21 noviembre, 2024

Barcelona S.C.

Temiendo que alguien emule las acciones del gobierno y mande a dinamitar al Estadio sin nombre donde juega el equipo más popular del Ecuador, entro en el análisis de un tema que a algunos lectores no interesará, cansados que estarán de seguir un historia de fracasos que ya se extienden más allá de una década y promete extenderse por otra más.

No voy a comparar a nuestro Barcelona, el de los mil problemas, con el equipo catalán. Sería una burla. Sería contrastar el infierno con el cielo. Los campeones europeos ya no juegan fútbol sino que plasman sinfonía alrededor de una pelota para deleitar a quienes entienden lo difícil que es llegar a ese grado de interacción y armonía humana.

No soy barcelonista, ni emelecista, mucho menos de la Liga. No voy a los Estadios desde que la televisión comenzó sus trasmisiones en directo de las mejores ligas del mundo. Ya tampoco veo los partidos de nuestro campeonato porque las trasmisiones son pésimas en el audio, malas en el video y detestables en el manejo de la publicidad. Mi experiencia se limita a ser uno de los fundadores de la U. Católica como club deportivo allá por 1.966 cuando el futbol era casi amateur y yo un universitario entusiasta, participativo y pésimo jugador por más señas. Pero por otra parte la vida me invitó a que venga a Guayaquil y administre por 42 años un grupo de empresas y por esto, bajo esta perspectiva, creo que si tengo que algo que decir por encima de lo que escucho o leo a comentaristas deportivos. No me importa el resultado futbolístico sino el resultado del manejo de ese equipo como empresa, como organización o como agrupación, inteligente. Si hay algo de eso el resto, en la misma medida, vendrá luego y se dará por simple inercia.

La ley del deporte, antigua y anacrónica en cuanto al giro que ha adoptado el mundo del espectáculo, no permite que un club deportivo se conforme como sociedad anónima para poder regentar con eficiencia y responsabilidad el manejo de tan complejos y gigantescos presupuestos que ahora determinan la eficacia empresarial de este espectáculo que ya no es un hecho deportivo puro. En lo primero que deberían ponerse de acuerdo los clubs es respecto a lograr este cambio en la legislación, pero asumo que si no lo hacen es porque los dirigentes empresarialmente invierten los conceptos y anteponen el interés al capital y eso así no funciona. En estas circunstancias es de suponer que un dirigente se aferrará al cargos hasta sacar sus garantías o sus préstamos hasta que el siguiente relevo entre seguir tocando la flauta financiera. Así es que puedo entender la pugna dirigencial que envuelve a Barcelona y que atenta directamente a la consecución de resultados deportivos.

¿Cuánto dinero ha invertido Barcelona en la última década? Nadie lo sabe. ¿Quiénes ganaron o perdieron dinero? Tampoco se sabe. Se sabe solamente los resultados el número de goles convertidos, recibidos, partidos ganados empatados o perdidos, y lo peor es que en cuanto a campeonatos va perdiendo 14 a 0, a pesar de lo que digan los rinocerontes por no decir dinosaurios dirigentes históricos que todavía contemplan el ayer como si fuera el futuro.

Si no se puede participar en forma de sociedad anónima hay otras figuras jurídicas que pueden garantizar al inversionista para que meta su dinero sin riesgos extradeportivos. Hoy por hoy esos riesgos se multiplican a causa de las 30 horas de programación radial deportiva que se trasmiten en Guayaquil diariamente, donde algunas veces algúnos pocos llamados periodistas despotrican entre sí y en contra y a favor de tal jugador o entrenador, o ponen a rodar bolas, o fomentan o toman partido en las peleas internas de directores fanatizados, o de empresarios deportivos que trafican transferencias en complicidad con periodistas, entrenadores y o dirigentes entremezclados a su vez con abogados y litigios. Toda una trifulca. Y este rotundo fracaso me hacen pensar en que si no se pone en orden este aspecto financiero y no aparece una voz que imponga autoridad y orden, estamos ante un Barcelona en peligro de extinción al menos como ídolo. Se escucha o se dice que la institución tiene un pasivo que va entre los 17 y 22 millones de dólares, una cifra surrealista frente a los resultados en cancha obtenidos.

