De acuerdo a la información que proporciona el gobierno el índice de DESEMPLEO que se tiene en el país es favorable, las plazas de trabajo han aumentado, es decir que aquellos que no tienen un empleo y una remuneración fija mensual, han disminuido considerablemente, esto nos presenta ante el mundo con un puntaje conveniente. Indudablemente la cifra debe ser mentirosa ya que lo que se palpa es otra realidad.
En días pasados se cancelo de un solo golpe cerca de 4.000 empleados públicos, en su mayoría pertenecientes al aérea de la salud, se uso como fundamento un Decreto Presidencial que esta revestido de dudosa ilegalidad; igualmente se utilizo cierto tipo de evaluación donde se califica a los burócratas de corrompidos, incapaces y vagos. En la demoledora decisión, cayeron justos y pecadores.
Si la decisión no se la hubiera tomado como se lo hizo, es probable que esta gozaría del aplauso de prácticamente todo el país; un recorte de la burocracia hace bien a la economía nacional ya de por si afectada, pero el remedio resultará peor que la enfermedad, ya que aquellos que salieron serán reemplazados con partidarios afines a la Revolución Ciudadana y con seguridad por un número aún mayor.
El Presidente Correa debió haber iniciado los despidos por el lado de los judiciales; en ese ambiente hay verdadera corrupción y quienes administran justicia, con contadas excepciones son verdaderos ignorantes en la aplicación de las leyes, predominando el interés económico antes que la probidad.
Lo que han dado en llamar renuncias voluntarias se esta aplicando en instituciones como: Registro Civil, Ministerios, Gobernaciones, etc.; es la caravana de la muerte. El reciclaje ministerial resultante de la crisis de gabinete, será un nuevo argumento para aumentar los despidos. Los perjudicados pasarán a engrosar la fila de los desocupados y con ello el incremento de la informalidad y la delincuencia.
Si calculamos por la cantidad de ecuatorianos desesperados por llevar un mendrugo de pan a sus casas, con los que nos topamos a diario; podríamos decir que el desempleo debe bordear el 50% (cincuenta por ciento) dejando fuera a los informales que cada día abundan en las calles.
Es lo dèjà vu; o el mismo zafarrancho que se ve en Venezuela, desde que el otro inepto que le pagó la campaña al esquizofrénico que nos desgobierna; hace y deshace en su país. Todos los países comunistas como el nuestro ahora, irán directo al barranco, como ya lo experimentaron los rusos y sus ex esclavos en la ex Cortina de Hierro.
El gobierno inútil, mentiroso e incapaz, hace sus propias cuentas arregladas a su salsa.
Nunca estuvimos tan pobres y miserables, como lo hemos estado en estos cuatro años de desbarajuste que ha traído esa mafia de terroristas frustrados, asesinos a sueldo y malandrines que ahora, con los criminales de Alfaro Vive Carajo, forman parte de ésta dictadura comunista-correista. Esos mismos individuos flojos, que siempre estiraron la mano para petardear, en lugar de buscarse un verdadero empleo, son los revanchistas que ocupan Carondelet.
Ya me desvié del tema. Es tan vasto y penoso, que uno no sabe ni por donde comenzar.