Calumnia. (Del lat. Calumnîa) f. Acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño. // 2. Der. Imputación de un delito hecha a sabiendas de su falsedad. Diccionario de la Lengua Española, vigésima segunda edición.
En febrero 20 de 1816 se estrenó en el Teatro Argentina de Roma, la opera, en 2 actos, Il Barbiere di Siviglia (El Barbero de Sevilla) cuya música fue compuesta por Gioachino Rossini (Pesaro, Italia febrero 29 de 1792-París, Francia diciembre 13 de 1868) basada en el libreto de Cesare Sterbini, tomado de la comedia del mismo nombre, original de Pierre-Agustin de Beaumarchais, libreto en el que Mozart se basó, también, para componer la música de su no menos famosa opera Le Nozze di Fígaro (Las Bodas de Fígaro) que fue la continuación de la opera de Rossini.
Lo arriba mencionado tiene que ver con la forma como se gobierna en el Ecuador de estos días. Basta ver cómo se ha actuado, enseñoreándose calumniosamente, en sucesos como el de Miguel Palacios; el coronel Cesar Carrión; la Policía Nacional; el “secuestro” en el Hospital de la Policía; y ahora con el fallecido Carlos Perez Perasso, exdirector del diario El Universo, por mencionar unos pocos casos.
Hablo de calumnias porque no se ha probado, ni podrá nunca probárselo, y esto lo sabe el pueblo, pues ni Palacios ha sido acusado de violador; ni Carrión intentó un magnicidio; ni existió un conato de golpe de estado por parte de la Policía; ni el economista estuvo secuestrado en el hospital policial; y lo del fallecido exdirector del Universo va más allá de toda ponderación, además de que este caso cuenta con el principio de la cosa juzgada. No debe continuar de esa manera.
En la escena segunda del primer acto de la opera en mención, Basilio, un intrigante clérigo, canta el aria “La calunnia” (La calumnia), aria cuya letra parece haber sido escrita para los calumniadores modernos. Juzguen ustedes mismos, compatriotas:
“La calunnia é un venticello/ un’auretta assai gentile,/ che insensibile, sotile,/ leggermente, dolcemente,/ incomincia a sussurrar.
Piano, piano, terra a terra,/ sotto voce, sibilando,/ va scorrendo, va ronzando./ Nell’ orechie della gente, s’introduce destramente./ e le teste ed i cervelli/ fa stordire e fa gonfiar.
Dalla bocca fuori uscendo/ lo schiamazzo va crescendo,/ prende forza poco a poco,/ vola giá di loco in loco,/ sembra il tuono, la tempesta/ che nen sei della foresta/ va fischiando, brontolando, e ti fa d’orror gelar.
Alla fin trabocca e scopia/ si propaga, si raddopia, e produce un’esplosione/ come un colpo di cannone/ un tremuoto, un temporale, un tumulto generale che fa l’aria rimbombar.
E il meschino calunniato,/ avvilito, calpestato,/ soto il pubblico flagello, per gran sorte va a crepar”.
AQUÍ LA TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL:
(La calumnia es un vientecillo/ un aura leve muy gentil/ que insensible, sutil/ ligeramente, dulcemente,/ comienza a susurrar.
Lentamente, soterrada,/ en voz baja, sibilando/ va resbalando, va zumbando/ En los oídos de la gente, se introduce con destreza/ y las cabezas y los nervios/ aturden, enardecen.
El desorden va saliendo/ el estrépito va creciendo,/ se hace fuerte poco a poco,/ vuela ya de un lado a otro,/ como el trueno, la tempestad/ que en el centro del bosque/ agita el aire, chirría, de horror la sangre te hiela.
Al final se desboca y estrella/ se propaga, se redobla, y produce una explosión/ como un golpe de cañón/ un terremoto, un temporal, un tumulto general que hace al aire retumbar.
Y el pobre calumniado./ envilecido, pisoteado,/ flagelado por la gente, con gran fortuna va a reventar).
Brillante. Escrita en 1816, en el Ecuador se ha puesto de moda 125 años más tarde ya que esa es la manera de actuar de la que ha sido llamada Robolución Ciudadana que queda retratada de cuerpo entero: falsedad tras falsedad, insulto tras insulto, escándalo tras escándalo. No escatiman mentiras y aunque más del 50% de los electores ecuatorianos le expresaron al presidente: “No confiamos en usted”, sin embargo la soberbia que los embarga los lleva a exclamar que ganaron un referéndum que perdieron, a pesar de existir de por medio los delitos evidentes en los que se ha incurrido, esto es, fraude y peculado, delitos que las autoridades respectivas, haciendo mofa del pueblo, no han querido castigar. Previo al referéndum el presidente, en muchas de sus intervenciones, expresó: “No importa si no se entiendes las preguntas del referéndum, solamente Confíen en mi”. ¿Lo recuerdan amables lectores?
El presidente Correa debe abandonar para siempre esa constante actitud agresiva, actitud de confrontación, actitud anti ecuatoriana, que nos ha llevado a los ciudadanos a vivir en país dividido. En vez de ello debería reflexionar acerca de la razón, o las razones por las que la mayoría del pueblo “Le ha retirado su confianza”. Así se comportaría un estadista pero, para desgracia nacional, el economista está muy lejos de serlo. Con gran pesar lo manifiesto.
Excelente tu artículo, Arturo,tu comparación de la calumnia,de la ópera de Rossini,con lo actuado por el presidente Correa, es sencillamente espectacular. Debo añadir además que el Econ. Correa, quiere imponer a capa y espada, al Fiscal General de la Nación, en la persona del Sr. Chiriboga, con lo cuál el Econ. Correa, se convertiría en Juez y parte, debido a la sumisión de Chiriboga a sus deseos.
Te acompaño en tu pesar, pués yo también participo de tu sentir y más del 50% de los ecuatorianos también. Pero es unautopía pensar que el presidente Correa abandonará su forma de pensar y actuar agresivamente, ahora ya no respeta la memoria de los fallecidos, a pesar de tener rabo de paja y techo de vidrio, además de no aceptar el principio de cosa juzgada.
Que negros días le esperan a nuestro Ecuador, que ahora está en manos del comunismo, disfrazado con el nombre de Socialismo del Siglo XXI. Pero al final del túnel se vislumbra una luz y es que más del 50% de los ecuatorianos ya no creen en Correa, y en poco tiempo se levantarán en una eclosión imparable para sacar del poder a quién no merece ostentar la más alta dignidad de la Nación.
Finalizo con la célebre expresión del extinto presidente Jaime Roldós A.¡Viva la Patria!
Estimado Arturo:
Pierre-Augustine Caron de Beaumarchais (1.732-1.799) ecribio una trilogía
? El Barbero de Sevilla (1.772)
? Las Bodas de Fígaro (1.784)
? La madre culpable (1.792)
Las Bodas de Fígaro es pues, la segunda obra de la trilogía de las comedias de Fígaro por Pierre-Auguste Caron de Beaumarchais, de cuya primera, Rossini derivó su Barbero de Sevilla, efectivamente estrenada en el Teatro Argentina de Roma el 20 de febrero de 1816. La obra de Mozart (Bodas de Fígaro)fue escrita unos treinta años antes que la de Rossini y fue tomada de la segunda de las tres comedias, por lo tanto «Bodas» no es,como opera, la continuación de la opera de Rossini