21 noviembre, 2024

Rafael de León

Antes de pasar este extraordinario poeta, quiero presentar otra perla de él. Un poema de un amor precioso que se pierde .

Veamos:

¿ME QUIERES AMOR, ME QUIERES?
Rafael de León

¿Me quieres, amor, me quieres?
Si, para toda la vida.
Y era yo quien preguntaba,
siempre soñando una espina,
siempre rondando una duda,
siempre imaginando heridas.
¿Me quieres, amor, me quieres?
Si, para toda la vida…

Tardes, madrugadas, noches,
mañanas y medio días,
en el balcón, en la calle,
en el sueño, en la vigilia,
siempre, siempre preguntando
corazón, si me querías.

Y de pronto, no sé como,
sin una razón precisa,
mi voz amarga y cansada
se fue quedando dormida
y cayó sobre mi alma
una lluvia dulce y fina
que se fue cristalizando
en nieve delgada y fría
y ya no pregunté más
corazón, si me querías.

Ahora eres tú quien pregunta,
quien solloza, quien suspira,
¿Me quieres, amor, me quieres?,
me dices con voz dolida…
y yo de la misma forma
con que tú me respondías,
escondiendo la verdad
debajo de la mentira,
te digo ausente y lejano:
Si, para toda la vida…

Artículos relacionados

La muerte

Entre las poesías de Buesa, hay una que me intriga y me fascina. No tiene título y se encuentra en uno de sus libros, en medio de otras, así mismo, sin título.

Se refiere al paso que todos daremos en algún momento, al final de nuestras vidas y a la forma como esperaremos ese momento.

Filosofar sobre el momento final de nuestra existencia es algo por lo que algunos muestran un recelo y un temor, para mí infundados, puesto que hasta ahora no he conocido a nadie que no vaya a dar ese paso en algún momento de su existencia, si es que no lo ha dado ya.

Para mí, Morir es el epílogo más hermoso de una existencia plena. Lo importante no es ese momento, sino lo que ha ocurrido, lo que hemos hecho en ese camino que el tiempo nos permitió discurrir entre nuestros semejantes. Lo que uno hizo y lo que uno dejó sin hacer, lo que uno sembró en el corazón de los demás, las raíces que se ahondaron en nuestra alma y las que se secaron por caer en tierra árida o perjudicial para ellas. El balance global y el destino eterno, lo va a dar Dios, cuando llegue el momento de nuestro juicio final.

Varón

Como lo indiqué la semana pasada, estos tres lunes los quiero dedicar a la mujer más hermosa y maravillosa del mundo. Después de presentar el poema de Rafael de León la semana pasada, quiero ahora presentar una poesía de Héctor Gagliardi, poeta argentino del que ya hablé el 20 de febrero cuando publiqué su poesía “El Padre”. Quiero aclarar que en esa ocasión me equivoqué y puse erradamente el título de la poesía que presento a continuación como “La Madre”, cuando su título real es “Varón”.

Esta poesía debe llamar a la reflexión a los adolescentes, porque no existe un amor más grande en el mundo terrenal, que el amor de una madre por sus hijos y ese amor, en muchísimas ocasiones es mal pagado, mal interpretado y menospreciado. Esta descripción de la madre, de su abnegación y de su amor es, aparte de real, maravillosa.

3 comentarios

  1. Maravilloso poema, así es, en el transcurso del tiempo y cuando no es correspondido , el amor se va alejando y muchas veces se vuelve costrumbre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×