24 noviembre, 2024

A mi Viejita

José Ángel Buesa nació en Cruces, cerca de Cienfuegos, Cuba, el 2 de septiembre de 1910. A los siete años empieza a escribir sus primeros versos. En su adolescencia, se muda a Cienfuegos a continuar sus estudios con los Hermanos Maristas. Aún joven se traslada a La Habana, donde se incorpora a los grupos literarios existentes y empieza a publicar sus versos a los 20 años (1930), con un inmenso éxito. Fue también novelista, escritor de libretos para radio y televisión y Director de célebres programas radiales en estaciones de Cuba, hoy inexistentes. Se dice que las primeras palabras que se oyeron en la televisión cubana (1961), fueron de uno de sus versos.

Con la revolución, se vio obligado a abandonar su patria y empezó una dura y penosa peregrinación por España, Islas Canarias, El Salvador y finalmente Santo Domingo, en la República Dominicana, donde falleció el 14 de agosto de 1982. Fue Catedrático de Literatura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña de Santo Domingo, en la República Dominicana.

En un reportaje que le hicieron por los cien años de su nacimiento, al Dr. Mariano Lebrón Saviñori, quien fue amigo de Buesa, cuenta que era un hombre mas bien delgado, bien parecido, de unos 178 cm. de alto, que siempre tuvo suerte con las mujeres, pero que le dominaba una necesidad de sufrir sus amores. Amaba intensamente pero por poco tiempo. Una de las mujeres de su vida, fue la poetisa cubana Serafina Núñez, con quien se dice que tuvo un tórrido noviazgo, pero de corta duración. Llegó soltero a Santo Domingo y allí se casó con una mujer de baja cultura, que no lo ayudaba para nada intelectualmente. Murió aproximadamente unos 10 años después de llegar a República Dominicana y fue enterrado allí, pero un grupo de fanáticos de sus versos lograron la anuencia de su viuda para poder llevar luego sus restos a Miami, donde deben reposar.

Se lo conoció como “Poeta enamorado”. Muchos de sus versos han sido traducidos al inglés, portugués, ruso, polaco, japonés y chino, y muchos han sido musicalizados, cantados y también muchos, recitados en varios discos de larga duración. Él mismo grabó uno de ellos, con el título Poeta Enamorado.

Entre sus principales libros figuran Oasis, Nuevo Oasis, Poeta enamorado, La fuga de las horas, Misas paganas, Babel, Canto final, Hyacinthus, Prometeo, La vejez de Don Juan, Odas por la victoria y muerte de Diana, Cantos de Proteo, Lamentaciones de Proteo, Alegrías de Proteo, Canciones de Adán, Poemas en la arena. Sus libros se agotaban tan pronto como salían y algunos de ellos fueron reeditados más de 26 veces.

En el poema “A mi viejita”, que dedicó a su madre, deja ver la amargura de su exilio.

A MI VIEJITA
José Ángel Buesa

Ya era muy viejecita… Y un año y otro año
se fue quedando sola con su tiempo sin fin.
Sola con su sonrisa de que nada hace daño,
sola como una hermana mayor en su jardín.

Se fue quedando sola con los brazos abiertos,
que es como crucifican los hijos que se van,
con su suave manera de cruzar los cubiertos,
y aquel olor a limpio de sus batas de holán.

Déjenme recordarla con su vals en el piano,
como yéndose un poco con lo que se le fue;
y con qué pesadumbre se miraba la mano
cuando le tintineaba su taza de café.

Se fue quedando sola, sola… sola en su mesa,
en su casita blanca y en su lento sillón;
y si alguien no conoce que soledad es esa,
no sabe cuánta muerte cabe en un corazón.

Y diré que en la tarde de aquel viernes con rosas,
en aquel “hasta pronto” que fue un adiós final,
aprendí que unas manos pueden ser mariposas,
dos mariposas tristes volando en un portal.

