“Sicario acribilló a un menor que conversaba con amigos”….
Así empieza la narrativa de, uno más de, los artículos que la prensa da cuentas a la ciudadanía y que guardan relación con los violentos actos criminales que a diario se suscitan en nuestra ciudad.
Fueron 24 disparos los que esta vez la victima de turno recibió de parte del brazo ejecutor de su asesino. Y no solo eso, sino que como producto de esa salvaje descarga de balas en contra de la humanidad de la victima de 17 años, también resultó herido en su pierna izquierda un niño de apenas 5 años, en circunstancias en que regresaba a su casa acompañado de su madre luego de haber salido a comprar una pastilla.
Es totalmente escalofriante la forma como actúan estos criminales. Narra uno de los testigos de este sangriento hecho que, mientras la víctima se encontraba en la calle compartiendo con unos amigos, el sicario se acercó al grupo y con tremenda sangre fría les dijo a ellos: “ábranse que le voy a disparar a él”. Acto seguido, descargó de sus armas 24 balas asesinas, que fueron las que cegaron la juvenil vida del menor Denis Alejandro Araujo Alvarado y dejaron herido en su pierna izquierda a un niño de apenas 5 años.
Particularmente a mi me parece mentira todo lo que ahora nos narran los diferentes medios de difusión colectiva, cuando hacen alusión a crímenes, asaltos, violaciones, etc. Aquel Guayaquil de hace pocos años atrás, así como aquel Ecuador pacifico y emprendedor, ya ha quedado rezagado por tanta ola de violencias que a diario desatan los desequilibrados protagonistas de estos sangrientos hechos.
Aquella envidiable isla de paz de la que orgullosamente referíamos cuando nos enterábamos del descalabro delincuencial en países vecinos como Colombia, por ejemplo, ya es solo un triste recuerdo.
Y aquel privilegio social del que alguna vez disfrutamos; ahora salpicado de sangre inocente, y aquellas desgarradoras escenas cargadas de violencia y matizadas por el llanto de niños que se quedan huérfanos, de madres que han perdió a sus hijos, de hijos que han perdido a un padre, de un hermano que ha perdido a su otro hermano, de un amigo que mastica el dolor al ver asesinado a su otro amigo como causa de la demencial acción de un sicario, y que son desgarradoras noticias que a diario vemos en la televisión y en los periódicos, constituyen definitivamente la grave crisis de violencia que hoy por hoy nos imponen perversamente aquellos que delinquen.
Me da la triste impresión que no está quedando nada de los valores más sencillos del ser humano, y que de siempre calaron muy hondo en no más de un par de generaciones anteriores. Se me hace muy difícil entender que un sujeto; cargado de balas y blandiendo una arma, se acerque a un grupo de jóvenes y niños, y con tremenda sangre fría les diga a los ahí presentes: “ábranse que le voy a disparar a él”, para acto seguido desentrañar 24 balas de sus armas y acabar con la vida de un ser humano, y dejar herido a otro ser humano.
Qué diablos nos está pasando ahora..? Y lo que es peor, hace poco me enteré a través de la televisión sobre una entrevista que le hicieron a un sicario, quien muy suelto de huesos, le decía a su entrevistador que el cobraba desde $20 por matar a quien sea (¡¡!!!).
Entonces, que nos está quedando ahora..? Donde están aquellos valores que por décadas nos convirtieron en privilegiados habitantes de un país en el cual se respetaba el derecho ajeno; y que por sobre todo se respetaba la vida de los demás.
En que parte del camino se nos ha quedado aquella isla de paz…?
Quiza esa isla es tan solo imaginaria. La realidad es de que desde el advenimiento de esta revolucion del siglo XXI, se habrieron las fronteras, se perdono a las mulas del narco y practicamente, se invito a los delincuentes del mundo a venir a esta isla donde los unicos que portan armas son los delincuentes, los unicos protegidos por los derechos human os son los delincuentes. Se lo hizo de una forma tan irresponsable y electorera, a sabiendas de que la policia no estaba preparada para confrontar con ese sunami de las bandas nacionales y peor internacionales. Siempre se supo de que los colombianos, chilenos, peruanos eran ya diestros participes del crimen organizado. De a poco habiamos tenido experiencias desagradables con unos cuantos de ellos. Por encima de todo, no existen en el Ecuador carceles para tanto maleante y peor ahun para los menores de edad. Nuestras ciudades y pueblos han quedado indefensos a pesar del esfuerzo policial. Nadie quiere denunciar ni comprometerse pues saben de que lo que les espera son balas asesinas a cualquier hora y en cualquier lugar. Pero, el mayor asaltante de los ecuatorianos se llama Rafael Correa. El esta dando un ejemplo de como con abogados a su disposicion, en aras de proteger una honra que no la conozco, asalta a cuanto pelucon se le pone por delante con sus cuantiosas demandas. Gran ejemplo a seguir para nuestras futuras generaciones. Las leyes han sido arrebatadas, el discurso democratico ha sido enlodado y ya poco queda de esa isla del cuento de hadas al que usted en sus suenos quiza visualiza.
