El problema con la cultura del "Buen Vivir"

El “Buen Vivir” es una cultura indígena que fue metida en la nueva Constitución del Ecuador (país con reducida población indígena) así como en la de Bolivia (país con gran población indígena). La Constitución lo considera como un objetivo social a ser perseguido por el Estado y por toda la sociedad a través de leyes impuestas. Y esta cultura es la que se enseña en los textos escolares que reparte el gobierno.

Apunta a una ética para toda la comunidad y no para el individuo. Exactamente lo que busca el Socialismo. Con la diferencia que como comunidad incluye al aire, el agua, los suelos, las montañas, los árboles y los animales. Es decir, estar en una profunda comunión con la Pacchamama (Tierra) y con las energías del universo. Aparte es una cultura politeísta, es decir que adora a varios dioses.

El Ecuador país mayoritariamente cristiano comprende o debería comprender que el cristianismo se centra en el individuo. En la salvación de las almas de cada una de las personas. Porque una comunidad no existe como un ente; lo que existen son las personas. Si estas están bien, la comunidad humana estará bien. Y todas las cosas de la creación están puestas a disposición de la persona para que esta las utilice bien.

Estos ataques hacia Dios no son nuevos. Vemos en EEUU y Europa que están tratando de sacar a Dios como sea. Por otro lado tenemos a Nietzsche que dice que Dios ha muerto. Y sin embargo Voltaire nos dice que si Dios no existiera sería necesario inventarlo. Los cristianos, al amor verdadero (agape), le llamamos Dios. Un amor completo sin esperar nada a cambio, un amor que nos hace servir a nuestro prójimo especialmente a los pobres y más vulnerables, que es la base de la caridad y en la manera como mejor demostramos nuestro amor a Dios sobre todas las cosas.

El Salmo 32 nos dice “Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres. En el Señor está nuestra esperanza.” Lo que pasa es que hay que confrontar la insatisfacción de la vida que muchos ecuatorianos padecen. Esa falta de propósito y dignidad, que nos afecta a todos.

Tenemos que reconocer que el sentimiento es el principio del amor y no el final, porque en el fondo el amor es reconocer que somos hijos e hijas del amor de Dios hacia la humanidad, y por ende tenemos que amar al que nos ama, es decir al prójimo y obediencia a sus mandamientos. Pero el verdadero amor tiene un precio, es decir, no es sencillo, ese es el tipo de amor que vemos en Jesús, quien murió en la cruz pero luego fue reconocido y superado en la resurrección. Este es el tipo de amor que tenemos que tener como ecuatorianos. Un amor/lucha hasta el martirio inclusive.

No nos dejemos engañar con términos que suenan bonito como el buen vivir. Eso no tiene nada que hacer con nuestra cultura ni con la cultura occidental. Más allá de que debemos tener tolerancia para con las personas que quieran creer en eso. Pero no podemos dejar imponérnoslo por desconocimiento u obligación.