Mientras casi dos tercios de la economía mundial se encuentran en un claro proceso de
contracción o de desaceleración económica, el proceso ecuatoriano de crecimiento y de
conquista de nuevos mercados se ve paulatinamente amenazado por una política exterior
salpicada de decisiones que generan dudas y alarma en un amplio sector de ecuatorianos y de
la comunidad internacional.
Es necesario analizar con objetividad las erráticas decisiones tomadas en lo que respecta a
nuestras relaciones comerciales y políticas con estados inmersos en controversiales procesos
de desafío a la comunidad internacional, los mismos que son el punto más débil y crítico de
una política exterior que permanentemente envía menajes que pueden ser malinterpretados en
el enredado y difícil mundo de la diplomacia internacional.
Esos mensajes que generan una especie de protagonismo del gobierno ecuatoriano en
la guerra no declarada que han mantenido los líderes religiosos persas con los gobiernos
estadounidenses durante los últimos treinta años, solamente podrán generar dolores de cabeza
y un posible extraordinario mal rato al presidente Correa si no se corrige a tiempo una
mal entendida decisión soberana de acercamiento político y comercial con el gobierno del
presidente Ahmadinejad.
Las decisiones que se han venido tomando con relación a nuestro controversial acercamiento
a Irán, parecen ser una clara muestra de que hemos tomado oficialmente partido por el
contendor equivocado.
Es un secreto a voces que en Washington se han multiplicado los poderosos enemigos que
claman por pasar factura a los gobiernos progresistas del sur de su frontera. El gobierno
ecuatoriano parece estar dispuesto a facilitar las herramientas necesarias a aquellas poderosas
voces detractoras que a la larga tienen el poder político para hacer mucho daño a una
economía tan pequeña como la ecuatoriana.
No debemos olvidar en el diseño e implementación de nuestras políticas internacionales
que Estados Unidos no solamente es nuestro principal socio comercial, es el país donde
habita el mayor número de ecuatorianos expatriados. El pueblo estadounidense, es un pueblo
al que nos une una importante cantidad de ideales, de convicciones y principios nobles,
extraordinariamente superior en número a aquellas diferencias que nos pueden separar.
Somos dos países cuyos ciudadanos creemos en los beneficios que brinda la democracia,
somos defensores de los derechos humanos, creemos en el respeto a las diferencias de
opinión, de género, de sexualidad, de los derechos de las minorías y de las diferencias
étnicas. Estos son solamente algunos de los valores que consideramos necesarios para vivir en
un Ecuador progresista.
Honestamente, no me resulta posible colocar en un mismo plano de comparación las
circunstancias que nos acerquen como ecuatorianos al gobierno de Ahmadinejad y al
liderazgo supremo y religioso del Ayatola Jamenei. Pues mientras Irán, culturalmente
considera al sexo femenino en posición de inferioridad en relación al sexo masculino,
el mismo gobierno de la revolución ciudadana ha liderado un extraordinario proceso
de inclusión de la mujer en todas las áreas del sector público. Mientras el gobierno del
presidente Correa se presenta al mundo con uno de los mejores y más ambiciosos proyectos
de conservación de la naturaleza, el gobierno de Ahmadinejad está siendo mundialmente
criticado y sancionado por desarrollar una tecnología que en su poder despierta justificadas
dudas: ya sea por ser proclive a defectos y errores técnicos y humanos o por que puede ser
utilizada con fines bélicos. Irán es un país donde existe la pena de muerte mediante proceso
sumario. Ecuador se ha declarado contrario a la vigencia de dicha penalidad.
Mientras la constitución ecuatoriana vigente, aprobada bajo el liderazgo de la revolución
ciudadana, es un documento garantista de los derechos de las minorías y de la naturaleza, las
leyes y ordenamientos religiosos iraníes son en extremo penalizadoras y prohibitivas.
En el campo conceptual, muchas son las cosas que nos diferencian y alejan de la realidad
persa y muchas más las que nos asemejan a la realidad estadounidense. Pero si eso no es
suficiente para objetivamente analizar la importancia de nuestra posición, es necesario que
hagamos referencia a una comparación de números, de valores, de intercambio comercial y
realidades prácticas entre nuestros pueblos.
