La percepción del poder que un cargo confiere, entontece a muchos; de igual manera la fuerza que se deriva del dinero trastorna, de ahí la despectiva adjetivación de llamar a alguien “Nuevo Rico.”
El “poderoso y el rico” pronto pierden la dimensión de su común humanidad y se exponen a riesgos peripatéticos.
Las operaciones sobre el margen no los arredra, el abusar no les afecta… pues: ¡Mi poder o mi dinero arreglan todo!
¿Cuáles son los más grandes poderosos y millonarios en Ecuador? Noboa; Isaías; Vallarino; Maspons; Iturralde; Arteta; Diez; Paéz; Wright; Rhys-Jones; Mantilla; Wong… Uf. Sí. Hay algunos ricos o millonarios ecuatorianos.
Sin embargo, sumando todos los activos de los de mi listado y de la gran mayoría que se me debe de haber pasado por alto; comparando toda la liquidez junta que pueden tener todos los considerados acaudalados, no se comparan con el de aquél que se ha tomado el poder y maneja la cosa pública como de su entera heredad.
El ser humano siempre ha tenido miedo y para aplacarlo ha creado dioses, costumbres o hechizos que los protegerían. De esto algún exaltado o aprovechado (“político muy inteligente”), junto a otros crearon y perfeccionaron los primeros sistemas de engaño para dominar a las mayorías. Desde este momento surge la división entre los que piensan por sí mismos y los que sólo siguen lo que otros dicen.
Estos sofistas se especializan en la descalificación del rival mediante trucos de razonamiento o mentiras reiteradas para elaborar engaños razonados.
Como había dicho Sócrates, el saber de los sofistas es aparente y no efectivo; además, no se profesa con objeto de una búsqueda desinteresada de la verdad, sino con fines de lucro.
Platón, en especial, “insiste en la peligrosidad […] de las ideas de los sofistas, además de su inconsistencia teórica”.
La máxima expresión lo encontramos en el movimiento comunista, que estuvo en plena forma durante más de un siglo, sólo trajo guerras, pobreza, brutalidad y dictadura a la humanidad. Con la caída de la Unión Soviética y los partidos comunistas de Europa, ingresó en su última etapa a fines del siglo pasado.
Ya ninguna persona, desde el ciudadano común y corriente hasta el más antiguo comunista, aunque vengan tapados con el membrete “Socialismo del Siglo XXI”, cree en el mito del comunismo.
El régimen de usurpación del poder engañando con una “elección democrática.” Hoy en día, con su ideología en ruinas, la legitimidad de su reinado enfrenta un desafío sin precedentes.
Sin duda se rehúsan a dejar el escenario. Por el contrario, sigue utilizando los métodos salvajes desarrollados a lo largo de décadas de campañas políticas para darle aire a su lucha desenfrenada por alcanzar legitimidad y revivir un poder ya extinto.
Esconde su deseo desesperado de mantener un poder totalitario. Informa de logros inexistentes y valida su gestión. Más engaño, más confusión, para reafirmar la falta de principios que caracteriza su conducta.
Más alarmante aún es que está decidido a barrer con las bases morales de toda la nación, con todos los que pueden clarificar las atrocidades, con la libertad de comunicación, para poder consolidar su poder.
En el momento histórico actual, es de especial importancia que entendamos por qué hay una conducción como una banda de delincuentes. Pongamos al descubierto la naturaleza perversa de la ley electoral; la barbaridad de los juicios por persecución o apropiación, con ello se podrá lograr estabilidad.
Dice Álvaro Sinarahua, en su poema: Que se haga justicia
“En el mundo siempre ha reinado la injusticia
el pueblo llora mientras, la clase acaudalada ríe
y llora el pobre y vuelve a reír el ricoA veces se compra lealtad con dinero
se compra el silencio
a la justicia muchas veces se le pone un precioEl mundo muere, los críticos miramos, intentamos mover masas;
el mundo esta ciego ,sordo y mudo
nadie se queja, nadie ve nada, nadie siente como se denigra la vida humanaSiempre escucho huelgas, sublevaciones en mis tierras,
porque el indio implora justicia,
muere en una celda, con barrotes y su voz entristecida se apaga como su vida.Que se haga justicia pide el rico y con su dinero, acelera los trámites;
y no siendo culpable su opositor, muere en la cárcel.”