Lo peor de un gobierno tiránico es el silencio del pueblo que se le arrodilla.

Lo peor de un gobierno tiránico es el silencio del pueblo que se le arrodilla. Están haciendo todas las locuras que les da la gana, solo porque se lo permitimos. Cada día nos salen con una nueva ley o un nuevo escándalo. Con el cuento de que están cambiando a la patria, llevan más de cuatro años cambiándola.

Si fuera un período presidencial democrático normal, ya se hubieran ido a su casa y nada hubiera pasado. La delincuencia está peor, la corrupción ni se diga y encima nos han quitado nuestros derechos ciudadanos, ya que ahora se enjuicia o se mete preso a los pocos que se atreven a protestar. Los que todavía lo hacemos, estamos limitados en nuestra protesta. Los medios “libres” no nos entrevistan para no meterse en problemas con el gobierno.

Cada día nos reunimos para organisarnos y las trabas para luchar en forma democrática son peores. No es cuestión de lograr un concenso en la opocisión. Es cuestión de tener los cojones para enfrentar al tirano que pretende someternos. Cada día que pasa es otro día que estamos muriendo como nación. Dormimos anestesiados por un cobarde miedo que nos ha llevado a un silencio cómplice, que les permite destruirnos como país democrático.

Sería muy ingenuo de parte de las mentes de algunos miedosos, pensar que este grupo de prepotentes y sabelototodos, nos entregarán por la vía democrática algún día el poder. Siempre inventarán la escusa de que la mayoría los respalda, cuando la verdad es que son una minoría que nos patea y nosotros una mayoría que se lo permitimos.

Nadie quiere luchar contra el gobierno. En mi caso personal, todos me felicitan y me dicen que siga adelante en mi lucha. Me dicen que le saque la madre, que no me deje. Nadie me dice que me acompaña en la lucha, que me ayuda a sacarle la madre o que estará junto a mi para evitar que nos tiranicen.

Esto no es problema de que me feliciten o me hagan sentir bien. Esto no es personal, es de todos. Es un problema de conciencia y convicción.

Yo no calculo mi lucha por la patria por el respaldo que tenga a la hora de enfrentar a quienes pretenden oprimirnos. Mi rebeldía es de conciencia y convicción. Son mis principios los que no me dejan claudicar y los que me mantienen de pie contra los autoritarios. El único miedo que tengo es el miedo a tener miedo y ese miedo nunca lo tendré.

Lo que está pasando es terrible. Somos testigos silentes de la imposición de una dictadura que por todos los lados nos pretende controlar y lo hace a nombre del pueblo, cuando ese pueblo por estar dormido, indiferente o cobarde se calla.

El otro día fui a la islta trinitaria y un señor de ochenta años se acercó a felicitarme y me dijo:

!Guayaquil está lleno de cobardes!

Que sentencia más dura, pero real. Nuestro quemeimportismo y la indiferencia que nos arropa bajo la comodidad del silencio sumiso para no ser tocados, es lo que le permite a este monstruo crecer.

La solución no es que algún oligarca con su propia propaganda nos salve.

La solución no está en que aparesca un líder que los enfrente.

la solución no es que los mismos políticos de siempre se unan para sacar un solo candidato. esto sería la reunión de los mismos que nos han llevado al caos que hoy lamentamos. Los culpables del desencanto que nos llevó a esta robolución no pueden ser hoy los salvadores de la patria; son los culpables de lo que está pasando..

Este país jamás será gobernado por alguien que coma carne en palito con guantes y nunca aparecerá un líder por la magia del destino.

La lucha la debemos hacer los que somos la mayoría de independientes libres. Somos rebeldes sin miedo y tenemos la convicción de morir para ganar esta lucha.

A fin de cuentas, su majestad es tan solo un hombre de carne y hueso como nosotros.

Eso…de carne y hueso nada más.

No es más inteligente ni más preparado que nosotros.

No es más patriota ni quiere más a la patria que cualquiera de nosotros.

Con ese cuento de que es un iluminado o un predestinado, que largen a otra parte.

Debemos enfrentar a la tiranía. Tenemos que hacerlo con las consecuencias que debamos pagar. Ya no podemos esperar más. Hoy ya es muy tarde.

A lo mejor, mañana estaré en el cementerio y seré recordado con alguna mentira inventada por un grupo de creativos de la publicidad para justificar mi crimen.

Los que se queden atrás y todavía estén vivos, estarán aterrorisados por lo que les podrá pasar con mi ejemplo y se someterán.

!No seamos cobardes! Todavía estamos a tiempo, ya no hay tiempo.

No permitamos que nos impongan una manera absurda de vivir que es la venganza de un grupo de resentidos que hoy se están cobrando sus propias frustraciones.

!Que viva mi espíritu libre!

!Que viva mi libertad!

!Que viva mi patria carajo!