Sé que murió de noche. No quiero saber cuándo.
Nadie estaba con ella, nadie, cuando murió:
Ni su hijo Guillermo, ni su hijo Fernando,
ni el otro, el vagabundo sin patria, que soy yo.

Para comprender mejor el amor de Buesa, creo necesario ver otras tres poesías de él:

la Canción del amor que pasa,

CANCIÓN DEL AMOR QUE PASA
José Ángel Buesa

Yo soy como un viajero que no duerme
más de una vez en una misma casa.
Dame un beso y olvídame, no intentes detenerme.
Soy el amor que pasa.

Yo soy como una nube que da sombra un instante,
soy una hoguera efímera que no deja una brasa.
Yo soy el buen amor y el mal amante.
Dime adiós y sonríeme: Soy el amor que pasa.

Soy el amor que olvida, pero que nunca miente,
que muere sonriendo, porque nace feliz.
Yo paso como un ala, fugazmente
y aunque se siembre un ala, nunca tendrá raíz.

No intentes retenerme, déjame que me vaya
como el agua de un río, que no vuelve a pasar.
Yo soy como una ola en una playa,
pues las olas se acercan, pero vuelven al mar.

Soy el amor de amar, que odia lo inerme,
que se lleva el perfume, pero deja la flor.
Dime adiós, y no intentes retenerme.
Soy el amor que pasa, pero soy el amor.

la canción del amor que se queda:

Canción del amor que se queda
José Ángel Buesa

I

Tu amor arde en la sombra como una llama lenta,
como la luz de un faro que oscila en la tormenta.

Perdida como el aire de la tarde en el trigo,
todo lo que me dejas, también se va contigo.

Perdida como el agua que sale de una fuente,
porque siempre es la misma y siempre es diferente.

Y quizás tú te vas sin saber que te has ido,
como un golpe de viento, con un rumbo de olvido.

Yo he visto como el árbol recobra lo que pierde
pues por cada hoja seca, le brota una hoja verde,
pero también el árbol verdemente feliz,
se seca hasta la hoja si muere su raíz.

II

Tu amor se va en la sombra como el agua de un río,
pero si el agua es tuya, quizás el cauce es mío.

Tu amor es una alegre fugacidad de espuma
que se nutre del viento y en el viento se esfuma.

Pero es como una rama que florece, querida,
ver crecer en tus ojos una desconocida.

Esa, recién llegada de tu ensueño o tu hastío,
nace en tu corazón, pero viene hacia el mío;

y si tú, como el agua que se va de la fuente,
siendo siempre la misma, puedes ser diferente,
yo, embriagado en tu vino, con distinta embriaguez,
¡pensaré que eres otra, para amarte otra vez!

Y Lied

Lied
José Ángel Buesa

Mi corazón se queda aunque mi amor se vaya,
porque el recuerdo nace de un ansia de olvidar.
Tu amor tiene la tibia ternura de una playa,
mi amor es inestable como el viento y el mar.

Aunque mi amor se vaya, no has de quedarte sola,
pues te dejo el reflejo de la luz que encendí.
Tu amor es una playa, mi amor es una ola
y necesariamente, yo he de volver a ti.

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Ya hablé de José Antonio Ochaíta, poeta español brillante y como la semana pasada presenté el poema de Sandro “El Amante”, quiero presentar ahora este precioso poema, que para algunos puede ser un poco de escandaloso, pero que la fortaleza de su verso y sus argumentos sobre este tipo de amor prohibido, hacen de él un clásico imposible de olvidar.

ROMANCE DEL ACABOSE
José Antonio Ochaita

Aquello puede acabarse
del modo que te convenga.
Yo te prometo colgarme
en el pescuezo una piedra
y echarme de noche al río
sin que tú misma lo sepas.

No hay comentarios

  1. Leer a Buesa es sumergirse en lo elevadamente romántico, descubrir lo tormentoso del amor humano, de allí que lo llamaron con razón el Poeta Enamorado

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