¿Cómo el cangrejo?

Definitivamente no. El cangrejo anda de costado, no para atrás. Me preocupa cuando marchamos para atrás, cuando en vez de avanzar, retrocedemos.

Cuando enseñamos lenguas muertas, que ya no son habladas sino por unas pocas tribus en el mundo, en vez de enseñar los idiomas que se hablan en los países donde el progreso y la tecnología hacen que se avance más rápido y que sus progresos ayudan a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la tierra.

Cuando buscamos revivir medioYs de transporte líricos en el país, cuando se quiere revivir el ferrocarril, pero sin que pueda llegar nunca a ser un medio de transporte para carga o para pasajeros, útil y masivo, que permita agilitar el comercio.

Está muy bien que se permita que en las provincias de la sierra, donde todavía hay una población significativa que habla alguno de los dialectos kichwa, se ensañe ese idioma, pero es absurdo que se quiera obligar a los estudiantes de las ciudades grandes a aprender, aparte de español, kichwa, cuando es mucho más importante que se enseñe más bien otro idioma, ya sea inglés, francés, chino o cualquier otro idioma que permita al estudiante progresar y desarrollar una carrera útil para él, su familia y la sociedad.

Gastar millones en reestructurar la obsoleta y casi destruida infraestructura férrea del país, para fomentar un turismo romántico y sentimental para unas pocas decenas de personas, favoreciendo a unas pocas personas que fomenten el turismo, me parece una inversión poco fructífera para el país. Si eso fuera para poder trasladar mercaderías de una ciudad o provincia a otra, descongestionando las carreteras, sería una buena inversión a favor del desarrollo del país, de otro modo, no es una inversión sino un gasto.

Comprendo el deseo de las tribus indígenas de salvar su lengua y de los pueblos por donde pasaba el ferrocarril, de conservar sus negocios, pero desafortunadamente el adelanto hace que las cosas vayan cambiando. Cerecita, Progreso y Zapotal, en la vía a Salinas ahora tienen pasos alternos sin entrar al poblado y sufren el mismo problema. Bilingota lo sufrió cuando se suspendió la vía férrea a Salinas. Estos habitantes deben ver su crisis con criterio japonés: Crisis = Oportunidad. Pensar, buscar otras alternativas de negocios. Quedarse rememorando los tiempos pasados, no conduce a nada, sino a depresión, tristeza, abandono y ociosidad.

Miremos para adelante, ¡avancemos!
Dejemos de lamentarnos, ¡hagamos!
El mundo no se acaba aquí. ¡luchemos!
Ante las dificultades, ¡pensemos!
Si nos preguntan ¿por qué? ¡porque amamos!
Y ante la dificultad, ¡trabajamos!