Hace 20 años un grupo de ciudadanos llegamos al Municipio de Guayaquil dispuestos a generar una renovación administrativa integral. Resultó relativamente fácil, aunque arduo, porque partimos de cero y teníamos la capacidad política de LFC para respaldar, empujar, liderar y conseguir los recursos necesarios, pues las asignaciones presupuestaria eran insignificantes. Fueron ocho años intensos de trabajar con mística y devoción. El logro mayor fue levantar el sentimiento de autoestima de una ciudadanía abandonada a su suerte. Se recuperó el orgullo de ser guayaquileño y nuestro cabildo pasó de ser un modelo de administración pública eficaz. La continuidad de esta labor quedó en manos de Jaime Nebot por 12 años más. Sin duda Guayaquil debe mucho a estos dos personajes que han logrado gobernar la ciudad más grande del Ecuador durante dos décadas seguidas, rompiendo ese maleficio de la discontinuidad, pues antes de ello los alcaldes anteriores lograron 15 meses de promedio en el ejercicio del cargo.
Y la ciudad cambió. Hay, y siempre habrá, nuevos retos y mayores complicaciones. No hay meta de llegada. Es una maratón sin final. Debería existir un estricta prohibición de que las urbes sobrepasen los dos millones de habitantes, pero eso es algo que los urbanistas, ni los pueblos en libertad están dispuestos a desear.
Sin duda que estos 20 años hemos confiado en esos dos personaje con una característica de liderazgo político muy potente y acorde con nuestra idiosincracia. Nos hemos acoplado a ese esquema de poder porque ha sido exitoso y propio. Dependimos de ellos y lastimosamente no se ha preparado a una nueva generación de futuros líderes como para que podamos estar tranquilos respecto a lo que se vendrá, frente a un vendaval que resulta la pretensión de Rafael Correa de querer homogenizarnos y captar todos los espacios de poder, no solo de Guayaquil, para que giren alrededor de él. Se han creado decenas de ministerios, se han expedido centenares de leyes y miles de reglamentos para ello. El proyecto de SENPLADES consiste en eliminar la importancia política de los municipios, y dejarle el estrellato mesiánico al Gobierno Central. Ese es el diseño de los estados totales, que son la versión camuflada del siglo 21 para los antes llamados “estados totalitarios”.
Ha sido, para esta generación de guayaquileños, cosa de rayar la lista 6 y asunto concluido. Perdimos la fe en la 10 por sus estupideces, vulgaridades y errores. Pero ahora, me pregunto yo, ¿se emana un aire de fatiga en la administración municipal? Creo que sí. Ya no se trasmite ese entusiasmo que logró convocar tres marchas inmensas que respaldaron a Nebot cuando se hizo necesario. Lo que es peor, y lo que mas fastidia a los ciudadanos, son los trámites municipales cada vez mas espesos, retardados, complicados y centralizados. Hay muchos aciertos en la administración Nebot, pero en el área administrativa mas bien ha habido retroceso porque han dado la espalda a la vertiginosa modernidad.
Desde el tiempo de León sostuve que la ciudad debería reconformar sus parroquias a tamaños que no sobrepasen los doscientos mil habitantes; que debía levantarse dos nuevos edificios municipales para que se atienda al sur, al centro y al norte de la ciudad en lugares diseñados modernamente para ello, con parqueos suficiente, áreas verdes y diseños arquitectónicos de avanzada. Administrativamente Guayaquil debió ser dividida en tres sectores. Es una estupidez que todo se quiera manejar desde el Palacio Municipal que ya no da cabida siquiera para que se organicen las sesiones solemnes. El sistema de cómputo es obsoleto. Ya hay instrumentos electrónicos que los usa eficientemente cualquier empresa como para no lograr esa abulia en la que la tramitación se halla sumergida. Muchas instituciones se han superado en esto de la atención en línea. Me burlo y me río de cómo se maneja la cuenta Twitter de nuestro Municipio. He reportado fotos de construcciones que se levantan de la noche a la mañana si exhibir su obligatorio letrero visible donde aparece el número de registro correspondiente. Se levantan nuevos pisos, (actualmente lo hace Difare en el Parque Empresarial Colón), y las fotos llegan a todos los lugares del mundo, menos al Municipio que es donde deben llegar.
Fue una tesis y propuesta mía como concejal que se aplique la doctrina del silencio administrativo para agilitar el ejercicio de los derechos ciudadanos en cuando a trámites. Los de la DUAR odian eso. Quieren y exigen dependencia. Por eso es que los edificios se construyen sin los parqueos correspondientes, y se crean ciudades artificiales teóricamente modernas, pero reales ejemplos de hacinamiento urbano. A esos funcionarios prefieren que los promotores de la construcción se paseen por allá, porque les gusta tender la mesa a quienes simplemente desarrollan las tierras como simple mercadería.
