La educación es un proceso formativo que busca desarrollar la capacidad intelectual y moral de las personas. Y, aunque los padres son quienes están llamados, en primera instancia, a preocuparse de dar una buena educación a sus hijos, el Estado tiene la obligación de garantizarla.
Como vemos la educación pasa el límite de lo intelectual y abarca también el plano moral. Una población sin valores, aunque sepa leer y escribir, seguirá sumida en la ignorancia. La ignorancia que no libra de culpa pero que permite en su nombre cometer una serie de barbaridades.
La educación se refiere además al comportamiento adecuado de las personas que conviven en una sociedad, respetando ciertas normas que dan pauta de lo correcto o lo incorrecto de nuestras acciones.
Es decir, que la anarquía o el desorden total; la tiranía o el irrespeto total, cualquiera de los dos, no corresponden al concepto de educación. Sino más bien son acciones que dicen del desconocimiento del las normas del buen vivir.
A la población entera le corresponde el derecho de recibir una educación básica. La misma que no será bien receptada en condiciones adversas. Refiriendo con esto al hecho de que hay lugares denominados escuelas públicas, cuyas estrechas localidades simulan aulas de estudio y sus espacios de tierra o de cemento desgastado simulan espacios de recreación. Mucho le falta al país para llegar a tener una educación óptima que sea igual para todos.
Sin embargo no podemos quedarnos de brazos cruzados, todos debemos aportar a la educación de la gente. Observar las carencias, denunciar, hacer una crítica constructiva pero por otro lado obrar consecuentemente, aportando soluciones que estén a nuestro alcance. En una empresa, por ejemplo, lo mínimo que debe hacer el jefe de la misma, es saludar cuando llega y despedirse cuando se va. El despotismo también es parte de la ignorancia.
La educación integral llega también a los grupos especiales, llamados así por presentar capacidades distintas a las normalmente conocidas. Esa educación integral que deberá en algún momento tornarse obligatoria en todas las instituciones educativas, puesto que nadie, ningún ciudadano puede quedar excluido de las mismas por no tener las características comunes a todos los demás. Si me falta un brazo tengo igual derecho que si soy tartamudo o tengo síndrome de Down; ninguna de esas situaciones me hace menos que el resto, y también puedo llegar lejos y aportar al desarrollo de la comunidad y del país.
Y, como en mente sana, cuerpo sano, la práctica de ejercicios físicos, la práctica deportiva, es una condición elemental para la educación integral del ser humano. El sedentarismo no solo hace daño al cuerpo que se ve, también vuelve al cerebro (que no se ve) lento y disminuye las capacidades intelectuales y creativas.
Pero sobre todo una educación sin valores éticos y morales, una educación sin Dios, no es educación, porque lleva al ser humano por caminos confusos, buscando a tientas un avance que no será progreso. Porque desconocerá su fundamento, el respeto, la libertad y la auténtica democracia. Por lo tanto educación no es sinónimo de escuela, está es solo parte del proceso educativo.
El artículo refleja la situación que priva en la mayoría de los países de Latinoamérica. La mayoría de los gobiernos se oponen directa o indirectamente a la «buena» moral. ¿Que podemos y debemos hacer para mejorar las condiciones de infraestructura, el nivel de enseñanza en cuanto a conocimientos y en cuanto a principios morales? Todos deberíamos a comprometernos a aportar nuestro granito de arena.
Creo que el gobierno debería invertir el dinero que emplea para las cadenas sabatinas en mensajes educativos para la población, mensajes sobre valores éticos sobre todo, claro que sin el ejemplo lo que enseñemos cae en el vacío.