Vivir Heroicamente (2010), es el título del libro de Chris Lowney, autor del
best seller “El Liderazgo a estilo de los jesuitas”. Ex jesuita, que después
entró a trabajar en la famosa JP Morgan ocupando altos cargos financieros.
Se dedicó desde hace algún tiempo a investigar sobre el secreto del éxito
de las instituciones jesuitas, orden religiosa que ha subsistido por más de
500 años en los distintos campos de la evangelización y del saber científico y
humanístico.
Hoy nos presenta unas reflexiones, desde la espiritualidad ignaciana. El Legado
de san Ignacio de Loyola no fueron las grandes obras: la incipiente, en
aquel entonces, Universidad Gregoriana, la creación de algunos colegios, las
misiones en los sitios más lejanos del viejo mundo y del nuevo mundo. Sino
la experiencia de los Ejercicios Espirituales con la visión de Dios, de Cristo, del
Hombre y del mundo que dicha experiencia reveló.
Por ello, Chris Lowney quiere contagiar lo que él recibió y le ayudó a ser
emprendedor, creativo y combatiente sabiendo no meramente adaptarse al
cambio de un mundo en evolución, sino saber liderar y provocar ese cambio
para el crecimiento y desarrollo personal y humano. Hoy, comenzamos
una serie de resúmenes y pensamientos sobre EL PROYECTO DE VIDA, que
una vida heroica conlleva para saber vivir con sabiduría y no con simples
estrategias de mercado, marketing o sobrevivencia. Como dice el autor se
trata que “encuentres tu propósito en la vida y ayudes a construir un mundo
mejor”. Ese es tu desafío, querido Joven.
USTED NACIO PARA CAMBIAR EL MUNDO: Para tan anhelado sueño el autor
nos recomienda, siguiendo a Ignacio de Loyola, tres actitudes y prácticas
elementales que debemos hacer para conseguirlo: 1) formular un PROPÓSITO
que valga la pena para el resto de tu vida. 2) TOMAR DECISIONES en cuanto
a tu profesión y a tus relaciones en este mundo cambiante e incierto. 3)
hacer que cada día sea importante, al ponerle CUIDADOSA ATENCIÓN a sus
pensamientos, acciones y resultados.
Los empresarios y personas exitosas de hoy lo saben, porque lo practican.
Entender tus fortalezas y debilidades, tomar el control de tu vida, escoger
entre alternativas difíciles y adaptarnos a medida que las circunstancias lo
requieren han sido las habilidades que han cultivado y desarrollado en su diario
actuar. La sicología moderna nos dice que los individuos sanos y felices son
los que tienen un profundo sentido de propósito. Es decir representan valores
apreciados, se sienten conectados con otras personas y están al servicio de
causas más nobles que ellos mismo y sus egos.
Muchos ejecutivos fracasan porque expresan visiones atractivas, pero
carecen del valor y el compromiso para hacer sacrificios por ellas. Las peores
organizaciones ofrecen un sueldo, pero espiritualmente están en bancarrota y
son incapaces de proporcionar alegría, satisfacción o paz para encontrarse, en
sus familias o tradiciones espirituales. La clave está en saber conectarse, no
solo contestar ¿cómo conectar mis más profundas creencias con lo que hago
toda la semana en el trabajo y en la casa?
Estamos en este mundo para vivir por algún propósito que nos eleve, que
nos humanice, que nos haga esforzar, para volvernos visionarios, mirar más
allá de nuestros intereses personales, porque nuestro corazón y nuestra
vida son más grandes que cualquier empleo o dinero. Así evolucionamos,
transformándonos, para eso nos educamos y estudiamos constantemente,
llevar a nuestra civilización a ser lo que tiene que ser; no una civilización
mezquina y narcisista, sino una civilización llena de espíritu, que ama la vida, a
los demás y al mundo.