitar al amigo o a la amada. Si no existiesen dedos no habría teléfonos celulares, ni teclados. Adiós tecnología. Sin dedo realmente la vida sería muy diferente para todos y no podrían tomar la huella digital siquiera a Irma Parra sindicada de levantar el dedo de manera no permitida por el propio Soberano.

En política esto del dedo se lo usa bastante. En el diccionario de la Real Academia está por aceptarse el término dedocracia para denominar el sistema político donde se gobierna a dedo, se elijen jueces y fiscales a dedo limpio o embarrado. En tiempos electorales el dedo recrudece y eso de meter el dedo es cuestión de habilidades que Vinicio y Fernando la tienen, más aun cuando basta levantar un dedo para colocar publicidad en cualquier televisora del Estado. Ya no se usa el rating. Se usa el dedo. Esa es la preocupación de Ecuavisa con la baja publicitaria que tiene luego de tardar en darse cuenta que el dedo que hoy metes, mañana te lo meten.

Históricamente fue Velasco Ibarra quien puso de moda el dedo cuando lo extendía desde cualquier balcón que le daban. Luego vinieron las televisoras y se adueñaron de los balcones de la patria y así se multiplicó la fuerza y potencia del dedo. Ahora las cosas están cambiando y parece ser que manejar la patria a un solo dedo es la propuesta. Dicen los disidentes de País que incluso van a cambiar el slogan. Ya no sería manos limpias, sino dedos limpios, la frase que acompañaría a aquello de los corazones ardientes que arden dentro del círculo incondicional que rodea al Soberano.

El dedo como expresión gestual es muy versátil y expresivo. Si dos gay se encuentran y uno hace dedo al otro bien pudiese ser un piropo, mientras si se lo hacen a un machista se arma la bronca. Eso es inconstitucional porque discrimina y atenta a los derechos de género. Y es por esta versatilidad gestual que tiene el dedo que se arman las grandes discusiones como las que ahora se han armado. Si pasa el Soberano y se levanta el dedo pulgar con el puño hacia abajo, será un cumplido. Si el dedo pulgar queda hacia abajo te podrían juzgar por terrorismo. Si te ponen los dos dedos formando la V de la victoria te harías acreedor a un almuerzo en Carondelet y te servirán incluso manjares belgas. Si se levanta dos dedos, el índice y meñique manteniendo los otros cerrados se habría conformado un delito de calumnia agravado por inmiscuir a la familia, y eso duplica o triplica las indemnizaciones pecuniarias. Es la seña más costosa. ¡Cuidado con ella!

Como ven, literatura sobra. Nos falta legislación para poner en orden al dedo en toda su versatilidad posible. Buen trabajo para Alexis. Pero mientras tanto sugiero que a Irma Parra y Pepe Torres se les indulte, a ella por faltarle el respeto a nuestro Presidente, y al otro por sobrarle adulación al Soberano. Ella será recordada como heroína, y el otro como lame…dedos que finalmente es más higiénico que lamer el poto. Otro punto a favor del dedo.

Tomado de: http://www.henryraadanton.com/2011/04/el-dedo.html