SER GRATO no es ser guapo, como muchos jóvenes piensan, desean o anhelan. No es el simple galán que desea caer bien a las chicas de turno, al grupo. SER GRATO ES UNA ACTITUD ANTE LA VIDA, algo tan sencillo puede hacer muy feliz, mucho bien a la persona que lo práctica, como a mucha gente que te rodea. Ser grato es saber descubrir los encantos de la vida, el saber ubicarse ante la realidad, ante los demás y ante la realidad última, Dios. Es ser como el sol que sabe dar luz y calor a todos y en todo momento, en el momento oportuno, sabe levantarse temprano y retirarse a su hora, o ser como la luna que sabe brillar por sí misma y a la vez nos revela una luz mayor.
SER GRATO por lo tanto es la actitud de quien sabe dar gracias en el momento adecuado y a las personas debidas. DAR GRACIAS es la respuesta de quien se encontró con LA GRACIA. La gracia de haber encontrado las personas que nos han dado la posibilidad de sentirnos amados, nos ha preparado y nos preparan para amar. Las primeras personas que reflejan esa verdad mayor, esa luz mayor de nuestras vidas son nuestros padres, familiares y amigos, a ellos no solo les debemos respeto y consideración por lo que nos han hecho ser lo que hoy somos, sino ante todo gratitud, como verdadera acción de gracias, sabiendo que nunca podremos corresponder ante tanto amor que nos han dado y que nos dan. Dar gracias es reconocer el valor de la vida.
Un regalo, un trabajo, cualquier cosa que hagamos materialmente, para visualizar nuestro sentimiento de gratitud, de agradecimiento por el bien que hemos recibido, por la acción que han hecho por nosotros, jamás alcanzará a expresar la realidad profunda de sentirnos agradecidos, de sentirnos queridos y agraciados por las personas que nos han amado y nos han manifestado su cariño, lo único que podemos hacer es expresar nuestro símbolo en el gesto y en la palabra que lleva el presente para corresponder al amor recibido.
El no hacerlo será señal de torpeza y puede causar enorme daño, nos pareceríamos a aquellos leprosos que no supieron reconocer el amor, la gracia recibida del Señor de la vida, cuando Jesús curó a diez leprosos y solo uno se acercó a agradecer (Lucas 17:11ss). El mayor daño que nos hacemos al no ser gratos ni agradecidos es creer que es un deber que tienen que hacer para con nosotros, o mucho peor es vivir en la ceguera de no reconocer la fuente de la vida, de dónde nos viene la energía y la armonía de todo lo que ordena nuestra realidad. EL SER GRATO nos ubica en la realidad, me ayuda a saber elegir ante las dos actitudes vitales con que nos podemos encontrar en este mundo: EL CENTRO DE TU VIDA ¿ESTÁ EN TI MISMO? O ¿ESTÁ EN EL OTRO? ¿LA VIDA es mera creación material de químicos y cuánticos O es una armonía maravillosa, producto de una voluntad creadora, de un ser fundante, Dios? ¿SOY CREADO O ME CREO A MÍ MISMO?
Por ello, querido joven no esperes al día de mañana para reconocer el amor recibido, ya sea en lo grande y obvio, como en lo pequeño y no tan obvio, de tus padres, madres, familiares y amigos, de Dios y aprende a ser grato, que es saber, más que corresponder, reconocer la fuente de vitalidad para seguir creciendo, amando y luchando en mundo cada vez más complejo e ingrato.
Recuerda: La felicidad es un trayecto, no un destino. TRABAJA como si no necesites dinero. AMA como si nunca te hubieran herido, y baila como si nunca te estuvieran viendo para manifestar la actitud vital que nos hace felices y nos lleva a Dios. No te olvides que la vida no cuenta los pasos que has dado, sino las huellas que has dejado. SE AGRADECIDO.
GRACIAS FAMILIA, GRACIAS AMIGOS, GRACIAS AMOR/DIOS POR TANTO BIEN RECIBIDO, acepta estas líneas como símbolo de lo que son; una señal de paz, amor y esperanza. Dame Señor tu amor y GRACIA que esta me basta.