Guayaquil ha tenido sus enemigos naturales en el fango, el fuego, el centralismo y la migración desordenada. Los piratas de los siglos pasados nos obligaron dar la espalda al mar, y depredamos cerros para rellenar el manglar. Erramos urbanísticamente una y otra vez, pero administrativamente erramos aún más cuando dejamos que la ciudad se extienda sin confín. No delimitamos las parroquias urbanas, desatendimos las suburbanas y en fin, sobre esta realidad es que se debe trabajar. Los nuevos asentamientos urbanos hacen imposible que la ciudad pueda ser planificada, peor aún si esas invasiones son políticamente respaldadas. El clientelismo político impide que un Alcalde realice las acciones directas necesarias para afrontar este perpetuo problema, que finalmente queda en manos de su entendimiento con la gobernación. Entregar escrituras es algo que ya debió terminarse como “obra” municipal” porque se vuelve en algo de nunca acabar. Las nuevas ciudades satélites, fruto de las invasiones, deben dejar de pertenecer al cantón Guayaquil. Deben tener una administración independiente con recursos propios y renovados que provengan del Presupuesto General del Estado.
Dudo que Jaime Nebot, quien según dicen abandonará su domicilio en Guayaquil para ir a vivir dentro de una burbuja ubicada a la vea dentro de otra burbuja en otro cantón, vaya a postularse para el 2014. Tiene derecho a hacerlo. Lo que no puede es dejarnos una estructura administrativa desgastada, y no a la altura de la que dejó León. Es su obligación dejar un esquema administrativo moderno y eficaz. Es su obligación mantener erguida esa bandera del orgullo y de la autoestima guayaquileña que luce hoy deshilachada o agobiada. Es una bandera que ya no flamea con el mismo vigor. León dejó su remplazo. Jaime no. León dejó un sueño y Jaime, al parecer, no. Todavía hay tiempo, creo yo.
ADMIRO A JAIME NEBOT POR SU GESTIÓN MUNICIPAL. PERO EL ARTICULISTA TIENE RAZÓN. PIENSO QUE LAS TRABAS DE EL GOBIERNO CENTRAL POR «CONTROLAR» GUAYAQUIL ES LA RAZÓN AL POCO INTERÉS DE NEBOT EN PORTULARSE A LA REELECCIÓN.
UN EJEMPLO DE HACINAMIENTO ES LA CIUDADELA PTO AZUL, EN DONDE EL MUNICIPIO DA PERMISO PARA CONSTRUIR CONDOMINIOS EN LOS POCOS TERRENOS QUE QUEDAN, TODO POR LA AMBICIÓN DE TODAS LAS PARTES INVOLUCRADAS. HAY QUE PONER FRENO A ESOS PERMISOS.
hace mucho tiempo, mi padre escribió en algún artículo, «cuando tu tiempo se ha agotado, es hora de pasar la posta»..
si bien es cierto, los funcionarios municipales han contrubuído al cambio de nuestra Ciudad, rescatándola de la indominia, del basurero en que dejámos que los pésimos administradores la convirtieran, muchos de ellos ya agotaron sus energías, es decir, ya no trabajan con el mismo ímpetu del inicio. algunos se dedican a acudir a su oficina, sentarse tras su escritorio y esperar la «hora de salida»… Hay muchos y me incluyo, que queremos trabajar por nuestra Ciudad y tenemos el potencial para hacerlo, pero parece que los puestos son eternos e inclusive «hereditarios»…..seguiré desde internet criticando lo bueno y lo malo, sugiriendo los cambios y las soluciones a estos problemas e inconvenientes. y mucho cuidado, pues de este cansancio y agotamiento se aprovecharán los simpatizantes del gobierno… ……¡GUAYAQUIL PROTESTA!…¡GUAYAQUIL, AHORA O NUNCA!
hace mucho tiempo, mi padre escribió en algún artículo, «cuando tu tiempo se ha agotado, es hora de pasar la posta»..
si bien es cierto, los funcionarios municipales han contrubuído al cambio de nuestra Ciudad, rescatándola de la indominia, del basurero en que dejámos que los pésimos administradores la convirtieran, muchos de ellos ya agotaron sus energías, es decir, ya no trabajan con el mismo ímpetu del inicio. algunos se dedican a acudir a su oficina, sentarse tras su escritorio y esperar la «hora de salida»… Hay muchos y me incluyo, que queremos trabajar por nuestra Ciudad y tenemos el potencial para hacerlo, pero parece que los puestos son eternos e inclusive «hereditarios»…..seguiré desde internet criticando lo bueno y lo malo, sugiriendo los cambios y las soluciones a estos problemas e inconvenientes. y mucho cuidado, pues de este cansancio y agotamiento se aprovecharán los simpatizantes del gobierno… ……¡GUAYAQUIL PROTESTA!…¡GUAYAQUIL, AHORA O NUNCA!
