21 noviembre, 2024

Dios Proteja a Siria – Parte 2

Hama, Syria: nories

II PARTE
LA DINASTIA ASSAD: Los fantasmas del pasado se pasean libremente en los problemas del presente

En 1970, el Ministro de Defensa de entonces, Hafiz al Assad, de la misma forma que mucho de sus predecesores, tomó el poder violentamente mediante un golpe de estado en el mes de noviembre. Sorpresivamente y contra todo pronóstico, al Assad pasaría a formar un gobierno de estabilidad y pragmatismo durante la primera década y media de su mandato a pesar de que en este lapso de tiempo se registraron graves eventos tanto en el orden interno como externo. Muchos analistas políticos coinciden en referirse al gobierno que tomó exitosamente forma bajo el liderazgo de al Assad como Autoritarismo Populista. Régimen revolucionario que institucionalizaría al Ba´th y que bajo su mandato emergería una secta dominante aunque minoritaria: los alawíes.

En el orden externo, tres eventos marcaron profundamente los destinos de Siria en la década del 70. El primero, Al Assad firmó un importante Acuerdo de Paz y Seguridad con los soviéticos a comienzos de 1972. El segundo evento de importancia se dio en 1973, cuando Siria atacó a Israel junto a Egipto en la repentina guerra de Yom Kippur. Israel, con asistencia norte americana, emergió victorioso del sorpresivo ataque. Moscú, para mantener el equilibrio militar en la zona compensó a ambos países árabes restituyendo armamento militar y profundizando la ayuda económica y política. El tercero, como consecuencia de la guerra civil de Líbano en 1975. Al Assad envió 30.000 tropas sirias a Líbano con el objetivo de proteger a la población cristiana pero fisuró su relación con los soviéticos, quienes protegían abiertamente a grupos de izquierda musulmana. La ocupación Siria molestó a Moscú profundamente y acusó al gobierno de Damasco de dañar no solamente al pueblo libanés sino a la lucha árabe en conjunto.

La Unión Soviética encontró en Siria un cliente en el que los resultados de su vasta inversión generaron consecuencias desequilibradas. La ayuda soviética otorgada fue sustancialmente mayor a los beneficios que recibieron en términos de influencia tanto en la misma Siria, como en términos regionales. Como resultado de esta relación desigual, Gorbachov, en 1985 comenzó un proceso reductivo de la ayuda militar, económica y política a Damasco. Para comienzos de los 90, la relación sirio-soviética había concluido. Rusia e Israel restauraron plenamente relaciones diplomáticas en octubre de 1991. Al Assad consistentemente demostró que los intereses de su política externa hacia los Estados Unidos no necesariamente incluían estrechamiento de lasos de amistad. Su actitud fue siempre soberana, alejada de las presiones norte americanas y británicas y supo administrar su relación con la Unión Soviética en términos beneficiosos para los intereses de su gobierno.

En el orden interno, una serie de continuos conflictos entre las comunidades siempre obstaculizó el desarrollo de un verdadero espíritu nacional. Asimismo, la importancia regional, sectaria y las identidades religiosas como las fuentes primarias de lealtad, frustraron desde la independencia misma la construcción de una identidad única para la nación. Aunque entre el 80 y 90 por ciento de los sirios son musulmanes, la secta Alawí, a la que pertenece la familia Assad, es una minoría que representa cerca del 10% de la población. Los sunís que son la inmensa mayoría siria, difieren en algunas concepciones y creencias que marcan enormes diferencias entre estas sectas musulmanas y, junto a las minorías confesionales (drusos, cristianos, ismailíes), han tomado parte en el aparato gubernamental dividiéndose el poder de esta forma. Como cabría esperar, los poderosos servicios de seguridad han sido dirigidos, prácticamente en exclusiva, por alawíes.

