Llegada la estación invernal volvemos a escuchar, comentar o leer que el puente colapsa, muros ceden, riadas por doquier y poblaciones sumergidas por crecientes de ríos. Buena oportunidad para decretar emergencias que al terminar aquel húmedo periodo, quedaran en meros recuerdos. Cada año se incrementan los saldos en rojo del sector social rural. Nadie se ha preocupado de limpiar riberas y lechos. Ninguno ha emprendido la tarea de iniciar, mantener o consolidar el dragado de los cauces. Todos consideran que aquel trabajo lo puede cumplir cualquiera. Y cualquiera opina, que aquello es tarea de Otros. Y así el tiempo pasa, ajenos a la realidad. Cuando las precipitaciones cesan, las inundaciones desaparecen, las protestas se diluyen: olvidamos el crudo invierno. Nadie habrá hecho algo y después de todo, mañana será otro día.
De nuestro archivo personal extraemos una página del recuerdo de1934 emitido por diario “El Universo”, Octubre para mayor referencia. En dicha publicación en una columna de 15 cm., el gobierno de aquella época, recuerda a los propietarios de las haciendas asentadas en los márgenes del curso de agua que deben, previo el inicio de las próximas lluvias, proceder a la tala, recorte y limpieza de todo árbol, arbusto o maleza que pueda obstaculizar el libre transito del agua. Increíble suena aquel pragmatismo de aquella época!
Pero con la tónica de confrontación actual. La politización de todo acto socio-económico. Buscando erigirse como Mesía: justiciero implacable de todos aquellos que no comparten ideología similar. Todo lo descrito es simple mentira. La verdad brillara mañana: ningún gobierno de la larga noche neoliberal hizo algo. Pero se han calculado las pérdidas que sufre el sector agrícola cada año?… Bastara acaso regalar unos machetes y/o palas, unos kilitos de urea, frasquitos conteniendo fungicida y los mas favorecidos como yapa, unas libras de semilla para dar fin a este cíclico periodo? Será acaso aquello la “Revolucionaria Política Agrícola”.
El problema hoy en día es más grave: los ríos de la costa ya no tienen el aforo suficiente para recabar los caudales de agua que el cielo nos envía. Es que actuando como el perro del hortelano que no come ni deja comer, retirando autonomías bajo el pretexto que los ríos son de todos. Retrasando pedidos de limpieza y dragado de los lechos solo estamos obteniendo que periodo invernal tras periodo invernal las cosas se compliquen.
De que sirve encauzar o levantar muros de contención si al llegar a su desembocadura esta se encuentra taponada. Recorramos todos los afluentes del Guayas hasta el delta del golfo: ninguno fluye libremente. Playones interminables emergen a la luz del sol. Nunca es tarde siempre podemos iniciar la obra. No dilatemos más las decisiones. Hay que comenzar la gran tarea: SALVAR NUESTROS CAUCES DE RIOS! Quien, porque y cuando poco importa lo primordial es llevarlo a cabo y YA.
Sr. Seminario. Le recomiendo lea un informe de las Naciones Unidas de hace ya como cuatro anos sobre la afectacion que el calentamiento global ejercera sobre areas bajas costeras e islas alrededor del mundo. Lo que estamos viendo es tan solo una muestra de lo que vendra en el futuro y afectara a millones de vidas. Y si a esto le anadimos lo poco que los gobiernos y los ciudadanos hacen para de alguna manera protegerse y prepararse con la infra estructura necesaria, el futuro de los asentamientos poblacionales en todo el perfil costero incluido hasta las estribaciones de la cordillera, se van a producir muchas perdidas de vidas y de campos productivos.