22 noviembre, 2024

El Poema de la culpa

José ángel Buesa, poeta cubano de quien ya hemos hablado, que murió en el exilio en Santo Domingo en 1982, tiene en realidad una facilidad para versificar y usar las metáforas en forma tan agradable que incluso en sus poemas de amor prohibido llama la atención la belleza de su arte.

Su poesía no es en ningún momento vulgar y describe un amor intenso, apasionado e incomparable. Uno de sus poemas más conocidos es el “Poema de la culpa”, poema que describe un amor prohibido, pero imposible de evitar.

Disfrutemos de la musicalidad, el sentimiento y el amor impetuoso de su “Poema de la culpa”

EL POEMA DE LA CULPA
José Ángel Buesa

Yo la amé, y era de otro, que también la quería.
Perdónala, Señor, porque la culpa es mía.

Después de haber besado sus cabellos de trigo,
nada importa la culpa, pues no importa el castigo.

Fue un pecado quererla, Señor, y, sin embargo
mis labios están dulces por ese amor amargo.

Ella fue como un agua callada que corría…
Si es culpa tener sed, toda la culpa es mía.

Perdónala Señor, Tú que le diste a ella
su frescura de lluvia y esplendor de estrella.

Su alma era transparente como un vaso vacío:
Yo lo llené de amor. Todo el pecado es mío.

Pero, ¿cómo no amarla, si tú hiciste que fuera
turbadora y fragante como la primavera?

¿Cómo no haberla amado, si era como el rocío
sobre la yerba seca y ávida del estío?

Traté de rechazarla, Señor, inútilmente,
como un surco, que intenta rechazar la simiente.

Era de otro. Era de otro que no la merecía,
y por eso, en sus brazos, seguía siendo mía.

Era de otro, Señor, pero hay cosas sin dueño:
las rosas y los ríos, y el amor y el ensueño.

Y ella me dio su amor como se da una rosa,
como quien lo da todo, dando tan poca cosa…

Una embriaguez extraña nos venció poco a poco:
Ella no fue culpable, Señor… ¡ni yo tampoco!

¡La culpa es toda tuya!, porque la hiciste bella
y me diste los ojos para mirarla a ella.

Sí. ¡Nuestra culpa es tuya!, si es una culpa amar
y si es culpable un río cuando corre hacia el mar.

Es tan bella, Señor, y tan suave, y tan clara,
que sería un pecado mayor si no la amara.

Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,
que Tú, que hiciste el agua y la flor y la estrella,

Tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,
Tú también la amarías, ¡si pudieras ser hombre!

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El hijo del sueño

Uno de mis poetas favoritos es sin duda, José Ángel Buesa, poeta cubano que nació en Cruces, de la antigua Provincia de Las Villas, actual Cienfuegos, Cuba, en 1910. Desde los siete años ya escribe versos. Muy joven se traslada a La Habana, A los 22 años, en 1932, publica su primer libro de poesías “La fuga de las horas”, del cual su poema El hijo del sueño, se repite en todas partes. A ese libro le siguen Misas paganas, Babel, Oasis, su libro más conocido, Nuevo oasis, Poeta enamorado y muchos otros, que no menciono por falta de espacio. Poeta exquisito, romántico, de verso fácil, metafórico, tiene muchísimas poesías preciosas, de las cuales luego publicaremos algunas. Quiero en esta entrega presentar el más grande elogio que se le puede dar a una esposa embarazada, el hijo del sueño, descripción romántica y triste de lo que será el hijo que están esperando. Pero dejemos que sea el mismo Buesa quien nos lleve de la mano por esta descripción.

El Bhagavad Gita

También conocido como la canción Divina de Dios. Es un precioso poema Hindú. Vale la pena leerlo y meditarlo:

“¿Por qué te preocupas sin motivo?
¿A quién temes sin razón?
¿Quién te podría matar?
El alma no nace, ni muere.
Cualquier cosa que pase, pasará por tu bien;
lo que esté sucediendo, está sucediendo para bien;
lo que vaya a pasar, también pasará para bien.
No debes lamentarte por el pasado.
No debes preocuparte por el futuro.
El presente está sucediendo…
¿Qué pérdida te hace llorar?
¿Qué has traído contigo?
¿Qué crees que has perdido?
¿Qué has producido?
¿Qué piensas que se ha destruido?
No has dado nada,
no has traído nada contigo,
cualquier cosa que poseas, la has recibido aquí.
Cualquier cosa que hayas tomado, la tomaste de Dios.
Lo que sea que hayas dado, se lo has dado a Él.
Llegaste con las manos vacías y regresarás con las manos vacías.
Cualquier cosa que poseas hoy, pertenecía a otra persona el día de ayer
y pertenecerá a otra el día de mañana.
Erróneamente has disfrutado de la idea de que eso te pertenece.
Esta falsa felicidad, es la causa de tus penas.
El cambio es la ley del universo.
Lo que consideras como muerte es en realidad vida.
En cualquier momento puedes ser un millonario
y en el siguiente puedes caer en la pobreza.
Tuyo y mío, grande y pequeño; borra esas ideas de tu mente;
Entonces todo te pertenecerá y serás dueño de todo.
Este cuerpo no te pertenece, tampoco eres de ese cuerpo.
El cuerpo está hecho de fuego, agua, aire, tierra y éter,
y se volverá a convertir en estos elementos.
El alma, mientras tanto, es permanente.
Dime entonces: ¿Quién eres tú?
Dedica tu ser a Dios. Él es el único en el que debes confiar.
Quienes conocen esta verdad son para siempre
libres de temor, preocupación y dolor.
Hagas lo que hagas, hazlo como una ofrenda a Dios.
Esto te llevará a experimentar la alegría, la libertad y la vida por siempre.”

No hay comentarios

  1. Seguiré siendo suya, aunque la culpa no es mía ni la de él. ¿pecado? no puede haber. Eso es imposible. Recuerdos, muchos. Flotan y no los podemos ni tocar.

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