A pesar de que los países del Medio Oriente han estado marcados por discordias y conflictos, resulta complejo pensar un lugar donde los problemas sean más brutales que en la Siria de los 80. La Hermandad Musulmana, un grupo fundamentalista suní, se opuso al régimen de Assad no tanto por su laicismo sino por su favoritismo sectario. Las protestas se caracterizaron por violentos ataques contra el partido gobernante “Ba´th”. Luego del fallido intento de negociaciones ente la Hermandad y Assad, en febrero de 1982, la fuerza del ejército sirio se hizo sentir sobre el enclave rebelde de Hamah, ataque que ignoró el respeto hacia la seguridad de la población civil. La ciudad fue devastada y se estima en las bajas alcanzaron los 25.000 ciudadanos. La Hermandad Musulmana fue herida de muerte y para 1987, junto a sus aliados antigubernamentales, se encontraba totalmente moribunda.

Muchas son las lecturas que se dan para el exitoso proceso de al Assad, que durante este transcurso de tiempo enfrentó victorioso un sinnúmero de crisis de orden bélico, político y económico. Lo que si resulta innegable es la concentración de poder alrededor del presidente que incluye acusaciones de represión en el proceso de consolidación del régimen. Assad creó varias agencias de inteligencia con el objetivo de vigilar y controlar a opositores, a militares y unos a otros. Construyó exitosamente los pilares del poder en el partido, en las fuerzas armadas (dominada por su secta), en la policía secreta y en la burocracia; sobre la que un poderoso presidente descansaba. Igualmente, tuvo éxito en convertir a Siria en un importante jugador de las luchas regionales, sacándolo del rol de víctima que le precedía.

Sin embargo que la revolución islámica no tuvo frutos bajo el gobierno de Hafiz, las concesiones a un política de islamización desde abajo fueron incrementándose hasta conquistar las esferas medias y altas, así como el incremento de movimientos y grupos religiosos islámicos más conservadores.

Bajo estas circunstancias, la sucesión de Bashar, pudo considerarse como fluida: la élite del partido y del ejército cerraron filas y, para evitar una lucha de poder, ratificaron el proceso que Hafiz había comenzado. Proceso, que al igual que muchos procesos de sucesión política en todas partes del mundo, engendra muchos resentidos en el camino. Especialmente en una nación donde las diferencias étnicas y religiosas son tan beligerantes entre si.

Bashar, en un proceso expedito, transformó la élite política heredada del gobierno de su padre e incorporó a los círculos de decisión a una nueva generación de jóvenes. El gobierno de Bashar generó altas expectativas de cambios y reformas sustanciales, pues sin embargo de ser considerado como un leal a la herencia de su padre, también se lo veía como un modernizador, especialmente por las nuevas generaciones. Es decir, Bashar personificaba a una alentadora comunión entre continuidad y cambio.

Pero, que es lo que debía continuar y que lo que debía cambiar Bashar,? Y, cual debía ser la prioridad que su gobierno tenía que imponer a ese proceso de cambios? El presidente Bashar se decidió por comenzar con cambios en las estructuras para conseguir una modernización económica y social primero, dejando como prioridad secundaria, más bien como una consecuencia de los cambios en la modernización económica y social, la implementación de una democracia al estilo occidental.

Las circunstancias conflictivas que envuelven a esa región del mundo, como la volatilidad política del entorno debido a los cambios impuestos como consecuencia de la conocida “Primavera Árabe”, el enfoque personal de Bashar en cuanto a la invasión norte americana a Irak, su línea dura frente a la posición de paz con Israel, así como su cuestionada amistad y colaboración íntima con el régimen de Ahmadinejad en Irán, suman importantes razones para justificar la manifiesta antipatía proclamada por la alianza de occidente hacia su gobierno, con Estados Unidos a la cabeza. Además, coincide con la incómoda revelación de los avances del plan nuclear de Irán y de la posible confrontación con Israel y la alianza occidental. Todo apunta internacionalmente en contra de Bashar, por lo menos para los intereses occidentales. Rusia y China son un obstáculo gigante en el camino para que la coalición occidental siga imponiendo sus puntos de vista mediante la utilización del Consejo de Seguridad y de las Naciones Unidas. Las sanciones norte americanas y europeas pretendiendo asolar y doblegar al régimen no se hicieron esperar. Sin embargo, sin el respaldo de Rusia y de la gigante China, el camino no es fácil de recorrer ni la meta posible de conquistar.