El mismo Presidente, acepta de manos de una ex-guerrillera, ex-delincuente, unas espadas que le pertenecen a la ciudad de Guayaquil, y se las embolsa como suyas y premia a esta mujerzuela. Toda una contradiccion en un pais que si fuera realmente de ley y derechos, esta mujer estuviera de camino a cumplir una pena. Este es el socialismo de Cuba, de Venezuela y no el de Alemania, Noruega, Dinamarca. Hemos caido a lo mas bajo del despenadero y costara mucho trabajo y valor el revertirlo. Si se continua esperando a terminar con el remance, nos habremos dado el balazo en la cabeza nosotros mismos.
Asi como vamos, lo que mas asusta y nos preocupa es el futuro de nuestros niños.
Pobre de ellos, ya no existe ningun espacio que les brinde seguridad ni que les garantice la proteccion de sus vidas.
Vivo desesperada constantemente por el diario peligro al que estan expuestos nuestros hijos.
Que lastima que ya no seamos esa isla de paz de la que siempre fuimos. Les toca entonces resolver este grave problema a las respectivas autoridades.
¡VAMOS SEÑORES!!!!! ¿QUE ESTAN ESPERANDO?
Comparto con Ingrid y tambien con Giovanni, por donde se lo quiera mirar este es un problema que tiene asfixiado a Guayaquil y al pais.
Ya las autoridades competentes deben tomar conciencia y desde la raiz combatir con eficacia y profesionalismo este tenebroso problema; caso contrario las situacion cada vez se tornará mas peligrosa.
Yo tambien junto a mis seres queridos quiero vivir como antes: ¡en una isla de paz!
EL MEJOR CONCEPTO Y DE RAPIDA SOLUCION PARA ESTOS EXCECRABLES DELITOS ES DE QUE ADEMAS DE UTILIZAR LA PLANIFICACION PROFESIONAL Y POLITICA, AQUELLAS AUTORIDADES COMPETETENTES SE APIADEN DE TODAS LAS VICTIMAS, SE PONGAN DE ACUERDO ENTRE TODOS, DEJEN SUS RENCILLAS DE LADO Y ACTUEN COMO ES DEBIDO.
¡ESA ES LA UNICA FORMA SEÑORES!
¡EL RESTO ES CUENTO!
GRACIAS POR SU ENTREGA DOCTOR RAMIREZ
Ya la ciudadania está cansada de ver y escuchar tantas desgracias por parte de tantos delincuentes y tantos malandros a lo largo y ancho del pais.
Queremos soluciones, ya no discursos y bla bla bla.
Hoy fue el hijo de un ciudadano cualquiera, mañana puede ser tu propio hijo, o quizas el mio propio.
!QUE DESGRACIA!
Estoy de acuerdo con los comentarios de Geovanni y de Ingrid.
Gata cuando vamos a ser escarnio de tanto delincuente????????
¡SON VIDAS HUMANAS SEÑORES!
La verdad es que nuestro país está totalmente convulsionado por el auge que desde hace unos cuantos años atrás ha venido protagonizando la delincuencia y por el grave peligro en el que nos sumerjen quienes la ejecutan.
Tambien es verdad lo comentado por el autor de este artículo respecto de la facilidad conque matan los sicarios y sobre cuanto estan dispuestos a facturar por cada victima.
Yo tengo mucho miedo por lo que está pasando y no quiero tampoco que a mis hijos les pase nada, pues yo quiero disfrutar a mi familia hasta que Dios así lo disponga.
Ya es hora entonces que las respectivas autoridades complementen el mejor de los planes antidelicuenciales, con la unica finalidad de erradicar de raiz este sangriento problema.
Por el momento, no queda mas que esperar que DIOS NOS AMPARE