Es incuestionable que la justicia en este país viene siendo politizada desde hace muchísimos años. Se sostiene que quienes colocaban en sus cargos a los jueces en las diferentes provincias, es el partido político que tenía mayor influencia en esa zona territorial. Igualmente, es innegable que como producto de la politización de la justicia, se han nombrados como Jueces o Fiscales a personas que dejan mucho que desear en sus conocimientos o en su calidad moral para administrar justicia.
A partir del gobierno de la Revolución Ciudadana y de la promulgación de la Nueva Constitución de Montecristi, se le vendió al pueblo la idea de que se establecería una justicia mas transparente y alejada de la partidocracia; hecho que no se ha dado y muy por el contrario hemos caído en un verdadero CAOS JURÍDICO por la desacertada administración de justicia y de falta de imparcialidad e independencia de jueces corruptos nombrados a dedo.
La destitución del Presidente del Consejo de la Judicatura por parte de un Juez cuyos antecedentes según el destituido responde precisamente a dictámenes del partido gobernante, acentúa aun más el CAOS DE LA JUSTICIA. La Consulta Popular y el pírrico triunfo del SI, deberá dar paso a la conformación de un Consejo de la Judicatura provisional integrado por una trilogía que tendrá en sus manos la restructuración de las Cortes y Jueces, donde ya se avizora que el remedio será peor que la enfermedad.
El CAOS JURÍDICO en que esta envuelto el país es según el Presidente Correa el resultante de la corrupción de los Jueces y de tener que responder a quienes los nombraron. Pero el Alcalde Nebot manifiesta que la reforma de la justicia debe ser a base de medidas democráticas, bien delineadas y efectivas, que cambien los jueces, no por política ni captación del poder, sino sacando a los malos elementos para que los Jueces sirvan a la sociedad y no a los delincuentes.
MENOS MAL HACEN LOS DELINCUENTES, QUE UN MAL JUEZ.