En el orden interno, una serie de factores sirven de combustible al fuego que empezó hace aproximadamente un año. La mosaica estructura social, étnica y religiosa característica de Siria permite que los fantasmas del pasado se paseen libremente en los problemas del presente. La cuestionada participación Iraní en los asuntos internos, donde la mayoritaria ramificación islámica Shi´a es la gobernante, se ha convertido en una ficha del ajedrez en la lucha por el poder interno y ha servido de instrumento para el descredito externo del régimen. La fuerza de la represión y brutalidad tanto de los grupos armados opositores como del mismo gobierno asombran y escandalizan tanto a los sirios como al mundo exterior. La crueldad de los métodos utilizados contra opositores civiles y el alto número de victimas entre la población de jóvenes no es un pecado fácil de perdonar al régimen de Bashar.

El escenario es extremadamente complejo pero la solución debe nacer desde adentro del país y con apoyo internacional imparcial. No se puede ignorar la historia ni la complejidad de gobernar dicho país; por lo que es simplemente inconcebible que se ignore al gobierno constituido en la implementación de una solución. Cualquier imposición que lideren los americanos, ingleses y franceses tendrá siempre el sabor amargo que dejó el colonialismo en esa región del mundo. Aplaudo el trabajo y la propuesta de Kofi Annan y hago votos por que Assad recapacite y no le permita al tiempo vencer sobre la razón y la vida de más ciudadanos inocentes de su pueblo. Dios proteja a Siria.

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En una sabatina, el supremo me dijo que yo era aniñadito, violador, farsante, ladrón, perro, mafioso y que pertenecía a una pandilla de delincuentes entre otras cosas. No podía comprender como un mandatario que es nuestro empleado y dice representar y respetarnos, en forma chabacana y mentirosa decía tantas barbaridades sin fundamento contra mí. Este individuo no sabía con quién se metía. Mis amigos me dijeron que no hiciera nada, puesto que tenía todo por perder. Lo decían en vista de la perversidad y maldad de quien me insultaba. Les preocupaba como abusaba de su poder, el mismo que yo no tenía. Las probabilidades que yo lograra enjuiciarlo eran nulas, por el temor de los jueces en enjuiciar a semejante prepotente. Tenía dos alternativas: hacerle un juicio penal para lo cual la asamblea debía levantarle su inmunidad (lo que era imposible) o seguirle uno civil, con muy pocas probabilidades de que me lo admitan. Pese a eso y a base de lucha, perseverancia, sin influencias ni dinero, inicié una acción civil contra este difamador por diez millones de dólares, ya que me había insultado diez veces. Como prueba presenté el CD 67 de una sabatina, en la que este tipo junto a funcionarios, me profería todos estos epítetos. Como no podía negar que él estaba en ese CD, las causales fueron admitidas y el juicio comenzó. Soy el único que ha logrado enjuiciarlo. Frente a las mentirosas afirmaciones yo no tengo nada que desvirtuar. Mi vida es transparente y pública. El Ecuador sabe quién soy y a que me dedico. Mi profesión se basa en la vocación de ayudar y no de dañar. Probar que no había hecho lo que me decía, no solo que no debía, sino que ni siquiera me interesaba hacerlo. Por el contrario era él quién tenía que probar lo que me dijo.

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  1. Muy buen análisis desde el punto de vista histórico. Seria casi perfecto, si no fuese porque ha olvidado dos detalles de gran importancia:

    1.- Assad no dirige ese país. Él es solo un titere de la vieja cúpula militar o de apparatchik instruidos en la ex URSS. Hombres que ya estaban al servicio de su padre, por eso Putin no puede abandonarlos, sino que mas bien les ha enviado a sus consejeros militares. Los jóvenes de los que Ud habla, solo tienen puestos burocráticos de poca influencia.

    2.- Los cristianos. Ellos son el sosten de Assad. Ellos son el eje de la burocracia, comercio, educación e infraestructura en Siria y en casi todo el Medio Oriente. Assad los protege tanto como protege a su tribu Alawita. Los cristianos temen ser masacrados por los islamistas que forman parte de la rebelión en Siria, tal como sucedió en Irak.
    Tienen toda la razón del mundo de temerles a los islamistas. Pues por donde estos pasan, van masacrando, secuestrando, torturando y empujándolos al exilio.

