Una vez más Cultura y Fraternidad, Agrupación que me honro en presidir, se hace presente en homenaje al Maestro ecuatoriano, en un acto, que revela nuestra preocupación por los aconteceres culturales y sociales de la Patria.
El dedicarle un acto de homenaje al maestro ecuatoriano, significa la concepción grande que tenemos, por la legión magisterial representada en cada hombre o mujer: titanes formadores de nuestra nación, que desde allende el mar, montañas y selvas, en pueblos hoy con ríos desbordados y deslaves mortales, hasta a los barrios urbanos y suburbanos de nuestras ciudades, cumplen la gran tarea formadora de niños y jóvenes ecuatorianos.
Maestros sembradores que van llevando sabiduría científica y espiritual a su alumnado, ante quienes les toca oficiar.
Nuestra Agrupación simboliza cada año al maestro ecuatoriano en dos personalidades, que han dado y dan su vida misma por la educación de la patria; verdaderos apóstoles en la gran misión educativa.
Hoy les corresponde recibir ese homenaje a Solange Raad Dibo y Cristóbal Garcés Larrea, dos maestros, honra y orgullo del Magisterio ecuatoriano, a quienes se los galardona como Maestros Ejemplares 2012 de Cultura y Fraternidad, por quienes ofrezco este acto público.
No sin antes, como maestra que soy, dejar de invocar a Gabriela Mistral en algunos versos de su Oración.
“¡Señor Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la tierra…”
“…Dame el amor único de mi escuela; que ni la quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes…”
“…Dame el ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no es carne de mis carnes…”
“Aligérame la mano en el castigo y suavízamela más en la caricia. ¡Reprenda con dolor, para saber que he corregido amando!..”
Y por último, mezclando con sus versos, mi propia invocación:
Dame que alcance a hacer de mis días de maestra,
en mi Poema Pedagógico del Steiner, rimas perfectas;
para cuando mis labios no canten más.