Me hago esta pregunta, Señor, cuando veo en el mundo tantas situaciones
que no son como Tú quieres porque Tú eres Justo y eres Amor.
Pero, ¿es que ciertas personas, con la libertad y dones especiales dados
por Tí, pero mal usados, aunque a veces sin darse cuenta, han logrado más
poder que Tú en la Tierra?
Me refiero a aquellas personas que con gran poder político, financiero,
tecnológico o de comunicación, ahogan la libertad dada por Tí y propagan
ese mal que enferma la vida sana de la mente y el cuerpo, a veces hasta
matarla, pretendiendo cambiar las leyes naturales establecidas por Ti, Dios
Creador.
Ese mal que divide y separa a quienes deberían ser hermanos unidos en Tí.
Ese mal que obstruye el camino a honestidad, veracidad, justicia y bondad.
¿Es que hoy, Señor, tu Poder para que triunfe el bien sobre el mal, es menor
que el poder del mal?
Reflexiono y me digo: ¡Imposible!
Tú eres el Padre bueno y nada hay superior a tu Voluntad que siempre
quiere el bien y que lo hagan quienes trabajan contigo. Es tu Hijo quien nos enseña, que eres Tú y no nosotros, quien cribará el trigo en su momento oportuno, pero que mientras tanto actuemos venciendo el mal con el bien.
Y es tu Santo Espíritu que inspira la oración y la acción para hacer el bien
común social, según nuestras capacidades materiales e intelectuales.
Sí, Padre nuestro, ayer, hoy y siempre tu Poder obra oportunamente con
Amor y vence el mal, y nos da la fe y la esperanza de saber que Tú siempre
triunfas. ¡Bendito seas!
Amen. Desgraciadamente o afortunadamente segun el caso, fuimos puestos en este mundo al que yo llamo el paraiso a nuestro libre albedrio. Depende de nosotros que querramos seguir las leyes divinas que todos las llevamos en nuestro DNA. Sin embargo, la otra cara del paraiso es el mal y de esa lucha se paren guerras, hambrunas, femines, revoluciones unas que traen la esperanza en el futuro y otras que del presente nos arrastran al pasado. Este paraiso llamado tierra es donde vienen nuestras almas a tomar un cuerpo y a trabajar por la perfeccion o a desviarse por todo lo imperfecto. Lo raro es que de esta lucha tambien terminan a veces saliendo cosas positivas que nadie esperaba. La fe, el amor, el deseo de progresar, de dar, de ayudar, de ensenar, de curar, de sentirnos parte de este mundo es para mi el significado de que alli esta ese poder divino.