Vamos a demostrar que el Presidente de la República; Los Ministros; Los “honorables” borregos; y en general los burócratas, son los que menos pagan por impuestos y tasas.
Primero debe reconocerse que los impuestos y las tasas son esenciales, dado que son un sacrificio que tiene en vista el interés general y en forma mediata el interés particular.
Claro que los impuestos, al igual que las medicinas, pueden curar o matar, según se administren.
Sin duda que la contribución de los impuestos y tasas deben ser honestamente pagadas ya que es la mejor forma de repartir los beneficios de la riqueza para los menos favorecidos. Es por eso que los países muy desarrollados tienen una carga tributaria muy alta.
Pero ¬ siempre hay un pero ¬ esos fondos recaudados deben ser bien administrados para servir a la población y no para crear un culto político y menos aún para robárselo; como lo hemos constatado con los come cheques y los múltiples contratos, respaldados por Decretos de Emergencia, en que las adquisiciones se hacen a dedo.
Si partimos sobre la base, ya antes comprobada en este escrito, de que uno paga sus impuestos para recibir una administración justa de ellos y los beneficios generales que deben representar; tenemos que espantarnos al saber que sólo alrededor del 15% del presupuesto, un monto irrisorio, va a la educación.
En salud la cosa es más triste, por cuanto sólo se le asignan alrededor de un 7%. Por eso es que tenemos tantas personas cuyas enfermedades podrían ser superadas que luego se complican y fallecen.
Qué hablar del Seguro Social ¬ que no corresponde al Presupuesto Nacional ¬ el cual ha sido apropiado como Caja Chica y que personas que aportan fuertes sumas mensualmente no reciben nada de nada.
Continuemos analizando algunos impuestos, el IVA se encuentra dentro de los impuestos a las ventas, enajenación, prestación de servicios, renta e importación.
Es un impuesto al VALOR AGREGADO que se supone que es del 14%, empero en realidad es al menos del 19,6%; por cuanto hay que irle agregando los incrementos al tributo intermedio.
Para que las personas no sepan que es un impuesto tiene que ser incluido en el precio de venta; aunque luego se desglose.
El que llamamos Presidente, indicó que el impuesto que se va a subir al 5% a la salida de capitales, no afecta a los pobres. Por vergüenza y pesar ajeno no me voy a reír.
Claro que lo pagan los pobres y en valores relativos de manera más fuerte que los “pelucones”.
Un niño lustrabotas ¬ que debería estar estudiando no trabajando ¬ paga los impuestos en su betún, la tinta, el sándwich que si tiene suerte come, en el transporte…
Volviendo al 5% de cobro a la “salida” de capitales, ¿qué materia prima para la producción es enteramente nacional?
Claro que los “pipones, kikuyos y socio listos” insisten en que una mercadería que ya está nacionalizada, en sus cálculos para las falsas industrias las llaman integrantes nacionales.
Hasta las barras de hierro de las fundiciones empresariales de las Fuerzas Armadas, son importadas en bruto o recicladas de chatarra que en su momento llegó del exterior.
En Ecuador la presión tributaria está sobre el promedio de América Latina, con las continuas subidas en los últimos años.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal, “Santo” del que no soy devoto), hasta el 2010 la presión tributaria del Gobierno (incluidas las contribuciones a la seguridad social) llega a un 19,7% del Producto Interno Bruto (PIB), uno de los indicadores más elevados de Latinoamérica: El promedio de presión tributaria en América Latina y el Caribe (33 países) está ubicado en el 18,7%, mientras el de Ecuador es del 19,7%, solo superada por los indicadores de Uruguay, Brasil y Argentina.
Tal cuál aseveré al inicio, el que menos impuestos paga es el Presidente de la República, pues a él le pagamos: Casa, transporte, comida, cocinero Belga, publicidad…
¡Pobre Juan Pueblo!