21 noviembre, 2024

Los polos opuestos en el Ecuador no se atraen

En este momento histórico nos encontramos con un país enfermamente dividido, según lo muestran los resultados de las elecciones últimas. No solo por regiones, sino dividido dentro de cada provincia, dentro de cada ciudad y en ciertos casos dentro de cada familia.

Y es que no puede ser de otra forma cuando un gobierno empieza a atacar los frentes por todos los lados. Como un gran y audaz pulpo mete mano en todo y confunde a la gente. Mete mano donde debería y donde no debería; haciendo más daño que bien en ciertos sectores.

Esta confusión divide a los pueblos. Y las divisiones hacen el progreso mucho más lento o lo estancan. En este momento la oposición es todos los políticos que no son del gobierno. Es decir el gobierno contra el resto del país. Eso no es sano.

Pero acá el gobierno y la oposición son polos completamente opuestos, y definitivamente no se atraen porque se pasan insultando. Hago un llamado a la cordura, a la sencillez, a la adhesión, al compromiso, a la aceptación de este mensaje, pero desde dentro, tanto al gobierno como a la oposición. Si el gobierno no se metiera en tantos frentes generaría menor oposición y mayor unión y podríamos caminar juntos hacia un mismo lugar.

Cuando un grupo decide cosas que obligan a una parte a cosas muy abusivas, la otra parte tarde o temprano va a reaccionar. Y el tamaño del abuso es proporcional a la ferocidad de la reacción y hacia donde se va el tema. Teniendo el riesgo de llegar incluso al otro extremo que sería un abuso contra el primer grupo. Eso ha pasado con el código laboral, ley de pensiones y alimentos y la confidencialidad entre doctor y paciente rota por decisión del gobierno por citar unos poquísimos casos.

Cuando renunciemos a oprimir a los demás y desterremos ese gesto amenazador y las palabras ofensivas, brillará la luz del Ecuador por sobre conjunto de naciones civilizadas. Seremos un manantial cuya agua no se termina; y construiremos sobre las ruinas de nuestra política una verdadera manera de gobernar este país. Porque la actual no es la adecuada. Ni la de este gobierno ni la de los anteriores. Pongamos en práctica las sabias palabras de Walt Whitman cuando decía que el mejor gobierno es el que deja a la gente más tiempo en paz.

Por lo tanto ofrezcámosle al Ecuador un amor descarado y sin disfraces hasta constituir una sociedad (pueblo) donde haya oportunidad para todas las personas y todos tengamos la posibilidad de una condición de dignidad. Encontremos el camino, la labor, la tarea constante a seguir de todo ecuatoriano sin llegar a los extremos que nos están ofreciendo gobierno y, en muchísimos casos, la lógica oposición. Y una vez encontrado exijamos una respuesta pronta, eficaz, profunda, personal y duradera de cada una de nosotros hacia y por nuestro querido Ecuador.

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