Nuevamente los bananeros son noticia diaria. Analistas, economistas y expertos
periodistas, tratan de explicar los problemas que mantienen a la actividad al borde
del colapso. De manera reiterada se insinúa que los precios al productor, volúmenes
de compra, exportadores y transnacionales son los argumentos esgrimidos para
explicar este impase. Más todos parecen olvidar el incremento desmesurado de
las áreas sembradas, la baja productividad por unidad de superficie, costos del
transporte marítimo, debacle de empleo en los países consumidores sin dejar de lado
la estacionalidad del negocio.
El sector productor luego de algunos años de bonanza, “Año Bananero” se expresaba
en los corrillos, se acostumbro a la holgura. Los márgenes de utilidad alcanzaron
magnitudes nunca antes conocidas pese a los pobres rendimientos de 26 t/has/año1
suficientes para abastecer con holgura una cuenta de ahorro. Más llego la crisis
petrolera con su alza constante en los precios del combustible que incremento los
costos del flete naviero. Elevación de los insumos derivados del hidrocarburo2. Todo lo
cual afecto la cotización de las materias primas en los mercados consumidores.
Soberanamente orgullosos pregonamos a los cuatro vientos que la tormenta financiera
de los USA., UE., o Rusia nunca llegaría a nosotros. Olvidando que toda tormenta
trae consigo una cola que mas temprano que tarde, azota a todos los miembros de un
mundo globalizado. Los importadores comenzaron a solicitar crédito para el pago de la
fruta, restringir los orígenes menos amigables, disminución de cantidades por adquirir
y mayores exigencias de calidad.
Quien fue o es el culpable del tsunami monetario no es tema de este mensaje. Lo
que si constatamos es el incremento imparable de las tasas de desempleo, las
medidas de austeridad aplicadas así como la disminución del bienestar social. Lógica
consecuencia: medirse en sus compras limitando estas, a lo prioritario particularidad
que no posee el banano.
Las irrefutables hojas del calendario arribaron a Junio. Colegios, liceos, tecnológicos
y Universidades comenzaron el periodo vacaciones. Sus cafeterías, importantes
compradores de banano entre otras frutas, cesaron sus adquisiciones. Disminución
de la demanda. Fenómeno habitual a este periodo. Gracias a las condiciones
metereologicas favorables al consumo los valores en los mercados se han mantenido.
Pero no eliminan los factores enumerados con anterioridad.
Todo lo descrito suma un entorno difícil para aquel productor ineficiente. Con
baja productividad el negocio no es sustentable. Salvarlo paralizando tareas
indispensables: labores culturales, riego, fertilización, controles fitosanitarios solo hace
mas lenta la agonía. Los meses del declive se revertirán a partir de octubre. Lo cual
nos obliga a tener fruta de calidad, plantaciones sanas, bien alimentadas. Lo básico:
ser productivos y eficientes si deseamos mantenernos
1 1450 a 1600 cajas por hectárea al año.
2 Fertilizantes como la Urea.