Mientras no exista un liderazgo claro y total que logre poner orden y confianza para atravesar marcadores adversos, no habrá salida. Y para lograr ser líder hay que poner dinero a sabiendas que no lo van a echar a patadas por malos resultados deportivos inevitables si se está en el empeño de iniciar un verdadero proceso de transformación institucional que es la única salida.

Lo peor es que a medio campeonato siguen las pugnas internas por captar la presidencia. ¡Es hora que se dejen de peleas!. ¡Basta ya!. ¡Es hora de pintar la plata, determinación y audacia! ¿Qué ofrecen estos jóvenes Noboa en cuanto al tema financiero? Ya estuvieron y quieren regresar, lo que significa que ya no son novatos y saben en lo que se están metiendo. ¿Pusieron dinero y perdieron? ¿Quieren volver a perder? Tontos no han de ser, aunque el ruido de su apellido no garantiza la eficiencia empresarial. El Pocho a quien estimo tiene el gran problema de ser un hincha apasionado y esa no es la mejor posición para administrar con eficacia un tema económico de semejante magnitud sin tener un respaldo incondicional que no ha logrado captar por más vozarrón que tenga. El señor Herrera no sé que es lo que promete al respecto de Barcelona ya que estando adentro de la actual directiva, algo le corresponde del problema y no se presenta con voz alta sino como por enigmática hendija.

Toda la campaña electoral se centra en traer a tal o cual jugador. Parecen niños malcriados jugando al intercambio de cromos sin entender que en la cancha solo se reflejará el grado de liderazgo que exista y del esquema empresarial que un verdadero líder adopte o imponga para manejar este problema que se llama Barcelona.

Y para eso amigos hay que superar primero el descontrol financiero y con actitud altiva y decidida obtener el real liderazgo que es lo que en Barcelona viene faltando desde hace bastantes años. Isidro se disfrazó de líder y desde ahí realmente empezó el problema porque un real líder no deja la barca, y peor al barsa, a la deriva, ni permite que a un estadio se le bautice con su nombre propio, vanidad de vanidades, y mucho peor que se lo alquile como sucedió luego atentando a la identidad de la institución que se preside. ¡Todos marchan, es la conclusión a la cual llego!

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  1. Tampoco soy hincha o fanática del fútbol, pero sé disfrutar de un buen partido – también por TV. Usted, al final de su artículo, ha dado en el clavo con el problema de nuestro ïdolo del Astillero. Y éste es la falta de identidad. Todo ha sido mezquina manipulación en el Barcelona y juego maniqueo de intereses personales y/o políticos. Debe, entonces, en primerísimo lugar, rescatarse la identidad y el orgullo de ser barcelonista. Y, luego, el orden financiero y demás, viene hasta por añadidura.

  2. Yo tampoco tuve la suficiente habilidad futbolera como para practicar ese deporte. Mi inclinación deportiva y competitiva, siempre fue por el judo.

    Pero desde muy niño fui un gran aficionado por el futbol. Crecí albergando en mi alma, y con mucha pasión, al Barcelona.

    Tus análisis, Henry, tienen una tremenda dosis de verdad. Ya aquel gigante del futbol ecuatoriano e ídolo de grandes y pequeños, de cholos, pelucones, blancos, negros, indios, pobres y ricos, profesionales, intelectuales, y hasta de ilustres fumones…., hace rato que se ha convertido en un triste pigmeo que cada día decepciona a quienes lo amamos.

    Recuerdo que en 1980 que viajé por primera vez a Europa y visité el New Camps, pude ver el banderín de nuestro Barcelona, allí en la sala de trofeos de ese glorioso estadio, y junto a los auténticos grandes del futbol mundial. Aquella vez, sentí que el pecho me explotaba de la emoción.

    Es verdad que ahora los equipos de futbol, si quieren ganar espacios y ser exitosos, deben ser manejados como una verdadera empresa.

