La prueba del nueve

Este régimen espurio que padecemos hoy, es un mal clon de los reiteradamente fracasados en el pasado.

La perseverancia en la mentira, la burla sarcástica, detalle y palabrería con que se elaboran los planes y plataformas para el engaño demagógico, con sus lenguas y sus lenguajes. Con los Goebbels que usando dinero nuestro apuntalan al fatuo dictador le erigen púlpitos para todo tipo de clientelismo que extorsiona a los pueblos con todo tipo de jugarretas emocionales y fraudes intelectuales.

Golpes bajos.

Sobran “especialistas” que tienen títulos, pero no argumentos para un inteligente debate.

Son impecables en la logística de las prebendas y canonjías. Son suficientemente mentirosos para simular ser escolásticos y eclécticos, pero únicamente son demagogos.

Rinden falseados informes detallados, llenos de sofismas y hacen pasar por riqueza una red miserable de auto-proclamaciones llenas de aplausos para un rey tuerto que gusta de tragar ojos de súbditos. Incluso compran y se reparten entre ellos premios internacionales, entre los de su misma estirpe.

Con la Comunicación, que es una de las más importantes conquistas de la humanidad, también ha ocurrido el saqueo, la malversación, el robo y la censura para beneficio de unos cuantos y la explotación de la mayoría.

Muchos de los mejores logros de la Comunicación viven secuestrados bajo el imperio del mayor monopolista el: “Gobierno”, todos sus borreguitos y cómplices que hacen pasar por “logro moral” su habilidad impune para beneficiarse con lo que es propiedad humana colectiva: además de la producción del pensar y el saber.

Estos falsos redentores saquean y destruyen las fuerzas productivas a diestra y siniestra. No hay libertad social sin producción libre.

Es necesario un movimiento contra la alienación, la mentira, el bloqueo mediático, el terrorismo administrativo, la deformación de las conciencias.

La vorágine de los buitres sobre los cerebros del pueblo ante los que insisten que han bajado los hechos delincuenciales y que son los “periodistas” infames que divulgan los hechos. En cambio, los de ellos, que son más de la mitad, como mienten según les ordenan ¡esos sí son buenos! Barbarie rentada de ciegos.
¿Qué hacer?

Es preciso derrotar a la alienación comunistoide, cuyo nombre de cartelera es Socialismo del Siglo XXI.

Es preciso cambiar rápido buscando logros verdaderos. Impulsar una sapiencia emancipadora basada en lo mejor que hemos logrado para dar por terminado el pensamiento hegemónico de frustrados sociales que no han madurado.

Caminar juntos, no confusos, no “calientes”, oportunistas ni arribistas… caminar hacia adelante con un programa de acuerdos; no de creación de odios, terror y venganza.

Acabemos todo engendro desaguado de la palabrería santificada de burócratas mediocres que se venden al mejor postor. Contra los juegos de palabras sensibleros de los borregos y corderos “genios”, se llamen como se llamen, publiquen lo que publiquen, se premien como se premien.

Garras y germen de terror de estos falsos comunistas pretenden confundirnos con su mentira y virar la verdad.

Es ese proceso complejo, producto de las necesidades y la inteligencia, que provocará lo mejor de nosotros y transmitirá mensajes de esperanza no alienante en una mancomunidad social con positivos desafíos cuantitativos y cualitativos.

La emancipación, como siempre ha sido, es un hacer mutuo para movilizarse que requiere coincidencia, asunción de riesgos, superación de problemas, programa y evaluación permanente.

Es un trabajo inexcusable que permite reconocer problemas y tareas en condiciones de urgencia evidente. En nuestros días es necesario sembrar y prohijar la idea libertadora por todas partes.

Es nuestro deber, en la práctica y en la teoría. Todo lo contrario a lo que padecemos hoy.

Que sea sinónimo de justicia, bienestar, creatividad, imaginación y dignidad. Este modelo no es un problema extraterrestre… es consecuencia del secuestro de las herramientas de trabajo, del secuestro burocrático de los presupuestos y de la administración corporativa de la violencia y la censura legalizada por un gobierno ilegítimo. Eso puede cambiarse.

Tenemos derecho a luchar por la libertad, justicia, seguridad y desconcentración: ¡Sin miedos! Expresar libremente la nausea y el rechazo contra toda la crápula borreguil que frena el desarrollo ecuatoriano. Y sobre todo tenemos derecho a organizarnos, con independencia política, con independencia progresista.

La prueba matemática del 9, nos permitía comprobar si estaba bien efectuada cualquiera de las operaciones básicas. En lo que hoy sucede, aplica la prueba del 9 de razonamiento y veras que nada te cuadra.