    Los que vivían en Irak, fueron exterminados después de la caída de Saddam. Los pocos que se salvaron fueron acogidos en Líbano y en gran parte en Siria; sumándose al 10 por ciento de la población cristiana local. Ellos son los que con su apoyo, siguen manteniendo en pie al régimen de Assad. Temen que la a caída de este, la persecución se propague.

    Temores con fundamento. Basta ver lo que pasa con los cristianos coptos de Egipto. A sabiendas de que Assad los protege; los islamistas que toman parte de la insurrección, los utilizan como escudos humanos. Los ataques a las fuerzas gubernamentales sirias, son lanzados desde las iglesias y mezquitas, pero en particular desde las iglesias, pues saben que Assad no ataca los templos.

    Los Cristianos de Medio Oriente están en esas tierras desde hace 2000 años, los judíos hace 4000 y los musulmanes un poco mas de 1400. De esas tres religiones del Libro ? Biblia, Torah y Coran ? solo la musulmana, es aun la única que esta empeñada en convertir por la razon o la fuerza a los pobladores de Medio Oriente y del mundo entero, como se lo indica su libro sagrado. De alli la motivacion por las guerras interminables.

    Para comprender a esa zona, o al menos entender algo, se debe haber leído el Coran y si es posible haber vivido en esos lugares. El problema es que mientras mas lo lea o se permanezca alli, menos se entiende. Nosotros en occidente no funcionamos con la lógica de ellos.

    En occidente jamás podrán comprenderlos, ni por más que traten, porque la religión musulmana no es solo eso. Esa religión maneja la política, la educación y la vida cotidiana. El Corán dicta sus leyes. El problema es que estas ya no estan adaptadas a la vida moderna, y se comenten barbaridades en nombre de ella, pues son los hombres y en particular los políticos, los encargados de explicarla y aplicarla.

    Pero existe un problema mas grave aun que complica la comprensión de esa parte del mundo, y es que la religión les ordena que mientan. Un buen musulmán debe mentir, para defender su religión, y para eventualmente salvar su pellejo.

    Cuando un musulmán está bajo presión, él puede mentir para proteger su religión. Asi lo recomienda el Corán en el versículo 28, capítulo III y en el capítulo XVI, versículo 106. Alli hay algunas disposiciones relativas a la mentira.
    Por lo tanto, un musulmán puede mentir por la causa del Islam. También pueden mentir a su mujer, hijos, padres etc, para mantener la paz en su familia. Un profesor al alumno y viceversa. La civilización musulmana, es triste decirlo, esta basada en gran parte en la mentira y las disimulaciones.

    Un musulmán puede mentir a sus correligionarios, pero sobretodo a los judíos y a los cristianos, para preservar la paz en la sociedad u obtener ventajas materiales. Por eso es completamente arriesgado entrar en sus juegos. Los mandatarios latinoamericanos harian mejor de no inmiscuirse en esos problemas; aquí ya hay bastantes lios que solucionar, como para irse a encanallar, o a empantanar por esas lejanas tierras.

    Disculpe la largura. El tema es vasto y complejo. Gracias.

  2. Saludos. Comparto plenamente el alto contenido de este artículo, excepto en la supuesta labor del subalterno, dependiente y representante transnacional K. Annan, así como las rasgadas de vestiduras de ciertos estados occidentales, que se han auto – eregido guardianes del mundo, símbolos de la paz, de la estabilidad, el orden, la democracia, la libertad, los Derechos Humanos y otros mensajes panfletarios de desgastado contenido, y de los cuales repentinamente se han convertido en adalides, cuando durante décadas fueron cómplices, encubridores y obsecuentes de lo que hoy critican. ¿Será que dichos Estados occidentales se han vuelto «humanos»? ¡O será que ha llegado a su cenit, la «Decadencia de Occidente»?

    Napoleón Sotomayor

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