El resultado electoral fue dado, es voluntad del pueblo peruano que Ollanta Humala gobierne ese país. Lo bueno, que la elección fue limpia, el pronunciamiento, democrático; lo malo, la incertidumbre, un país muy dividido, con reservas y dudas de la clase media urbana, de buena parte de los trabajadores, de profesionales, inversionistas y empresarios, respecto al futuro rumbo del país.
La economía peruana, después de los desastrosos resultados de los setenta con el Gobierno de Velasco Alvarado y de los ochenta con Alan García, sufrió las mayores pérdidas de empleo, inversión, hiperinflación y, lo peor, la pérdida de la tranquilidad y la seguridad con los ataques violentos y frecuentes de la guerrilla urbana y rural de Sendero Luminoso.
El Perú era un país invivible a principios de la década de los noventa, cuando asumió Fujimori su primer mandato. A pesar de todos los errores que se le puedan atribuir, él rescató al Perú del caos, puso orden y sentó las bases de los actuales crecimiento y prosperidad económicos. Un reporte del Banco Mundial sobre el Perú en 2006 mencionaba en su prólogo: “Por primera vez en la historia republicana del país, la transición presidencial tiene lugar en democracia, paz social, rápido crecimiento económico y mercados mundiales favorables. En otras palabras, nunca ha habido una oportunidad mejor para construir un Perú diferente -más rico, más equitativo y más gobernable”.
Alan García tuvo esa oportunidad pero, aparentemente, el país siguió creciendo; muchos se enriquecieron, pero no todos participaron equitativa o suficientemente de esas oportunidades, caso contrario, el resultado electoral habría sido diferente, no se habría elegido a Humala, aparente contradictor del actual modelo económico.
El Perú, como nunca, ha gozado de estabilidad financiera y monetaria en la última década, las tasas de interés bajas, la inflación bajo control y el tipo de cambio se ha mantenido estable.
El país ha venido creciendo a un ritmo promedio de 5,7%, habiendo registrado 8,8% de crecimiento del PBI en 2010, con una proyección de 6%-7% para los próximos tres años. Se generó 10,1% más de electricidad y se produjo 15,2% más de cemento durante 2010. Las exportaciones fueron de $36 000 millones con una estimación de $42 000 millones el presente año.
El índice de confianza de los empresarios había venido subiendo de 50 a 70 puntos y los consumidores, de 50 a 60 puntos. La inversión privada ha crecido sostenidamente sobre el 20% desde 2006 y la generación de empleo, 6%-8% anual. La inversión extranjera llegó a un total de $7 300 millones el año anterior y la compra de obligaciones locales por parte de no residentes, a $3 200 millones.
Corresponde a las nuevas autoridades adoptar políticas que promuevan la continuidad y la confianza de los inversionistas, de los empresarios nacionales y extranjeros, y dar la seguridad de que se va a gobernar democráticamente, con justicia, responsabilidad y sensatez.
Tomado de: http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/peru-2-483237.html
Saludos. Comentario de contenido muy prudente, sensato y conservador. Me alegro mucho que el triunfo de Humala no haya sido un motivo para exteriorizar animadversiones o criterios infundados. La ejecución de su mandato determinará lo beneficioso o perjudicial que es, obviamente, según los intereses, conveniencias, simpatías o intipatías de cada cual.
Napoleón Sotomayor
Yo no veo incertidumbre por ningún lado. Él será fiel a si mismo. Nadie puede convertir a un golpista en estadista. Ollanta Humala es un asiduo asistente de todas las reuniones anuales de ese complot comunista planetario fundado por el PT en 1990, más conocido como el Foro de Sao Paulo. Él es un golpista extremista, con piel de cordero que vistió oportunamente para mejor engañar a los electores. Izquierdismo y engaño van de la mano. Recordemos a Rafael Correa haciéndose pasar por un joven economista sincero; cuando a la sola vista de su famosa correa, ya era suficiente para haber desconfiado de él y de haberlo descartado por revanchista, violento y antidemocrático. Aquellos peruanos que pidieron circo, con Humala van a salir premiados.
Ese hombre no tiene ninguna preparación de nada, ni ha sido electo en nada antes de pretender a la presidencia. Sus títulos académicos internacionales son como los de Rafael Correa, obtenidos a la rápida por medio de sendos padrinos. Sin méritos propios. Son oportunistas con sed de poder y de plata. Son revanchistas que creen que le poder obtenido en las urnas, es personal y una buena catapulta para nivelarlos a la altura de aquellos que se han rajado trabajando para obtener la riqueza de la que disfrutan, o de aquellos que por el hecho de haber nacido en hogares apergaminados, siguen cabalgando en la buena reputación de sus familias ancestrales. Se irán de bruces, porque la mona así se vista de seda, mona misma queda.
Humala es un oportunista más que se suma a la ya larga lista de mamarrachos esponsorizados por el emperador de los mamarrachos, el mico mandante Chávez. Los que saben del asunto, afirman que Humala y su Partido recibieron más de 12 millones de dólares narco-petro-chavistas a través de la porosa frontera boliviana, para alimentar su campaña. Que después se hayan sumado los asesores brasileños, es otra cosa.
La intervención directa de Lula en una elección latinoamericana, por la primera vez, fue un paso determinante para que Humala ganase. Lula le envió a sus dos asesores, Luis Favre y Valdemir Garreta, para que suavice su discurso extremista; utilizando exactamente el mismo slogan Paz y Amor, así como la engañosa Carta de compromiso con el pueblo brasileño/ aquí reconvertida peruano, con los que lograron que el sindicalista avispado y analfabeto Lula Da Silva ganase en 2002, luego de tres intentos fallidos.
Ahora Brasil podrá alzarse con todos los contratos pendientes; en particular en lo que respecta a las cuencas hidrográficas del oriente selvático peruano, entre las cuales se encuentra la de Inambari, para establecer sus tan ansiadas represas hidroeléctricas que tanta falta le están haciendo al voraz gigante brasileño. Sin olvidar las carreteras transoceánicas para conectar a Brasil con la costa del pacifico, de las cuales una ya está terminada y la otra en plena construcción. Lo que significa, como yo lo he venido diciendo desde hace más de cuatro años, que la vía Manaus-Manta jamás se realizará, por ser impractica y por atravesar un país corrupto y desorganizado como el nuestro. Los brasileños son simpáticos, pero no tontos.
Y, ¿el mico mandante venezolano en todo esto? Desde ya habrá que saber si no se ha convertido en un coma-andante como Fidel Castro, y si sus caprichos hegemónicos serán aceptados por los peruanos de la oposición que forman más del 57% solo en Lima.