    Como tengo muy buenos amigos en la dirigencia de Barcelona de por lo menos los últimos 10 años, así como en la actual, prefiero no profundizar mas en mis comentarios. Solo quiero agregar dos cosas:

    1.- La dirigencia de Barcelona de la época se endeudó en 10 millones de dólares, cambiando incluso el nombre del Monumental, por el de «Estadio Banco Pichincha», desempeñando esa temporada un triste y paupérrimo papel; mientras que el Deportivo Quito, con una inversión de apenas una quinta parte (2 millones de dólares), quedó Campeón Nacional.

    2.- Ojala que aquellos que ahora pugnan por la presidencia del Barcelona, y si no quieren acabar con ese hermoso sueño de cientos de miles de ecuatorianos, repletos aún de paciencia, hagan pues las cosas con inmenso amor, con mucha inteligencia, y con el inquebrantable honor de verdaderos líderes.

    Un abrazo,

    RAUL RAMIREZ ORELLANA

  3. El real madris y el barcelona de españa son equipos que son financiados por sus socios, ya es hora que aquellos que se preocupan tanto del barcelona de Ecuador empiecen a pensar en ser socios y poder opinar en las asambleas del club deportivo que mas aficionados tiene todavia en el ecuador, por que el destino del clubesta en manos esclusivamente de sus socios, ellos son los que deben hacer respedtar su condicion y hacer cambiarel desarrollo de este gran club lalamado barcelona, y dejemos de palabreria vanas que no llegan a nada y haganse socios para poder opnir construtivamente.

  4. El Barcelona ecuatoriano es simplemente el microcosmo de lo que es la realidad del Ecuador en lo macro. Es la copia perfecta de como el gobierno gasta el dinero en inversiones populistas y que nunca generan ganancias ni en lo economico ni en lo social. Nadie es responsable y nadie sabe donde fue a parar todo el dinero.
    Desde mi ninez, he visto como este equipo ha dependido siempre de un presidente dispuesto a gastar dinero de su bolsillo y salir con perdidas increibles.
    El equipo de inferiores, donde radica el semillero del equipo y las futuras ganancias economicas, son vistos como de segunda prioridad. Es importante que se les de entrenadores profesionales, educacion para aquellos que vienen de los estratos bajos, buena alimentacion, cuidados de salud y hasta de vivienda.
    Por otro lado, la idea de ser el Presidente del equipo es simplemente por buscar figurar, salir en los noticieros y creerse el super heroe. Esto definitivamente debe de ser cambiado a una organizacion totalmente business oriented, responsable hasta el ultimo penny.
    Seria posible tal deseo?

  5. El futbol ecuatoriano poco lo veo, pues como dice el autor de este artículo, su transmisión es mediocre y llena de propagandas abusivas y ofensivas.

    Esa pelea de perro y gato entre los dirigentes y postulantes del que otrora fue un maravilloso equipo, es vergonzosa; reflejando exactamente en lo que se ha convertido ese equipo que ya no nos representa.

    Yo también soy de la idea de que el próximo dirigente debe ser una persona con comprobadas actitudes de hombre de negocios. Un hombre exitoso en todo lo que emprende. Un hombre eficaz, moderno, joven y lleno de entusiasmo.

    Los hermanos Noboa-Icaza ya están quemados. Tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron. Ellos no trajeron soluciones, solo problemas. Hay que ser ciego para no darse cuenta que lo que buscan es resarcir sus pérdidas y continuar a meter la mano, para aumentar su patrimonio.

    Se necesitan ideas y personas nuevas.

    A mi me parece que esa persona honesta y sin manchas,s es José Herrera Balarezo. Ese hombre todo lo que toca lo convierte en oro macizo. Es honesto, viene de la clase media, es acaudalado gracias a su propio esfuerzo, pues comenzó de cero.

    José Herrera Balarezo, desborda de entusiasmo, sabe manejar una empresa y tiene mucha experiencia en dar empleo. Su amor por el equipo torero es legendario.

    Contrariamente a lo que dice e Sr. Henry Raad, Sí hay que tener amor incondicional por ese equipo, y haberse mojado la camiseta por él, antes de pretender defenderlo y rescatarlo del ocaso en el que ha desaparecido.

    Estoy segura que José Herrera es el hombre providencial para salvarlo. O ese equipo continuará a ser la vaca lechera de los incapaces.

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