Camino a los 40

No, no es la cantidad de años que algunos trasnochados seudo izquierdistas esperan que sus gobiernos revolucionarios del siglo XXI duren al frente de sus respectivos países, sino la cantidad de años que tendré a cuestas dentro de menos de un mes, y les comento que para mí, es una sensación un poco rara.

Puedo decir en honor a la verdad, que hasta ahora, más allá de los problemas normales financieros y de familia que todos pasamos, ha sido un grato recorrido por esta vida, he tenido la oportunidad de trabajar con grandes y admirables personajes, de los cuales he tratado de emular sus mayores virtudes, y de llegar a comprender lo que sus detractores les han endilgado como sus defectos, y entender la motivación de los mismos.

Logré una excelente educación de primer y segundo nivel, se lo agradezco a la mayoría de profesores del Colegio Cristóbal Colón, donde algunos de los actuales detentadores del poder gubernamental lo fueron, incluido el primer personero del País, y del cual, déjenme decirles que no guardo los mejores recuerdos.

Luego de graduado, me orienté a la parte técnica administrativa, cuando siempre quise ser Doctor en Medicina y por la profesión de nuestra familia pintaba más para el Derecho, sin embargo no me arrepiento de mis decisiones, porque en mi etapa universitaria conocí a quien es mi “paciente” esposa, y con la cual este mismo año cumpliré tres lustros de feliz matrimonio, fruto del cual tengo dos maravillosos hijos a los cuales adoro.

Me he seguido preparando, porque considero una obligación que de alguna manera debemos retribuir al País algo de lo que él nos ha dado, me apasiona la política, algo que me vino en la sangre como herencia de mi padre, quien con su sabiduría y amor filial, siempre me inculcó que debemos trabajar por los demás, y que esta ciencia es simplemente una herramientas más para que la labor social que tanto me gusta realizar, se haga un poco más fácil y pueda llegar a mucha más gente.

Durante mis casi 2 décadas de empleado público, he aprendido que la política, así como la vida misma es para servir y no para servirse y que nuestra misión como seres humanos, al menos así lo he llegado a comprender, es de convertirnos en transmisores de valores y virtudes para los demás, sean estos tu familia, tu entorno o tu comunidad, eso es lo que espero cumplir, y eso es lo que quiero dejarles como legado a mis hijos.

Quizás esta es una carta un poco melancólica, quizás muy personalista y lírica, pero quise expresarla antes de llegar a las 4 décadas, en esta entrega expongo muy brevemente el contexto de mi vida y aprovecho estas palabras para agradecer más que todo a quienes me han permitido llevar este largo recorrido de una manera más serena y tranquila, mis padres y hermanos, mi esposa e hijos, mis profesores, mis buenos amigos, mis jefes y compañeros de trabajo y lucha, mis líderes políticos, y a ustedes también mis queridos lectores, que ya por algún tiempo han soportado a este cascarrabias radical, con sus escritos subidos de tono en algunas ocasiones, que ya está “Camino a los 40”.