Una buena conciencia es una fiesta permanente – Robert Burton –
Con el mismo razonamiento de Pablo de Tarso en una parte de una de sus varias cartas,
si tuvieras todo el conocimiento del mundo y con este logras dar la solución a la paz mundial o a la pobreza, pero no lo haces por amor, no te sirve de nada. Porque puede haber sido por ego o por ganar dinero, entre muchas otras cosas. Serias como un “metal que resuena o unos platillos que aturden”.
Si tuvieras la capacidad de llevar esas teorías acabo y en realidad terminaras con la pobreza y trajeras completa paz al mundo y no lo haces por amor tampoco te servirá para nada. Porque sería un tema netamente material y humano para ti. Por eso puedes repartir en limosnas todo lo que tienes pero si no tienes amor, de nada te sirve.
El amor del que habla Pablo no es cualquier amor. Es uno muy especial. El griegos tiene varias palabras para amor. Estamos hablando de lo que ellos llaman
Nos ensenaba Platón que “El amor da la mayor felicidad que cabe en el mundo”. Y es que El amor verdadero, el amor ideal, el amor del alma, es el que sólo desea la felicidad de la persona amada sin exigirle en pago nuestra propia felicidad. No es menos cierto que algunos persiguen la felicidad; mientras que otros la crean.
Por lo tanto el mensaje que dejo para esta Navidad es el siguiente:
Utilicemos ese amor del que habla Pablo para llenarnos nosotros mismos de este y poder rebosar y salpicar de amor a las personas que nos rodean. Disculpemos sin límites, creamos sin límites, esperemos sin límites, aguantemos sin límites. Seamos mejores papás, mamás, hermanos/as, hijos/as, empleadores, empleados, mejores vecinos, mejor amigos, mejor ciudadanos de un país que está lleno de personas con necesidades y nos necesitan. Pero no por otra cosa que no sea por Amor.
Gracias por expresarlo. Me permito decir: Permitámonos hacer nuestra esencial Voluntad.