También el alma, como la tierra buena, necesita un cuidado vigilante para dar fruto. Hay que acoger en ella la semilla de la palabra de Dios, enseñada por la Iglesia; hay que regarla frecuentemente con los sacramentos que nos infunden la gracia; hay que abonarla con el esfuerzo por practicar las virtudes cristianas; hay que quitar las malas hierbas de las pasiones desviadas; y hay que compartir sus frutos por el buen ejemplo y la propagación de la fe. No hay cultivo más importante que éste ni que ofrezca fruto más seguro, un fruto que va hasta la vida eterna.
Beato Papa Juan Pablo II –
El evangelio de esta semana nos relata la multiplicación de los panes. Es importante parar a analizar este evento porque nos puede servir para nuestra vida. Jesús estaba enseñando a la gente cuando los discípulos les dijeron que los despida porque todos tenían que comer; y ellos no tenían comida para todos. Es importante analizar aquí que la gente seguía ahí porque si bien tenía hambre, tenían más hambre espiritual y por eso no se iban a comer a su casa, sino que seguían aprendiendo.
Jesús les dice a los discípulos que les den de comer. Aquí hay dos cosas importantes: los discípulos tenían comida sólo para ellos – 5 panes y dos peces – y Jesús les dice que los compartan. La segunda y más importante observación es que Jesús no dice “Yo les doy de comer”, como hizo Dios con el maná en el desierto en la epoda de Moisés o con Elias. No, Jesús les dice a los discípulos que ellos les den de comer a esa multitud. Y a quien le dice en realidad que les de de comer a la multitud hambrienta? A sus seguidores. A nosotros. Hoy nos dice “dadles de comer”. Y no de lo que nos sobra sino de lo que necesitamos. Pero no solamente comida física sino también mental (educación) y espiritual (revelar la Palabra de Dios).
También es importante ver que no les pide que den lo que no tienen. Ellos si tenían cinco panes y dos peses. Jesús nos pide que compartamos y que ayudemos con los talentos que tenemos; y que si ayudamos, estos se multiplicarán.
El gran milagro en este episodio es el compartir. Y el querer servir. Eso es lo que nos enseñó Jesús a través de sus discípulos. Y fue una enseñanza haciéndolos practicarla, no diciendo cosas teóricas, ni haciendo El todo el trabajo.
En nuestro país y a nuestro alrededor lo que más hay es gente que necesita de nuestro apoyo desde el punto de vista económico y de afección. Lo más importante la educación y la parte espiritual donde incluyo el tema de los valores. Hay que volver a inculcarlos. La gente está hambrienta por esto; no pensemos que no. Simplemente necesitan a alguien que los guie por ese camino. Un pastor que guie sus ovejas.
No esperemos que sea el Gobierno el salvador, ni que Dios lo haga. Démosle nosotros de comer a quien lo necesita.