Contra todo pronóstico, en una consulta preñada de todo tipo de marrullerías, que a pesar de todas las maniobras para favorecer el triunfo del “Sí”, de las reglas acomodadas por el CNE, de la publicidad oficial, de las cadenas sabatinas y recorridos presidenciables, de las cadenas diarias obligadas, de los múltiples desplazamientos de ministros y funcionarios a lo largo del país, de la manipulación de los padrones, de los muertos resucitados, a pesar de todo, del amañado exit poll, el “No” triunfó en todo el país.
El rechazo fue general y mayoritario en todas las provincias, dado que los votos blancos y nulos deben sumarse al “No”. Un voto en blanco significa falta de entendimiento, desacuerdo, indiferencia, rechazo, abstención, el elector no se pronuncia, no se adhiere, con una intención de rechazo o falta de convicción a lo que se está consultando o pretendiéndole volver cómplice. Con mayor razón, si expresamente anula o se tacha el voto; en ese caso, el rechazo es mucho mayor, con más fuerza que votar que No. Por tanto si sumamos los votos No a los votos nulos y blancos, el “No” obtuvo 54% y el “Sí” apenas el 46%.
Eso sin descontar ni ponernos a estimar el voto de los muertos, de los emigrantes ausentes o personas de la tercera edad que no concurrieron a votar. El rechazo fue generalizado, tanto al proceso, al manejo y control de las autoridades electorales, al contenido de las preguntas como a las intenciones escondidas del gobierno de apoderarse de la administración de justicia y los medios de comunicación, de instaurar en el país un régimen de temor e intolerancia oficial.
En todo proceso electoral, para obtener el triunfo o aprobación de las propuestas, se exige que el pronunciamiento mayoritario sea absoluto y no relativo, esto es que los votos de aprobación sean la mayoría de electores concurrentes, esto es la mitad más uno. En cualquier Asamblea, Junta de Socios, o en cualquier elección, el voto favorable de la mayoría absoluta es indispensable. Solo la revolución ciudadana del siglo XXI, cambia las reglas y pretende que una votación minoritaria del 46% prevalezca sobre la voluntad mayoritaria del 54%, que no se pronunció por el “Sí” en esta consulta electoral.
La voluntad del pueblo no puede, no debe ser burlada ni dejarse de acatar, mucho menos la expresión mayoritaria, de no estar de acuerdo con las reformas propuestas. Es un oportuno mensaje que el pueblo ha manifestado con claridad, con valentía, a conciencia y con independencia. El gobierno está obligado moralmente, debe ser sensible y no insistir en sus propósitos. Caso contrario, se lo debe denunciar a la opinión pública internacional, a los organismos internacionales.
Es un llamado de atención para que el gobierno rectifique y se conduzca democráticamente. La gente aplaude los logros y realizaciones del gobierno, pero concurre a las urnas y expresa un voto de rechazo al cúmulo de reformas propuestas y a las intenciones del gobierno de acaparar más poder.
Tomado de http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/triunfo-el-no-475130.html
Si senor.
Hay que prepararse para la desobediencia civil.
Porque este gobierno va a atropellar la voluntad popular
Totalmente de acuerdo con su análisis. Pero cual sería la pauta para impedir que los ladinos cómplices de esta consulta tramposa (Simon, Cordero, etc.), se burlen de la voluntad popular, que con 54% de los votantes le dió la espalda a la propuesta del ciudadano Correa, pese al descarado abuso de los bienes del estado utilizados en la campaña.
El Consejo Nacional Electoral solo tiene competencia para proclamar los resultados numéricos, tantos por el SÍ, cuantos por el NO, tantos nulos, cuantos en blanco, todos votos válidos emitidos, conforme al artículo 198 del Código de la Democracia; y, esos resultados enviarlos al Registro Oficial, pero no tiene competencia para declarar contra natura el triunfo del SÍ de pregunta alguna.
Si los votos explícitos por el SÍ superan el 50% de los votos válidos que deben ser en números igual al de sufragantes, aun con el sabor amargo de que en el proceso hubo prácticas de fraude, habrá triunfado el SÍ.
Caso contrario, de no haber excedido el voto explícito por el SÍ en una o en varias preguntas, el 50%, no podrá el Ejecutivo imponer resultados.
La definición deberá tomarse en la Corte Constitucional, a la que habrá que acudir.
Pero ¿la va a manejar el gobernante?
Esperemos. En la Corte Constitucional tuvieron vergüenza de incorporar en la parte resolutiva del dictamen para el referéndum, en el anexo de la pregunta quinta, el texto reformatorio del Código Orgánico de la Función Judicial, que violando la Constitución sí la incorporó en la papeleta el Consejo Nacional Electoral.
En su momento habrá que enfrentar a esa inconstitucionalidad.
lunes 16 de mayo del 2011 DIARIO EL UNIVERSO LEON ROLDOS
Estoy de acuerdo con todo lo expresado en su excelente artículo Sr.Dn.Luis Villacrés S. Al día siguiente de la votación y cuando se dieron cuenta que el No obtuvo mayoría, comenzaron a decir que los votos en blanco y nulos no contaban en esta votación.Tamaña estulticia,pero tratarán por todos los medios a su alcance que la votación alcance el 50% más 1% de la votación. Ya hemos visto inconsistencias como la que de una mesa con 300 votantes aparecen 320 papeletas, para muestra basta un boton.
Yo también voté NO,porque estoy en completo desacuerdo en que los 3 poderes del Estado estén bajo el tutelaje de el jefe de una Nación , eso es DICTADURA,esperemos a ver que sucede.