Semanas atrás, un grupo de estudiantes de bachillerato, nos solicito participar de una mesa redonda en la cual se abordaría el tema del “Liderazgo”. Interesante conocer el pensamiento disímil, juvenil y aun no contaminado de este grupo social frente a distinguidas personalidades del quehacer nacional. Tanto y cuanto más apasionante si constatamos que nuestro país vive una crisis de aquel atributo, de la que no escapan el sector empresarial, político, cultural y gobernante. La experiencia amerita ser analizada.
Quienes nos antecedieron tuvieron el acierto en definir lo que es tal cualidad en un ser humano. Característica especial que ciertos seres tienen el don de poseer. En la mayoría de los casos sin que se hayan preparado, entrenado o capacitado. Mucho se pondero sobre las cualidades, perceptibles a todos, de algunos individuos: Ghandi; Mandela, Mao; Madre Teresa de Calcuta fueron alguno de los citados.
Curiosa reacción de chicas que aprecian más las virtudes del Papa Juan Pablo o de Madre Teresa a un Fidel Castro o Cristina Fernández. En los varones, el valorar a Jefferson Pérez muy por encima del regente. No falto el unánime rechazo a la clase política. Sin embargo personajes como Vicente Rocafuerte; Gabriel García Moreno; Eloy Alfaro e incluso León Febres-Cordero, merecieron calificativos honrosos.
La suerte nos favoreció pues fue una de las últimas presentaciones. El esquema que tuvimos preparado no salio del maletín. Ni la laptop mereció ser puesta en servicio. Simplemente, solicite que los estudiantes dieran cada uno, una o mas virtudes que estimaban indispensables para ser un buen líder. La lluvia de ideas, tímidas en un principio, se volvió un torrente a los pocos minutos. Se las pongo a su consideración amable lector.
Líder, expreso una chiquilla, es aquel que sabiendo que merece el aplauso, no hace nada para conseguirlo. Quien siguiera expreso que el liderazgo lo tiene quien respeta a los demás. Iniciada la tónica se lanzaron al ruedo: “Líder, es el que admite sus errores sin culpar a otros”; “Líder, es aquel que tiene la capacidad de ser magnánimo; “Lidera quien no insulta, humilla u ofende”; “Para ser líder, se requiere ser humilde”; “Liderar, exige sacrificio, paciencia, esfuerzo y voluntad”; “Líder demanda ser equitativo, leal y ético”; y para no alargarme me referiré a aquella jovencita ruborizada que nos espeto: “El líder sabe que no es perfecto”…
Agradable sorpresa la nuestra pues no hay duda que en la vejez hay sabiduría nacida de la experiencia pero que en los años mozos, hay el poder de decidir el hacer lo necesario para que el futuro exista.
Solo me permito una conclusión que por cierto pensábamos exponer. La saque de un añoso y desgatado libro de nuestra biblioteca, ni recuerdo el autor, pero creo que resume lo que es el LIDERAZGO: …”Solo serás superior a ti mismo el día que aprendas a ser comprensivo y condescendiente; así como eres con los demás… así serán contigo.”