Para los que vivimos de cerca los acontecimientos históricos de la época que hicieron que Guayaquil se levante de sus cenizas edilicias, y por cierto para los guayaquileños que salimos beneficiados con ello, es casi obligatorio manifestarnos respecto a que se levante o no un monumento recordatorio en la memoria de quien fue su artífice, y en el lugar donde su Municipio lo determine. Es un tema de la ciudad exclusivamente porque detrás de ello está la construcción histórica y la identidad de esta urbe que siempre se ha manifestado rebelde y alzada frente a afanes nacionalistas y centralistas que han tratado sistemáticamente de impedirlo desde que somos república.
La historia no es solamente lo que se escribe en los libros, sino también está conformada con las manifestaciones que se plasman en monumentos públicos y hacen parte del paisajismo urbano. Quienes escribieron la historia de Febres Cordero y lo pintaron como un lobo feroz que iba con un cuchillo persiguiendo niños para asesinarlos lo han hecho en uso de su libre albedrío. Para muchos jóvenes de ahora ese es el recuerdo que tienen de este personaje y no tienen idea de otra perspectiva. Nunca van a recordar como era el Malecón antes que fuese regenerado, ni sabrán nada sobre las circunstancias de aquella época, ni cuando durante su presidencia el petróleo se llegó a vender a 4 dólares el barril y un terremoto interrumpió la exportación del oro negro durante seis meses. No sabrán tampoco del terror sembrado por los movimientos subversivos armados dentro de una América latina donde los subversivos eran entrenados por Gaddafi. Pero ahora ese no es el punto.
El lugar escogido para levantar el monumento a LFC a mí no me gusta. Es cuestión de estética y en eso no voy a discutir con empleados públicos que reciben paga para aceptar órdenes. Considero que hay mejores opciones, y eso es lo que debería haberse hecho en el Concejo abriendo un concurso para analizar las alternativas desde el punto de vista de las perspectivas visuales. La erección de este monumento debió ser todo un proceso abierto artística y urbanísticamente.
Si yo hubiese podido opinar al respecto, sea como ex concejal, como leoncista, como ciudadano, como guayaquileño adoptado, mi ponencia transfería el monumento en la zona norte de la ciudad, de ese sector que fue tan beneficiado por el ex alcalde cuando le abrió amplias vías que la integraron a la ciudad y permitieron su explosivo desarrollo. El Malecón 2.000 ya está por siempre identificado con el nombre del ex alcalde y tampoco fue su obra más importante aunque si la mas vistosa.
Guayaquil adolece de falta de nuevos parques y puntos referentes. En el sector norte se ha utilizado el suelo en desarrollos de cemento y no existen nuevos pulmones que ayuden a respirar a los amantes de lo verde y de un urbanismo menos salvaje. No es idea nueva la mía, porque la llegué a discutir con el propio León respecto a expropiar esos inmensos lotes donde ahora está construido el City Mall y donde se construirá otro desarrollo para oficinas, viviendas, etc. Mi propuesta partía de la necesidad de dividir a la ciudad en tres distritos, Norte, Sur, y Centro con sedes administrativas propias para beneficio de los ciudadanos y vecinos. La sede Norte estaría ubicado en esos lotes con un edificio de vanguardia, pequeño y funcional rodeado de mucho, mucho verde. León me dijo; no tenemos dinero para meternos en más expropiaciones y proyectos. Para él habían muchas necesidades prioritarias desde su punto de vista de ingeniero y político. Ha pasado el tiempo. Esos terrenos ya están tomados por la avaricia urbana, aunque no desisto de mi idea de crear los distritos administrativos municipales diseñados bajo conceptos modernistas apuntando al siglo 21. Ese conjunto urbanístico funcional y vistoso que atendería administrativamente al sector norte de esta enorme ciudad, debería tener el nombre de LFC y allí erguirse su monumento en medio de árboles y jardines. ¿Sueños de perro? Posiblemente.
Total ahora nos encontramos ante una situación inesperada porque unos funcionarios, a nombre de ese intangible que se llama Patrimonio Cultural, quieren someter a la ciudad dentro de sus conceptos y reglas centralistas. ¿Para qué elegimos alcaldes y concejales, si otros funcionarios elegidos a dedo tiene facultades por encima de lo que tiene por su naturaleza el organismo municipal? Al diablo con su opinión. Me sulfuro contra el centralismo y al intelectual antes que a ningún otro. ¡Pendejos!. ¿Cómo sustentan su tesis de que ahí va o no tal o cual otro mobiliario urbano, o si se atenta o no a un intangible? Si fuese cuestión de regla de tres y sujeto a comprobaciones matemáticas, no habría posibilidad de dudar de los sesgos políticos y de otras variantes. ¿Será que las casitas de los cerros no pueden ya ser pintadas de esos colores que tapan la pobreza? ¿Será acaso el verde el color que debe prevalecer en el cerro Santa Ana?
Por otra parte, por lo que se ha visto de fotos el busto de LFC, es la un hombre moribundo, deformado, sin esa gallardía pintoresca que tuvo con su eterno cigarrillo en mano, o montado en un caballo o gritando “yo no me ahuevo, carajo”. Y resultaría paradójico o curioso que así como al otro lado del Malecón 2.000 está el monumento a J.J Olmedo, que es en realidad una estatua de Lord Byron comprada en Inglaterra, al otro extremo estaría la de un León Febres Cordero no real, sino desfigurado en España por manos extranjeras. ¡Carajo, es que no había artistas guayaquileños que hayan vivido la historia!
Mi concordancia completa para con usted señor Raad.
Estoy de acuerdo con usted doctor, el monumento no va con la personalidad del ing. Febres Cordero
HAY HENRY…CUAN PREOCUPADA ME DEJA UD HOY Y…CON TODA RAZON! PUES SI EN VERDAD, EL «BUSTO» DEL MONUMENTO DISTA NUCHODE SER LA IMAGEN EXACTA DE LEON FEBRES CORDERO PRINCIPALMENTE PORQUE YO A LEON NO LO CONCIBO SIN SU MECHON, ANTES QUE NADA! ES CIERTO, LA ERECCION DE ESE MONUMENTO DEBIO HABER SIDO TOD UN PROCESO ABIERTO ARTISTICA Y URBANISTICAMENTE! LOS GYE VAMOS A LUCHAR PARA QUE NADIE ENTORPEZCA LA SERIEDAD E IMPORTANCIA DEL QUE FUERA EL MEJOR ALCALDE DE LA BELLA PERLA, DE TODOS LOS TIEMPOS!
Estimado sr. Raad me complace poder decir que tenemos la misma opinion en cuanto a el busto de LFC .No , no me perece un gran busto ni va con las caracteristicas que definian al politico y al hombre. No se quien esculpio el busto ,pero siento mucho tener que decir , que no se parece tan siquiera a LFC. Saludos.
Me alegra ver que alguien de su valia intelectual piense que guayaquil debe ser dividido, estoy totalmente de acuerdo con usted en esto. Guayaquil ya es demasiado grande como para ser dirigida por una sola persona desde malecon y 10 de agosto, y no se trata de que si el alcalde es un inepto o un genio, simplemente es fisicamente imposible que una sola persona pueda saber todo lo que pasa en una ciudad tan grande y compleja. Guayaquil tiene que ser dividida para que se siga desarrollando.