GRAACIAS POR LA ADVERTENCIA Y LLAMADO AL ALCALDE ESTIMADO HENRRY! NO PUEDO IMAGINAR QUE JAIME, CON EL EJEMPLO DE LEON, NO VAYA A SER EXACTAMENTE LO MISMO PARA ENTREGAR A SU SUCESOR, (QUE YA DEBERIA SABER QUIEN SERA PUES, AL QUE EL SENALE LE DAREMOS NUESTRO BENEPLACITO, COMO FUE SU CASO!!!) POR FAVOR SIGA INSISTIENDO CON ESTOS ARTICULOS.TENEMOS LA ESPERANZA QUE NEBOT SABRA ACOGERLOS PUES, NO NOS PUEDE DEJAR EN EL AIRE! POR FAVOR JAIME NEBOT ESCUCHA A HENRRY RAAD!
¡ cuánta razón tienes Henry, León dejó un sueño, ojalá Jaime se anime a hacer lo mismo, tiepo le queda !
Estoy de acuerdo con usted. Lamentablemente en nuestro Pais vemos el interes personal y no el de la ciudad, da tristeza ver que el Centro de la ciudad esta abandonado porque la gente ha emigrado a las afueras(todas esas nuevas ciudadelas) para vivir lejos de la realidad y con su egoismo. Le toca a la nueva generacion de querer ofrecer mejor vida y manera de vivir para sus hijos y ponerse a trabajar por GUAYAQUIl.
Me gustaria que este articulo le llegue al Alcalde para saber su reaccion
Estimado Henry!
Cada línea suya es clara, objetiva y dolorosa. Lamentablemente el desgaste administrativo es evidente, la ciudadanía empezó a dar la espalda a la ciudad: no se trata de asistir a marchas para evidenciar un respaldo, sino de hacer de cada casa, cada universidad, colegio,cada fábrica y comercio en cada sector urbano un bastión de orden y respeto a las leyes y ordenanzas, y que éstas sí se las observe casa adentro, con creatividad, innovación, ética profesional y pulcritud en el funcionario público, alejando aquellos de malas prácticas que mancillan al gobierno local. Seamos persistentes Henry Raad, que no nos confundan con oportunismo político, el rescate de Gauyaquil empezó en 1992, éste no termina, tal vez se necesite un «pogrom» sin bandera ni tienda partidista, pero con la clara luz del octubre de legítimos guayaquileños.
GYE TIENE PROPIA IDENTIDAD. LOS NACIDOS AQUI Y LOS GUAYAQUILENOS ADOPTADOS SOMOS LO MISMO QUE, EN NADA NOS PARECEMOS A «LOS MISMOS». RECUERDAN QUIENES RESCATARON GYE? 1992 FECHA CLAVE EN QUE LA RECONSTRUCCION DE GYE COMENZO POR OBRA Y GRACIA DE ESE GRAN LIDER LEON FEBRES CORDERO, ENVIADO POR SU PUEBLO A HACER LO QUE HIZO POR ELLO FUE REELECTO HASTA EL 2000, EN QUE COGIO LA POSTA POR MANDATO POPULAR TAMBIEN, JAME NEBOT QUIEN CONTINUO CON LA GRAN OBRA SOCIAL CRISTIANA QUE ES GUAYAQUIL, EJEMPLO DEL ECUADOR, EN TODO ASPECTO!
GUAYAQUIL CRECE y a medida que lo siga haciendo, tendrà màs retos y problemas a vencer, estoy de acuerdo con Ud que el Centralismo es o era un problema tremendo , que las anteriores administraciones fueron letales para la ciudad. Pero eso de que ido Nebot todo se paraliza… No me parece racional. Sea quien sea el nuevo administrador de la ciudad deberà trazar un plan metodològica y cientìficamente orientado y esto no es nuevo: el tamaño de la ciudad merece ya una descentralizaciòn (en forma de CONURBES) administrativa ,econòmica y operativa, una reorientaciòn del presupuesto municipal destinada a las periferias( yo vivo en el Guasmo y a todo mundo se le vende la idea de que el Guasmo està satisfecho en su demanda de servicios), edificaciòn de las empresas municipales, DESAPARICION DE LAS CONCESIONES que derivan en servicios caros, yo he vivido sobre la tierra apisonada 30 años y en la planilla de agua cobran tasas sobre cosas que sòlo he visto en pelìculas. SIN APASIONAMIENTOS NI POLÌTICA , LA CIUDAD NECESITA UN ADMINISTRADOR QUE CONTINUE Y MEJORE LA ESTRUCTURA LEVANTADA, CON EL CONSENSO DE TODOS LOS GUAYAQUILEÑOS…