El intercambio comercial con los Estados Unidos ha sido fuente histórica de crecimiento y
desarrollo de la economía ecuatoriana. De acuerdo a los datos del Foreign Trade Division
de los Estados Unidos, entre los años 2008 y 2011, Estados Unidos importó productos
ecuatorianos por US$ 31.394´084,430. Desde el 2008 que se abrió oficialmente la embajada
de Ecuador en Irán, el incremento del intercambio comercial entre los dos países ha sido
prácticamente inexistente, nulo.
En el sector turístico, uno de los priorizado de nuestra economía, generador continuo de
divisas y creador de fuentes de empleo, solamente en el acumulado entre Enero a Junio de
2012, el Ministerio de Turismo de Ecuador registra 124.505 visitantes provenientes desde los
Estados Unidos. El mismo registro ministerial, contabiliza 2 ciudadanos de procedencia iraní.
Obviamente, concluyo que sin contabilizar las visitas de Ahmadinejad y de su comitiva.
El bureau de censo de los Estados Unidos reporta un crecimiento estable del número de
ciudadanos ecuatorianos regularizados dentro de sus fronteras. Al año 2010 se registraba
la existencia de 729.737 ciudadanos ecuatorianos. No es posible hacer referencia precisa al
número de ecuatorianos irregulares en dicho país.
La posición ecuatoriana de asociarse con Irán mediante acuerdos y convenios que trascienden
los simples enunciados políticos y que se intentan materializar mediante transacciones
comerciales y financieras vetadas por las sanciones impuestas por las Naciones Unidas y
Estados Unidos a dicho país, generan la posibilidad de una sanción unilateral no deseada.
Además, nuestro controversial acercamiento con Irán nos está distanciando de antiguos e
importantes amigos. No solamente se afecta nuestra relación con Estados Unidos, estamos
resquebrajando nuestros lazos con el pueblo de Israel a quien Ahmadinejad ha amenazado
con borrar del mapa. La misma Unión Europea, con quien buscamos un acercamiento que nos
permita intensificar nuestra relación comercial, encabeza las sanciones impuestas al gobierno
de Ahmadinejad.
En el diseño de políticas públicas debe siempre primar una visión de política de estado
sobre políticas del gobierno de turno. En el área internacional, es imperativo analizar
las ramificaciones posibles, los distintos escenarios que nos presenta el cambiante mapa
mundial de las relaciones internacionales. Lamentablemente, todo apunta a que en política
internacional, el gobierno ecuatoriano ha decido reducir la prioridad de la importancia
de nuestra relación bilateral con los Estados Unidos a costa de una decisión “soberana” de
asociarse con uno de sus principales enemigos. Ojalá este error de nuestra errática política
internacional, no pase al pueblo ecuatoriano una factura soberanamente impuesta que afecte
nuestras exportaciones hacia ese país o implique una reducción drástica de turistas, que a la
larga nos resulte demasiado onerosa o simplemente imposible de pagar.
EL PRESIDENTE CORREA ESTA CON DIOS Y CON EL DIABLO…QUIERE SEGUIR LA CORRIENTE QUE LE HAN IMPUESTO LOS ODIOSOS CASTRO Y EL TARADO CHAVEZ, PERO POR OTRO LADO DEBE SEGUIR COQUETEANDO CON LOS ESTADOS UNIDOS POR QUE EN ESTE PAIS SI HAY DESARROLLO Y PROGRESO PARA TODO EL MUNDO; AMEN DE TODOS LOS BENEFICIOS QUE PERDERIA EN CASO DE QUE EL TORPE CORREA LLEGARA A DISTANCIARSE DEFINITIVAMENTE DE LOS U.S.A.
Señor estarellas con todo el respeto que usted se merece digame cuando los estados unidos se preocupa por nuestro bienestar el pueblo irani dice usted que es malo por que no nos beneficia economicamente pero yo tengo moral y los elijo a ellos que luchan contra el imperialismo estadounidense señor estarellas usted es un traidor a la patria