La “premiere” de la película Batman era un acontecimiento especial para los moradores de Aurora, cada cuál se había esforzado por obtener una entrada y festejar una grata distracción.
Jamás pensaron ser parte del nefasto evento de que un villano, James Holmes, iba a concurrir disfrazado a la sala de cine y finalmente matar a 12 personas y herir a varias decenas. James Holmes ¿Por qué lo hizo? ¿Es posible que una película con escenas violentas genere emociones negativas en la realidad?
Discrepo con lo que se ha vuelto una moda: Que jugar con artefactos bélicos, ver películas, o leer historietas rudas convierte a los niños en monstruos de la maldad.
Por ahí algunos psiquiatras manifiestan que cuando un largometraje expone imágenes furibundas, provoca inconscientemente este mismo comportamiento en los espectadores.
Señalan que: Las personas que son amantes de este género de juegos, lecturas o cintas cinematográficas pierden su autocontrol y creen que deben actuar con violencia.
Muchos jugábamos al “policía y el ladrón” “tiquiman ‘de take that man´” y el día de Navidad cuando nuestros padres se cansaban de pagarnos los fulminantes, la imitación gutural del bio-piuuu o bang eran estupendas.
Sin embargo, en el diario vivir no existían acciones agresivas, puesto que las habíamos saciado con los juegos.
Muchos profesionales y estudiosos desafían la idea establecida de que la violencia exacerba a los criminales.
Empero, un trabajo presentado por dos investigadores de EE.UU. postula que, al atraer a los delincuentes en potencia a las salas oscuras y libres de alcohol, los filmes violentos en realidad previenen el cometimiento de crímenes.
Según esta hipótesis, en lugar de merodear por bares en busca de problemas, los potenciales criminales pasan horas comiendo y mirando a villanos virtuales.
“Estamos sacando un montón de personas violentas de las calles y poniéndolas dentro de los cines. En el corto plazo, si eliminamos las películas violentas, aumentaremos el crimen”, opinó uno de los autores del estudio, Gordon Dahl, de la Universidad de California. “Dahl y el coautor del estudio, Stefano Della Vigna, economista de la Universidad de California en Berkeley, basan su argumento en números precisos: a lo largo de la última década, afirman, la proyección de filmes violentos en los Estados Unidos disminuyó el número de ataques a personas a razón de alrededor de mil por semana o 52 mil por año.”
“No es que los crímenes se pospongan hasta que hayan pasado los títulos”, dice Dahl. “Los lunes y martes después de un fin de semana lleno de películas violentas no surge ningún pico de violencia para compensar las horas pacíficas transcurridas en el cine. Y esto no ocurre tampoco algunas semanas más tarde”.
Insisto la violencia simulada por juegos no es una herramienta de acción, sino de liberación de presiones inherentes al ser humano.
Batman y la violencia
Los hechos violentos son una constante en las historietas de Batman. Asimismo Súperman, Hopalong Cassidy, El Halcón Negro, Joe Palooka…
Batman: “El Caballero de la Noche” de DC Comics, es una descarnada versión del personaje de Batman creado por Frank Miller en los 80, el Joker, mata con gas a todo el público en el estudio de un programa nocturno de televisión.
En el desarrollo del cómic, hay sucesos trágicos: el Joker deja inválida a Batichica y asesina con crueldad al segundo Robin, y también elimina a la esposa del comisionado Gordon, Sarah.
Batman y su compañero Robin siempre representaron a la ley y la justicia, siempre triunfaban al fin contra los malandrines.
El común denominador de los actos nefastos, como el sucedido en Aurora, siempre es: “un ser solitario”, algunas veces bajo influencias de productos sicotrópicos; es decir un problema social-educativo.
En tantos lugares se han prohibido y mofado de las demonstraciones religiosas e impulsado “los derechos” de los desadaptados. ¿Qué esperan?
La familia como tal, tácitamente ha desaparecido. Los valores morales han sido sepultados. La lealtad ya no es una virtud y se ha vendido la idea del odio y el facilismo.
Expresemos nuestra solidaridad a los habitantes de Aurora, en Colorado; y, en todas partes en donde se ha implantado el genocidio y las aberraciones.
Buen artículo.
Lamentablemente, sobre todo para quienes viven en el mundo de la creación y producción de películas de acción y violencia, pensar que la violencia no genera violencia es un error…, tengo como experiencia propia escenas de hijos pequeños y amigos de ellos que luego de ver o participar de alguna película con escenas violentas, aun las permitidas para la edad y aunque las mismas la consideremos inofensiva, se comportan de forma similar o adquieren una dosis inusual de superpoderes que en ocasiones los transforman…, suelo contar como anécdota que cuando ello miraban las Tortugas Ninja, que era una bonita serie de tortugas que hacían el bien, los chicos al querer imitarlos llegaban a, creyéndose uno de ellos, lanzar patadas a diestra y siniestra sin considerar a quien ni contra quien… Algo que también experimente en aquella época fue escucharles decir «que rico» al ver escenas un tanto grotescas, tales como golpes o heridas, así éstas fuesen en dibujos animados…, lo que lógicamente me llevaba a la conclusión de que ver tales episodios en cierto modo insensibiliza o deja creer o pensar que aquello no duele, no debería doler o inclusive que está bien…
Sin embargo de todo esto, no creo que la solución sea no ver, claro todo a su época y de acuerdo a la edad, lo que sí creo es que si la violencia genera lo mismo, o si de tanto ver maldad y escenas sangrientas se puede perder ese sentir dolor y lástima, lo que se debe cuidar y esto es en la FAMILIA, es el estar atento a ello, de tal forma que siempre haya quien haga volver al televidente u observador a esa realidad en la que debe primar la cordura y la extrema sensibilidad para diferenciar entre lo que simplemente es un episodio de una trama hecha para que haya acción más no para imitar…
La falla por tanto, para mi parecer, es en el hogar, en los hogares en los que actualmente los chicos y jóvenes ven y van a ver, dentro o fuera de casa, con toda la facilidad del caso, este tipo de escenas sin la supervisión de quienes siempre deben estar ahí, padres/educadores/hermanos mayores, para decirle a quien se inicia lo que es bueno o malo, lo que es ficción o realidad, lo que es o no debe ser…