La vieja vía a la Costa en la ciudad de Guayaquil ha cobrado una importancia estratégica para los nuevos desarrollos inmobiliarios que se invierten en el cantón y no en Samborondón. Con la nueva nomenclatura urbana de calles, la vía pasó a llamarse del Bombero. Con el paso del tiempo se refaccionó su carpeta asfáltica, se ubicó nuevas señales de tránsito tanto vertical como horizontal; se mejoró su iluminación y hace poco se construyeron intercambiadores de tráfico que más que una solución, son un grave problema para los numerosos vehículos que por allí circulan.
Los moradores de las urbanizaciones que allí se asientan son los primeros perjudicados por esos intercambiadores. Las distancias para ingresar a sus viviendas se han incrementado, y el nivel del peligro natural que implica salir a la calle al volante, también. Quien toma un carril izquierdo en dirección GYE a Salinas para retornar a la ciudad, se encuentra con una suerte de cintura que se ensancha en la fosa que divide los cuatro carriles de la avenida. Con ese ensanchamiento sucede lo indecible: o el conductor permanece en el carril izquierdo o los vehículos que circulan por la derecha lo empujan a seguir allí. Ya esto ha causado accidentes, pero no solo por el arriesgado diseño de la vía, sino también por los malos hábitos al volante del ecuatoriano promedio (imprudencia al girar el volante; hablar o enviar mensajes por celular cuando se maneja; manejar a velocidades excesivas en distancias cortas; cambiar de carril sin utilizar luces direccionales; o simplemente NO tener operativas las luces de avisos en la parte trasera del vehículo).
A la altura de Puerto Azul, en el sentido Salinas – GYE, existía un semáforo que cada vez y cuando los oficiales de la CTG (hoy CTE) lo apagaban para permitir la masiva circulación vehicular que venía desde la playa. ¿Y los residentes de Puerto Azul o quienes querían volver a la ciudad? Con el pie en el acelerador y con la cabeza mirando hacia su derecha, se arriesgaban a abandonar el carril izquierdo, pasar al carril derecho y luego intentar a la fuerza ingresar a la urbanización. El semáforo es un artefacto que civilizadamente ordena el tránsito en las ciudades. Para los agentes de la CTE no es así.
En la Av. del Bombero las bermas desaparecieron: dieron paso a un tercer carril que muchos lo utilizan para rebasar por la derecha. Sí, rebasar por la derecha, no importa si son volquetas cargadas y sin lona protectora; o pequeños automóviles. Carros de toda factura lo hacen.
O la CTE y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas se ponen de acuerdo para mejorar el tránsito vehicular en la zona, o la avenida seguirá generando problemas para quienes la utilizan. La ocupación lícita en las urbanizaciones a la vera de la vía comienza a ocupar el espacio que no ocupan aun las canteras. Centros comerciales ya se levantan y centros de aglomeración de habitantes comenzarán a concentrar y atraer más personas y más vehículos particulares. ¿La solución al tráfico era la construcción de esos intercambiadores? Definitivamente que no.
Los intercambiadores son medios de desahogo de la circulacion vehicular muy importantes en esta ciudad de alto trafico. Desgraciadamente, como usted acota, no han sido disenados por especialistas de transito (aparentemente) sino por simples constructores o peor por maestros albaniles. Y donde esta la municipalidad de Guayaquil en todo esto?
MUY DE ACUERDO CON SU ARTÍCULO, YO SOY UNO DE LOS PERJUDICADOS.