La revolución y el trabajo

Una de las incongruencias más graves que tiene la revolución ciudadana con las religiones cristianas, está dada por el problema del trabajo.

San Pablo, en sus epístolas, insiste en la necesidad que tiene el hombre de trabajar, de buscar su sustento por medio del trabajo. Llega incluso a repetir varias veces en forma drástica: “El que no trabaja, que no coma.”, para insistir en la necesidad de cumplir con el mandato del Génesis: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”.

De acuerdo con este mandato, lo que la revolución ciudadana debe tener como prioridad número uno es la creación de empleo, pues el hombre necesita, no sólo para poder subsistir, sino para desarrollarse como ser humano, trabajar, cumplir con la sacra voluntad de moverse en busca de algo positivo para su vida.

La ley del mínimo esfuerzo hace que la gente siga a la revolución ciudadana por los regalos del bono o de los subsidios. El Gobierno debería enfocarse en buscar la eficiencia en la atención de las necesidades básicas de la población, que la producción de luz, agua, telefonía, sean realizadas a un costo mínimo, y en forma eficiente y eficaz.

La prioridad de la revolución ciudadana debe ser la creación de empleo, el fortalecimiento del desarrollo empresarial, la obtención de créditos accesibles para que todos puedan ser emprendedores, el desarrollar en la juventud sentimientos de progreso, responsabilidad, honestidad, la búsqueda del desarrollo intelectual, el deseo de superación por mérito propio, el afán de servicio y de trabajo y el respeto en ambas vías (respetarse uno mismo y respetar a los demás, no sólo hacerse respetar). Crear odios, rivalidades y enfrentamientos, es contrario a la religión cristiana. Mi abuelo repetía que “si el pícaro conociera las ventajas de ser honrado, sería honrado por picardía.” Así mismo, si uno respeta a los demás, es muy difícil que no lo respeten.

El cambio que el Gobierno debe dar si desea en verdad actuar cristianamente, es preocuparse más porque los ecuatorianos tengan todos una fuente de empleo, una educación integral, que tengan una buena salud, no una atención médica mediocre, que los padres o familiares de los discapacitados tengan un empleo bien remunerado, antes que dar subsidios, bonos y tantos otros paternalismos, que a la larga hacen mal al país. La revolución ciudadana, como lo dice su slogan “La patria ya es de todos”, debería en verdad dar la patria para TODOS LOS ECUATORIANOS, no sólo para los directivos de Alianza País; la creación de trabajo no debe ser sólo en puestos gubernamentales para que los ocupen los afiliados al partido de Gobierno, sino fomentar la creación de Empresas, de fuentes de trabajo, de desarrollo empresarial, sin quitar al que tiene para darle a uno que no está preparado y que terminará destruyendo lo que estaba hecho, o vendiéndolo para sacar dinero que será prosperidad de pocos meses.

Hay que fomentar el empleo y estimular a los ecuatorianos a trabajar, a producir y a desear progresar. Sólo así sacaremos adelante al país y a todos los ecuatorianos.